6

1.3K 70 0
                                    

Abrí mis ojos encontrándome en una habitación con una sabana en el suelo y un vaso de agua.
Por la mierda, ¿Que es este lugar?
Estaba demasiado mareada y mi mente no reaccionaba bien, traté de recordar todo y ahí fue cuándo rompí en llanto.
Me había empezado a gustar Justin, lo había etiquetado como un buen chico. Pero el me trajo aquí, para matarme, probablemente como a su ex novia.
La puerta se abrió y Justin pasó con cuidado.

–¿Qué haces aquí?–El dio un salto.

–Pensé que estabas dormida Michelle–Tragó saliva.

Yo reí sin gracia.

–¿Me vas a matar?¿Como a tu ex novia?

El se sorprendió de que yo le hubiera dicho eso y cerro sus ojos con fuerza.

–No la menciones a ella, jamás.

–¿Entonces ella si esta muerta por ti?–Susurré.—¡Imbécil, me hubieras dicho esto desde el principio!

–¡Tenía miedo de...–Se interrumpió a el mismo suavizando su voz.–De perderte Michelle. Después de Natalie no.. No me había atraído nadie como lo haces tú.

–No mientas más por favor...–Sollocé.

El vino a mi y me abrazó dándome un beso corto en los labios.

–Prometo sacarte de aquí, no volveré a cometer el mismo error que cometí con Natalie. Te lo prometo nena.

Yo asentí limpiando mis lágrimas.

–Pero necesito que me ayudes. Tienes que actuar como si me odiarás, y yo tengo que, actuar como si no me importaras, solo para que no te hagan demasiado daño.

–¿Entonces si me harán daño?–Murmuré asustada.

Él asintió.

–No durará mucho, lo juro.–Se calló–. y... Sé que tienes muchas dudas, cuándo salgas de aquí te las contaré todas.

–Esta bien.

Justin iba a salir y lo detuve.

–¡Justin!–El volteó a verme–. Te quiero.

Corrió a mi y me dio un beso en los labios.

–Yo también nena, yo también.

Y así se fue de ahí, dejándome con la esperanza de que me sacaría de aquí.

Mas tarde, un señor gordo entro a la habitación fumando un cigarrillo.

–Hola querida–Me saludo y yo sólo rodee los ojos.–Me han dicho que eres una chica ruda. Y ¿Sabes? Quiero averiguarlo.

El avanzó a mi tomándome de las mejillas con brusquedad y dándome un beso. Yo le solté un golpe y se quejó.

–Vaya–Sonrío.

Me tomo de las manos y las esposó. Yo traté de que no lo hiciera pero fue imposible, era más fuerte que yo.
Después de eso llego Justin. Su cara estaba seria y su mandíbula apretada.

–Jefe, una llamada–Su voz sonaba demasiado fría.

Él asintió y camino a la puerta.

–Al rato vuelto preciosa–Me sonrió y yo cerré los ojos con asco.

Cuando el hombre gordo se fue Justin camino a mi y me dio un beso.

–¿Que te hizo?–Preguntó preocupado.

–Solo me esposó y me dio un beso–Bufe.

Él suspiro y me abrazó.

–Perdón por esto, no era mi intención.

–Lo sé cariño, lo sé.

Sorry | os → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora