Terminando la escuela, salí rumbo a la casa de mi mejor amiga Megan.
El día estaba nublado y unas nubes grises estaban en el cielo.
Veinte minutos después ya estaba en la puerta de su casa tocando el timbre.–¡Voy!–La escuché gritar.
Oí unos pasos y 10 segundos después ya estaba ella abriendo la puerta.
–Hola–La salude con una sonrisa.
–¿Qué es eso de "Hola"? Mujer somos mejores amigas, deberías decir "Idiota, ya vine déjame pasar"–Habló imitando una voz chillona.
–Yo no hablo así, mi voz no es tan chillona–Fruncí el ceño.
Ella soltó una carcajada y entró a su casa dándome a entender que pasará. Cerré la puerta y me senté en su living suspirando.
–¿A que se debe ese suspiro de frustración?–Me dio una lata de cerveza y ella se sentó frente mío dándole un sorbo a la suya.
–Es simplemente el cambio de escuela, es un asco–Gruñí y le di un sorbo a la cerveza fría que tenía en la mano.
–¿Por los maestros?¿Las personas que están ahí?–Me pregunto haciendo una mueca.
–Es solo, un maldito chico ¡Por dios Megan! Es el chico más imbécil, egoísta, egocéntrico, patán, mal educado, antisocial, estúpido y grosero pueda haber en el mundo–Mi voz sonaba desesperada y frustrada. Le di un sorbo más largo a la botella y seguí hablando—. Nunca pensé que hubiera chicos con todo eso. ¡Imagínate! Llevo apenas un día de conocerlo y ya lo tengo en mi lista negra!
Cerré mis ojos y conté hasta diez en mi mente para tratar de calmarme.
–¿Que fue lo que te hizo para qué te expreses tan mal de él?—Frunció el ceño y se acomodó en el sillón cruzando las piernas.
–Primero llegué a el Aula tarde por qué no la encontraba, había un lugar desocupado al lado de él, me iba a sentar ahí y me dice "No te sientes ahí nunca, ¿Entiendes chica nueva?–Hable tratando de imitar su voz–. Cuándo salimos de el salón, me empujó e hizo que mis cosas sé cayeran, nisiquiera me ayudo a levantarlas.Después hablaba con la primera persona amistosa que se me había acercado, llega él y me dice que me iba a patear el culo si no me iba ¡Encima me dijo idiota! Como le contesté me llevo a un salón y me empezó a gritar diciéndome, que jamás le vuelva hablar así; le solté una cachetada y salió de ahí encabronado, más encabronada estaba yo. De ahí en una clase libre viene y me quita los audífonos de un jalón y dice que es mi culpa que se haya peleado con el chico con cual yo estaba hablando, lo mande a joderse. ¡Te lo juro que es el chico más cabrón y pesado de la historia!
Tome un trago de la cerveza, mientras Megan se quedaba con la boca abierta tratando de analizar todo lo que le había dicho.
Le creería que era imposible que me haya hecho todo eso en un día pero ¡Por dios! Por más ficticio que sonaba era la verdad.–Joder, no me sorprendería si un día de estos se queda sin pelotas–Sonrió.
Yo le devolví la sonrisa y asentí.
–Créeme que era lo que quería hacer en esos instantes–Suspiré.
–Dime que al menos esta guapo–Se mordió un labio haciendo una mueca de placer.
Yo pegue una carcajada y asentí.
–Sus ojos son mieles, cabello café claro, su piel es blanca ¡Sus labios! Son de un dios griego, carnosos y rosados. Tiene músculos y unos cuántos tatuajes en el brazo–Me encogí de hombros–. Pero eso no le quita lo idiota.
–Quisiera que ese chico me molestará todo el día–Le dio un trago a la cerveza y sonrío.
–Idiota–Reí y ella igual.
La verdad es que si era guapo, pero con es actitud jamás me caería bien.