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El chico se levanto y me dio una sonrisa. Vaya, no sabía que las personas podían sonreír tanto.

–Bueno, fue un gusto conocerte–Se despidió y camino a la puerta.

Antes de que desapareciera me pare y le grité:

–¡Oye!

El se detuvo y giro en sus talones. La gente se me quedó viendo y me sonrojé bajando la mirada.

–¿Qué paso?–Me sonrió por milésima vez.

–¿Cuál es tu nombre?–Me pase un mechón detrás de la oreja que me estorbaba en el rostro.

Antes de que el pudiera contestar, llego el chico mal educado, antisocial e imbécil a interrumpir.

–Lárgate si no quieres que te patee el culo, idiota–Me miró directo a los ojos.

Mi corazón empezó a latir muy rápido por la furia que estaba subiendo a mi cabeza. ¿Quién se creía?

–¡A mi no me hables así imbécil!–Le grite eufórica.

Él me tomo de las muñecas y me arrastro adentro de la escuela.
Forcejeaba para que me soltará, pero era inútil.
Llegamos a un Aula y cerró con pestillo. Me soltó de su agarre y al hacerlo me sobe las muñecas.

–¡Nunca vuelvas hablarme así!–Me gritó.

Yo fruncí el ceño y traté de no contestarle. Este chico me intimidaba y más cuándo me miraba fijamente a los ojos.

–¡CONTESTA!

Pegue un brinco. Bien no dejaría que alguien me hable así.
Le solté una cachetada que apenas y lo movió.
El se quedo serio y salió de ahí, dejándome sola y confundida.

–Maldición–Gruñí y salí cabreada de ahí.

Camine aún mas molesta cuándo recordé que no había comido nada y el timbre había sonado.
Choque con el hombro de alguien y sin disculparme corrí a mi casillero.
Tome mis cosas, saque mi mochila de él, me la colgué al hombro y salí rumbo a mi siguiente clase; Matemáticas.

Entre al aula, ya sin perderme y me senté en las últimas bancas.
Bieber entró por la puerta con el labio sangrando y solté una blasfemia. ¿Cuándo me libraría de el?

–Muy bien jóvenes, les tengo que dar un aviso–Dijo entrando el director a el salón–. La maestra Dooldwod no vendrá toda esta semana, por problemas de salud. Así que tendrán clase libre.

Y sin más salió de ahí. Saque mi celular y mis audífonos, le puse play a mi canción favorita. Me acosté en el pupitre y cerré mis ojos.
Alguien se acerco a mi y me quito los audífonos de un jalón.

–Esto es tu culpa–Me señaló su labio.

Yo mire a Justin frunciendo el ceño.

–¿Disculpa? Yo te pegue una cachetada, no un puñetazo, tampoco tengo tanta fuerza como para romperte el labio.–Rodee los ojos y me volví a poner los audífonos.

El me los volvió a quitar y gruñí.

–Por tú culpa salí enojado y me pelee con Kyle–Cuándo pronuncio su nombre lo dijo con asco y su pecho subía y bajaba.

–¿Kyle?–Dije confundida.

–El chico con el que estabas hablando hace un rato.

–¿Cuando dijiste que si no me iba me patearías el culo?–Alce una ceja y el rodó sus ojos.

–Si, ese–Saco su lengua y chupo la sangre de su labio.

–¡Ew, Bieber no hagas eso!–Hice una mueca de asco y el solo río.

Vaya, su risa era extremadamente linda.

–Así que ¿Michelle Wiliams?–Sonrió.

Yo rodee los ojos y asentí.

–Si me disculpas, volveré a ponerme los audífonos–Le dije seria y me los puse acostándome de nuevo en el pupitre.

Escuche que decía algo y se iba a su lugar leyendo algo que tenía en su libreta roja.

Sorry | os → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora