Era ella

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—¡Joder, son ratas! —gritó Normani comenzando a dar saltos y más gritos a los que se unieron Ally y Dinah.

Entre empujones y gritos volvimos junto a la ouija la cual ya no estaba.

—Decidme que os habéis llevado vosotras la ouija —dije al ser la primera en percatarme de ello.

Y antes de que ninguna pudiese maldecir o decir nada, el vaso, que no estaba tampoco, calló de la nada delante de nuestras narices estrellándose contra el suelo y haciéndose añicos. Con el corazón en la garganta, una gran ráfaga de viento se levantó haciendo así, que todo el polvo y arena de las obras se levantase obligándonos a cerrar los ojos.

—¡Vámonos! —oí gritar a Ally.

No me moví y con los brazos y manos traté de que el polvo y la arena no golpease mi cara y así poder abrir los ojos para ver que estaba pasando, pero era prácticamente imposible además de no verse apenas nada, pero a lo lejos, en uno de los bordes de la piscina pude distinguir una silueta, silueta la cual sabía perfectamente a quien me recordaba.

—¿Lauren? —susurré aun oyendo los gritos de mis amigas de fondo.

Agudicé más mi vista y sabía que era la misma chica que seguí en el aeropuerto.

—Vamos, Mila —oí a Dinah mientras me estiraba de un brazo para llevarme de nuevo dentro del hotel.

—¡No! —grité tratando de zafarme de su agarre— ¡Es Lauren!

Entonces el viento paró de la nada y bruscamente giré mi cuello en todas las direcciones en busca de la misma silueta que había visto, pero ya no había nadie.

—¿Has dicho que-que era Lauren? —me preguntó Normani acercándose a mí y a Dinah.

No le conteste porque aún estaba atenta a mi alrededor pero era inútil, ahí ya no había nadie más que nosotras. Mis ojos escocían pero no estaba segura de si por la arena que había entrado en ellos o porque amenazaban con comenzar a emanar millones de lágrimas.

A los pocos segundos sentí los brazos de Dinah y yo me abracé a ella como si me fuera la vida en ello y comencé a llorar.

—Era ella, Dinah —decía mientras sollozaba en el hueco de su cuello—, era ella...

Dinah me siguió abrazando y acariciando mi espalda con esmero mientras que Normani y Ally agarraron los bolsos y demás pertenencias para salir de ahí cuanto antes.

—Chicas —susurró Ally—, mirad aquí.

Con rapidez saqué mi cabeza del cuello de Dinah para mirar a donde Ally decía, tenía la esperanza de verla a ella. Pero no. Sobre el móvil de Ally que había estado grabando había una carta, otra carta igual que todas las anteriores.

—Cógela y vayamos a mi habitación, no quiero seguir aquí más tiempo —dijo Normani recogiendo su bolso y el mío del suelo.

Durante el corto trayecto del terrado a la habitación de Normani, ninguna volvió a decir nada. Yo trataba de amueblarme la cabeza y de averiguar si aquella silueta que había vuelto a ver se trataba de la persona que había visto en el aeropuerto y de si esta era el espíritu de Lauren queriéndome decir algo o si simplemente me estaba volviendo majareta perdida.

Entonces recordé que el móvil de Ally había estado grabando en todo momento y que a lo mejor, con un poco de suerte, la cámara había captado lo mismo que yo o incluso más.

—Ally —la llamé una vez dentro de la habitación de Normani—, déjame ver el vídeo, por favor.

Dicho esto me entregó su móvil y me senté en el pequeño sofá junto a Dinah, Normani encima de esta y Ally sobre uno de los reposabrazos de mi lado.

Where is Lauren?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora