Era su risa

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 —No sé qué clase de enfermo está detrás de todo esto, pero sin duda como algún día lo averigüe pienso matarlo con mis propias manos —dije enfurecida mientras apretaba mis puños hasta quedaron blancos.

—No sé qué vamos hacer —dijo Dinah, frotándose la cara con las palmas de las manos.

—¿Y si simplemente dejamos de buscar respuestas? —dijo Ally, ganando la atención de todas las presentes en la habitación— Llevamos así una semana y las cosas no hacen más que empeorar y todo por querer saber más.

—¿Y qué hacemos sino, Ally? —preguntó Normani.

— No hacer caso, pasad, ya se cansaran —dijo con obviedad —. A lo mejor sólo quieren esto, asustarnos.

—Pero, ¿asustarnos para qué? —preguntó de nuevo Normani.

—No, no busques más porqués Normani —volvió a hablar Ally.

—Quizá Ally tenga razón —añadí—, hemos tratado de dar respuesta desde la primera llamada anónima que nos llegó, quizá si ven que no hacemos caso se cansen.

No sabía si esto daría resultado, pero o hacíamos eso o acabaríamos volviéndonos locas. Dinah y Normani asintieron un poco a disgusto, pero ellas sabían igual de bien que Ally y yo que pocas alternativas nos quedaban.

Esa noche habíamos quedado todos en ir aprobar casi que el menú definitivo por lo que antes de que se hiciera la hora, cada una fue a su habitación a despejarse con una ducha y a cambiarse. Antes de hacer nada me dejé caer en la cama y cerré los ojos.
A pesar de los años que habían pasado, la recordaba perfectamente. Su pelo negro caía siempre despreocupado, ya valía que fueran las seis de la tarde que las siete de la mañana, su pelo siempre lucía bien y a todo ello le acompañaba el más perfecto rostro que alguna vez había visto en mi vida y que jamás veré. Sonreí al recordar su risa, era única. Ella era única. Sólo ella sabía tranquilizarme con su sonrisita y ahora más que nunca la necesitaba. Necesitaba que se abrazase a mí como en sus últimos días hizo cuando tenía pesadillas. Necesitaba de su calor y tan sólo un beso más suyo. No me habían dejado amarla y era lo único que necesitaba. Esconder mi rostro en su cuello hasta absorber por completo su aroma.

De la nada y rompiendo mis recuerdos, el teléfono del hotel sonó y despreocupada lo cogí pensando que sería Dinah comprobando cómo estaba mientras utilizaba el teléfono que había también en los baños y que tanto le gustaba.

—Dime, Dinah —dije secándome algunas lágrimas rebeldes.

Al principio no oí nada, después se oyó un pitido y seguido el ruido de una grabadora o algo muy similar. Mis manos comenzaron a temblar involuntariamente hasta que oí su risa. Era su risa. Tan sólo duró unos segundos pero era su risa. Entonces llamaron a la puerta y como si de un robot programado me tratase me levante y fui hacia la puerta con el teléfono aun en la mano, tirando así la base del teléfono al suelo y desenchufándolo de la pared. Lo dejé caer y abrí.

—Mila, ¿me he dejado aquí...?— Dinah me miró y luego el teléfono en el suelo— ¿Qué ha pasado?

Desde que la llamada se había colgado algo dentro de mí se estaba gestando hasta que con todas las fuerzas que tenía pegué a la puerta y Dinah se asustó.

—Eh, eh, eh —intentó retenerme Dinah— tranquila, por Dios, te vas a hacer daño.

Una vez consiguió pararme me dejé caer al suelo y Dinah me siguió abrazándome mientras lloraba de pura rabia e impotencia. Supuse que Dinah se imaginaba lo que había pasado, no exactamente, pero que estaba relacionado. Cuando me hube tranquilizado, entre algún sollozo le conté lo ocurrido. Le pregunté una y otra vez el porqué, por qué nos estaban haciendo eso pero no supo contestarme. Y sabía que no debía buscar respuestas, pero cómo iba a poder dejarlo pasar sin más.

—Mira, dúchate y relájate, yo voy a estar aquí mismo, ¿vale? —me dijo y observé que tenía el pelo mojado por lo que deduje que ella ya se había duchado— Cogeré el secador y mientras me arreglaré el pelo.

Aun temblando de los nervios me fui a la ducha y dejé que el agua callera sobre mi durante bastante rato, sin moverme ni pensar, sólo respirando.

Durante la media hora que estuve parada debajo del chorro de agua caliente, intenté asimilar lo pasado y encontrar la relación que guardaban las muertes, la gente que tanto sabía; con Lauren. Lauren había sido una chica normal y corriente la cual tuvo una muerte accidental y nunca concretada y mucho menos merecida.
Quería estirarme del pelo, quería golpear todo aquello que se me cruzase por delante, quería una respuesta.

Sabía que hacía apenas una hora, Ally nos había aconsejado no pensar más en el tema ni buscar respuestas, y yo misma había estado de acuerdo, pero sea quien sea, no quería que eso pasara y yo no podía hacer como si nada hubiera pasado. Había oído su risa, esa risa con la que había estado soñando despierta hacía no más de unos minutos y no podía dejarlo pasar. Lauren había muerto y alguien, algún enfermo con muchos contactos, se había encaprichado de nosotras, jugando así a su gusto.

Cuando salí de la ducha con el albornoz puesto, Dinah hablaba de forma discreta con Normani. Ambas se giraron a la vez y entonces vi los ojos rojos de Dinah. Me dolía en el alma ver a mis amigas mal pero como bien había dicho Ally, no podíamos hacer nada, sólo nos quedaba aguantar lo que viniese y dejar que nos afectase lo menos posible. Quise ir a Dinah y abrazarla pero como siempre pasaba, eso le haría llorar más, por lo que esbocé mi mejor sonrisa y juntas nos empezamos a arreglar para la cena e hicimos nuestra mejor actuación de estar bien.

Cuando estuvimos listas bajamos a recepción donde ya esperaban los novios y sus amigos. Entonces vi como Dinah entrelazaba su mano con la de Normani a medida que nos íbamos acercando al grupo y sonreí poniendo los ojos en blanco. Dinah podía ser muy celosa con lo suyo. 

Estoy actualizando muy seguido en compensación por haber tardado tanto pero a partir de ahora no actualizaré todos los días pero como mínimo habrán dos capítulos cada semana. Ahora he vuelto a actualizar para comentaros algo. Tengo casi terminada otra historia camren (obvio otra vez) y misterio así como esta, os voy a dejar la sinopsis y si queréis que empiece a subir capítulos decírmelo en comentarios o por privado. Gracias, sois unos amores. 

Lauren trabaja como profesora en una universidad de Miami y ha tomado pocas decisiones importantes en su vida por lo que no duda en aceptar la solicitud que un inesperado día llega de un gran internado, terminando por trasladarse a un pueblo donde rara vez ven la luz del sol. Desde el primer día que pisa aquel internado los misterios, las preguntas sin respuesta y extraños sucesos no cesarán y poco a poco irá descubriendo que aquel internado guarda un secreto y que su presencia en él no es fortuita, sino destino, y que ese internado, la profesora Cabello y ella tienen más en común de lo que piensan. 


Where is Lauren?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora