• Episodio 7 •

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Su ahora no tan pálido rostro se sonrojo.

Es tan tierna y adorable inconscientemente que me hace sentir ese deseo, esa necesidad de protegerla.

El grito de mi madre reventó nuestra burbuja de cursilerias.

- Iré a desayunar - su voz de ratón me causó tanta gracia y salió corriendo.

Ay Claimed... qué me has hecho...

Mientras tanto en el Olimpo.

- La diosa Nyx ha alterado el orden - se escuchó una voz tenebrosa entre los dioses.

Se miraron escandalizados, como si ellos nunca hubieran hecho algo alterando el destino, esperando una respuesta del gran Zeus.

El gran dios ignoró la cobarde acusación. Tomó una de sus doradas uvas bañadas en oro y se la llevó a la boca dejando escurrir por única vez una gota de sangre mortal sobre su barbilla.

Mientras tanto en la tierra.

El desayuno de nuestros adorables protagonistas fue tan dulce como la miel.

A diferencia de la noche anterior, la madre de Jin no guardo para ella las altas espectativas sobre Claimed formando parte de su familia; de su padre ni se diga ya que hizo una larga lista con nombres para sus futuros nietos, pensando si serían pelirrojos o sólo castaños, con los ojos verdes o miel, etc...

El sonido de un teléfono interrumpió el cómodo desayuno familiar.

El hígado de Jin casi dolía de la rabia.

Estaba de vacaciones. VACACIONES. Volvería en dos días ¿acaso no podían esperar dos días más?

- Lo siento - se limpió la boca como todo un caballero y se levanto con dirección a la sala.

- ¿Si? - contestó.

- Tienes una reunión en 4 horas - soltó como robot su mánager.

Todo se derrumbo.

Su tranquilidad se esfumó.

Tendría que volver al mundo real, en 4 horas. Prácticas vocales. Clases de danza. Estrés. Frustración. Enojó. Todo junto en 4 horas.

- ¿Jin Hwan? - preguntaron al otro lado de la linea - ¡contesta niño!

- Si, si - reaccionó - estaré ahí lo amtes posible - aceptó derrotado.

Colgó el teléfono y lo desliZó en la bolsa de su shot.

Caminó sin ánimos al comedor y se recargo en el marco.

Sus padres sonreían tan a gusto como Clai, su madre le recomendaba algunos de los platillos que se había esmerado en cocinar.

Tendría que arruinar la felicidad de sus padres, una vez más, por su trabajo...

- Tenemos que irnos - habló sintiéndose culpable.

Los tres rostros lo miraron atónitos.

Sonrió amargamente y se sentó para terminar su desayuno. Despues de la segunda cucharada de sopa, al darse cuenta que nadie le quitaba la mirada de encima ni se movían volvió a hablar.

- La agencia... - respondió la incógnita de todos.

Dos horas y media más tarde estaban a las afueras de Seúl.

- ¿Qué es la agencia Jin? - preguntó de repente.

Todo el camino había estado en silencio mirando hacia la ventana.

No limit go and touch the sky. | IKONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora