The Big Four: Real Academy

9.

Merida

Luego de irme de mi encuentro con Haddock, pasé a buscar a Punzie a su clase de Artes.

Llegué y estaba coloreando un enorme lienzo con unas flores moradas.

-Wow -dije sorprendida- se te da muy bien, rubia.

-Gracias, antorcha de mi corazón -dijo riendo.

-¿Quieres ir a comer luego? Hay pizza en la cafetería -dije emocionada.

-Por supuesto, me encantaría. Dejame terminar los trazos y vamos.

-Okay, te espero afuera -dije sacando mi teléfono y saliendo del salón.

Al salir viendo la pantalla iluminada de mi teléfono, choqué con algún idiota que tampoco vio mi presencia en aquel pasillo.

-¡Hey, fijate por donde andas, pendejo! -dije molesta.

-Lo siento, zanahoria -dijo Jack.

-No, yo lo lamento más. ¡Lamento el que seas un idiota que no sa-!.

No alcancé a terminar mi frase acusadora, cuando Jack estampó sus labios con los mios.

¡¿Pero qué mierda le pasa?, ¿cree que soy una cualquiera?!

Intenté apartarlo con todas mis fuerzas, cuando Punzie salió del salon.

-Vamos, Mer...-dijo mirandome con la boca abierta- no sabía que eras de esas...-dijo mirando al peliblanco darme besos por la mejilla y parte de cuello.

-Ayu...dame -dije en mudo para que me entendiera.

Punzie puso su cara de pensar, y se devolvió dentro. Trajo sus pinturas y se puso a espalda de Jack.

Comenzó a dibujar suavemente para que no lo notara, mientras Jack seguía besuqueandome.

Cuando acabó, dije:

-¡Okay, es todo! -y le di un puñetazo de los buenos en la nariz.

-¡¿Pero qué coño te pasa?! -dijo sujetándose su ahora rota nariz.

-¡No te me acerques, idiota, porque se usar una sierra, y puedo cortarte tu descendencia! -dije rápido, para darme vuelta y encontrar a todo el pasillo observandonos.

Comencé a avanzar por el pasillo, con la frente en alto, mientras una chica de lentes comenzaba a aplaudirme.

Más chicas se le unieron, y yo no podía creermelo. Miraba a Punzie que caminaba junto a mi, muriéndose de la risa.

Me voltee a ver a Jack, que se estaba yendo ya, con un retrato de él mismo, pero versión serpiente.

-Increible, Punzie -dije riendo.

-¿Qué? -dijo volteandose- Oh, eso. Gracias.