-"... ¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
-¿Hermoso, cierto?, Cada vez que lo escucho embelesa mis pensamientos... ¿A ti no?-Miré sus ojos que proyectaban terror... hinchados, desorbitados; su pálido cuerpo con las venas remarcadas de un tono verdoso en el cuello y una evidente muestra de estrangulación.
-¿Nueva plática con los muertos?... a veces me enfermas, Lulú. -Me asusté por la conocida y repugnante voz de Dominique. Podría decirse que el muchacho no se escuchaba ni a si mismo, tanta estupidez rebosaba en la reducida habitación con tan solo su presencia.
-Algo nada sano es interrumpir en lo que no te incumbe durante el toque de queda, ¿no te parece?-Dije furiosa por su interrupción. Había vuelto a la realidad en el momento que su voz chocó con mis tímpanos. Iba a cerrar el libro que tenía en mis manos cuando una diminuta gota de sangre cayó en una de las páginas, dejando la marca de un bello recuerdo sobre mi presa recién estrenada, destruida con mis propias manos y desfigurada con cierto toque artístico.
Tiré el libro a un lado y las miré, mis manos... habían quedado manchadas de ese líquido viscoso, rojo, un rojo carmesí, igual que los labios recién besados de una dama nocturna, la cual cedió, ante sus caprichos, su primer beso, que a su vez sería el último que crearía en su cuerpo un gran regocijo.
-Realmente detestabas a esta pobre criatura; el cuchillo en su tráquea muestra el odio que te consumía, debe haber sido muy doloroso para ella...
-Irónico que digas eso... ¿no eras tú al que solían llamar "das Biest" en esos años de júbilo dónde asesinabas a tus víctimas usando tan solo tus lastimosas manos? Vamos, es un poco ilógico negarme haber sentido el placer del sufrimiento y la sangre siendo derramada sobre tu cuerpo.--.
Dom, llegó muy joven a Zahira; tuvo, como la mayoría de nosotros, un caos de familia, padre drogadicto y una ejemplar madre que se prostituía en la casa donde vivían. De roma, lo derivaron para Düsseldorf, en Alemania y me lo asignaron como compañero.
-Basta de flashbacks, Lu. Debemos volver a la base; el trabajo ya está hecho, además, deberías tomar un baño. -Aún no lograba comprender la lógica de este imbécil; sus cambios de humor me agobiaban.
Me levanté de la rara posición en la que estaba y limpie la sangre de mi pantalón. Dom saco una lista y un lapicero de su bolsillo, marcando así el nombre de la dama, Arabella Zeig.
-¿Nos vamos?
-Aún no, falta una cosa más...--Cogí del estante la cámara instantánea de Arabella y saqué una foto de la espeluznante escena. Después retiré el cuchillo clavado en el cadáver y se lo entregué a mi colega.
-¿Y eso para qué?-Mencionó, extrañado, señalando la foto.
-Un...insignificante regalo.--Lancé la imagen al costado del cuerpo y me dirigí a la salida junto a Dominique.
No tuvimos que caminar mucho ya que un Maybach exelero negro nos esperaba en una esquina de la calle. Al entrar, noté que los asientos estaban forrados, al igual que el piso por un peculiar plástico transparente. Me reí en mis adentros al recordar a Pyotr limpiando la sangre del anterior toque de queda.
Pyotr Nakamoto, el primer amigo que conseguí cuando llegué a las instalaciones de "Zahira", apenas tenía 5 años. Una huérfana miedosa a punto de llorar; una ridícula niña con temor a morir en ese lugar, sombrío, mal oliente y decadente de color.
Un hombre alto, asiático, corpulento y con cara de pocos amigos llamado Viktor me dio la bienvenida; yo solo atinaba a sollozar, no me atrevía a mirarlo. Él intentó calmarme pero no logró su objetivo hasta que me presentó a su hijo, Pyotr. Un niño tres años mayor que yo con unos hermosos ojos caramelo.
Nos faltaban unas tres cuadras para llegar cuando cuatro motos nos rodearon. Los hombres montados en ellas tenían armas sumamente peligrosas y solo uno de ellos un encendedor. Nos hicieron bajar del carro y arrodillarnos delante de ellos. Uno se sacó el casco, dejando su identidad descubierta frente mis ojos.
-Buenas noches, caballeros, y ... dama. -Rió con ironía y su amarga voz hizo eco alrededor.-Perdonen esta osada interrupción, solo demorará unos minutos terminar nuestro trabajo y dejarlos...descansar en paz.
Ordenó a los otros para que nos quitaran todas las armas que teníamos; apuntaron sus pistolas en nuestras cabezas con el dedo índice a un centímetro del gatillo.
-Disparen, pero no les niego que puedan perseguirlos por su error.--El hombre del encendedor quedó con la duda comiéndoselo por dentro.
Lanzó su mechero un lado y luego comenzó a acercarse poco a poco, levantando mi barbilla suavemente y con la que sostenía su pistola, quitó los cabellos que ocultaban mi siniestra mirada.
-!Lou¡--Aproveché su sorpresa para quitarle el letal instrumento y volarle los sesos. Una lluvia de sangre cayó en mi rostro, un espléndido panorama para una maniática en proceso.
En aquel momento, sentí algo hermoso renacer en mi interior, como una fuerza escondida por años que me tentaba a lo peor. Fue tan maravilloso, el aroma, el sabor, el deseo por una sola cosa. Era una delicia, un manjar, que me hizo tener mucha sed, mucha hambre...
Mi estómago rugía y no me daba cuenta de lo que hacía. Mi estado era tan macabro; engullí lo último que tenía sobre mi lengua, un sabor salado, algo dulce.
Mi boca emanaba sangre en cantidades inmensas, y entonces supe lo peor, ...que no era mía.
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Hola, esta es una nueva historia que, al principio fue una pesadilla pero se me ocurrió convertirla en novela. Espero que les guste...
Voten y comenten
Psdt 2018: Últimamente he estado haciendo cambios a la novela, como algunas nuevas características en los personajes o una explicación más detallada en la narrativa. En el caso que encuentren capítulos que no coincidan con las descripciones de capítulos anteriores, pediría su comprensión y tiempo. Me tomará más de lo usual corregir todo, pero espero que esto sea para una mejor lectura y un mejor entendimiento de las situaciones que vive la protagonista.
Besos *-*
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Con amor, Lulú
HorrorLou... ¿Inocente? ¿Atractiva? Con un hambre voraz... Ella nunca fue querida, Jamás amada, jamás tenida, Detrás de un sucio antifaz. Fue acogida en un hogar... Muy oscuro, con manchas rojas y un feo hedor de antigüedad Rencor y odio en su vida eran t...