Idiotas; no había necesidad de mirarlos para saber lo que sentían. El olor a miedo me encantaba; sus débiles mentes eran incapaces de procesar la situación, lo que daba una enorme ventaja para atacar. Disimuladamente, cogí el arma, la cual yacía entre los sesos de esa magnífica obra.
—¿Quién sigue?—pregunté mientras volteaba unos centímetros mi cabeza. Apuntaron sus armas hacia mí, con las manos temblando y pequeñas gotas de sudor cayendo de sus frentes.
Miedo, cuanto me agradas...
Una bala. Una muerte. Unas ganas de corromperte.
Dos motociclistas miraban ahora el cuerpo de su compañero caído; entretanto, yo corría y tumbaba a uno de ellos. Dominique, de una sola patada, mando volando el revólver de este, para luego ahorcar a su rival y matarlo con esa grata sensación de alivio.
No nos habíamos dado cuenta que una bala perdida cayó en el cuello del chofer, matándolo al instante; solo quedábamos Dom y yo.
—¿Porque hiciste eso, Lulú?—Me miraba con... ¿REPULSIÓN?
—Debíamos matarlos, era nuestra única opción, o ¿qué preferías?...
¿Hablar dulcemente para llegar a un acuerdo?—Despacio, iba acercándomele.—No hablo de eso... ¿Por qué diablos te comiste los sesos de ese hombre?
—¿Tiene algo de malo? Fue producto del hambre, entiendelo. —dije segura.
—¡¿ QUE LO ENTIENDA?¡...No me digas que ese obvio semblante de lujuria al tragar era solo por tu "hambre".
—¡MALDITA SEA, SOLO DÉJAME EN PAZ¡—Tenía que retener mi cólera y actuar cuando fuera el momento.
—NO, hay que hacérselo saber a Pyotr. Tal vez él sea el único que logre algo al respecto ...—y eso mandó a la mierda mi paciencia.
Disparé hacia la pierna de Dom y cayó de dolor a mis pies. Quiso huir pero otras dos balas atravesaron su estómago. Corrí hacia mi primera obra de arte en la búsqueda de mi filudo cuchillo, el cual clave segundos más tardes en el ojo izquierdo de Dominique.
—Quizás me agrades más como lienzo que como amigo...—Giré el cuchillo lentamente dentro de su iris; sus gritos eran preciosas melodías que ahuyentaban el gran pecado de satisfacción con la agonía.
Para finalizar con mi lienzo, coloqué el cuerpo de uno de lo atacantes sobre Dom para evitar futuras sospechas.
**
Caminé las calles que faltaban y llegué a "Zahira" con una nueva farsa que contar. Un edificio inmenso de por lo menos 20 pisos que no dejaba de gustarme con el paso del tiempo.
No entré por la puerta principal, sino por la de empleados pues mi condición física no era la más favorable: Mi pantalón y blusa algo rasgados, mi cuerpo con moretones y salpicaduras de sangre, sobre todo alrededor de mi boca. Iba subiendo por las escaleras de emergencia cuando vi a Pyotr correr hacia mí. En ese corto lapso, unas falsas lágrimas salieron de mis ojos.
—Lou...—Dijo abrazándome con fervor.
—¿Por qué nadie vuelve? Tal vez tenga yo la culpa... —Llorar, reír; el sentimiento es muy parecido, querido Pyotr.Todos murieron bajo estas indefensas manos.
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Hola, perdonen que este capítulo sea muy corto, el próximo lo haré más grande y con mucha más explicación sobre nuestra "querida" Lulú.
Voten y Comenten.
Besos
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Con amor, Lulú
HorrorLou... ¿Inocente? ¿Atractiva? Con un hambre voraz... Ella nunca fue querida, Jamás amada, jamás tenida, Detrás de un sucio antifaz. Fue acogida en un hogar... Muy oscuro, con manchas rojas y un feo hedor de antigüedad Rencor y odio en su vida eran t...