Ya nada me importaba, algo en mi rugía por probar un bocado de esa pequeña golosina saliendo de la boca de Colombine. Nadie me dijo lo cuan deliciosa es la sangre, cada órgano interno del ser humano es una maravilla. Para que dejar que un cadáver se desperdicie, cuando puedes no solo crear obras con ella, sino satisfacer tu eterna hambre.
Aún recuerdo la primera vez que probé sangre, tenía diez años. Era un sábado en la tarde, estaba jugando con Pyotr tiro al blanco, solo que en vez de unos indefensos dardos, teníamos unos cuchillos muy afilados que robamos al cocinero Alek. Una de ellas corto el dedo índice de Pyotr, el cual no dejaba de sangrar. Lo primero que se me vino a la mente fue parar el sangrado, pero no teníamos nada útil a la mano, así que lamí lentamente la herida. Muy mala decisión, pues, no quería soltar el dedo de mi amigo; mordía violentamente el corte hasta que Viktor llegó y me separó de su hijo a la fuerza.
Volviendo a la realidad, me había escondido junto al cuerpo de Colombine en uno de los almacenes del sótano 8. Primero despedace la cabeza, eligiendo lo más jugoso como el plato principal: los sesos. Así continúe durante un buen rato, destruyendo luego el torso y devorando el corazón; los demás órganos no me saciaban en general, por lo que ni los toque.
Salí sigilosamente del almacén, dejando el cuerpo desmembrado de Colombine. No sabía qué hacer, si Pyotr me encontraba en este estado, me temería, y quitaría de su cabeza esa imagen de inocencia cada vez que me viese. A lo lejos se escuchaban voces que se acercaban hasta donde yo estaba; iba a correr despavorida pero alguien me jaló hasta una esquina no muy visible. Era una joven de unos veinte y tantos años que parecía estar mucho más asustada que yo.
-Tu... ¿la mataste cierto?—Preguntó mirándome directamente a los ojos, mientras yo solo asentía sin entender. —Lou, no te diré quién soy, lo único que quiero es que sepas que tu familia no te abandonó. Ellos te amaban demasiado como para dejarte ir...
-Señora, no estoy de humor para...
-Esto no es un juego cualquiera, Lou... Esto es TU juego...Las miles de dudas que tienes; Zahira jamás te ayudará a entender, tu extraña adicción, tu mezquina actitud, el monstruo que trata de huir de tu ser. —Dijo interrumpiendo. ¿Quién demonios era esta mujer? ¿Cómo me conocía tan bien?
-¿Y que tengo que hacer para comenzar "Mi juego"?—Pregunté, esperando obtener al menos una sola respuesta cuerda.
-Debes encontrar a la única persona que sigue viva de tu linaje. Se llama Gavril y vive en Praga. Protégelo, no solo Zahira lo busca desde hace mucho tiempo; Tendrás que arriesgar tu vida por Gavril, para así comenzar TU juego. —El grupo de entrenamiento ya estaba muy cerca, y suponía que el rastro de sangre que dejé los pondría en alerta.
-¿Y qué pasará contigo?—No respondió; se agachó y desamarró mis botas para luego ponérselas. Con sus manos, limpió la sangre de mis manos y labios para embarrárselo en su cara. Puso sus manos sobre mis mejillas y susurró el último aliento de su triste vida.
-Haré un sacrificio por mi pequeña hermana...
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Con amor, Lulú
HorrorLou... ¿Inocente? ¿Atractiva? Con un hambre voraz... Ella nunca fue querida, Jamás amada, jamás tenida, Detrás de un sucio antifaz. Fue acogida en un hogar... Muy oscuro, con manchas rojas y un feo hedor de antigüedad Rencor y odio en su vida eran t...