Con amor, Lulú

"Vendetta"

Era tan raro, un sentimiento de incendiarse por dentro, quemaba desde la punta de mi esófago hasta mis pálidos pies. Aquella chica corrió hasta la multitud, la cual observaba el almacén ensangrentado. Supuse que se la llevarían como con la mayoría de sus rehenes, pero no pasó más de tres segundos cuando Viktor la decapitó de un hachazo. La cabeza rodó hasta los pies de su asesino y este la pisoteo, hasta que sus ojos explotaron por la presión.

-Como les explique la anterior clase, "Si no se extermina completamente la mierda, será como un trabajo a medio hacer". —Comentó riendo junto a sus alumnos, para después irse por la salida de emergencias.

Mi arrodillé al costado del cuerpo decapitado y no aguanté más la maldita rabia; lloré, lloré hasta que mis ojos comenzaron a arder. Grité, grité hasta que mis cuerdas vocales empezaron a enloquecer. Muertes y sangre derramada, algo usual para mí desequilibrada conciencia... Pero ella, mi hermana, asesinada por proteger a un monstruo hambriento como yo.

Quería encontrar a Viktor, torturarlo hasta que rogara perdón y finalmente, presenciara como sería convertido en el postre; pero no podía poner en juego la vida de mi último familiar, Gavril. ÉL tendría la respuesta de lo que sucedió con mi familia y el porqué de abandonarme en la boca del lobo.

Limpie mis lágrimas bruscamente y subí por el ascensor hasta el comedor del piso 5. En esos minutos de silencio, iba planeando como atacar a Viktor; no solo a él, sino a todo Zahira. Todos ellos llenaron mi cabeza de ideas enfermizas y macabras, me volvieron insensible, pero también convirtieron a la pequeña alimaña, en una bestia letal. Atacaría, pero desde lo más recóndito. Mi querido Pyotr... le haría creer que soy su amada Julieta, su muñequita engreída y, discretamente le partiría su minúsculo corazón.

Ya en el comedor, recordé que estaba descalza, así que busqué a Pyotr por todos lados, aprovechando en comenzar mi sucio objetivo. Lo encontré sentado junto a Bárbara, la cual no lo dejaba de mirar coquetamente mientras que conversaban de quien sabe qué.

-Pyotr, te estuve buscando por todos lados...—dije, mientras me sentaba sobre sus piernas y lo saludaba con un beso en la mejilla, muy cerca de los labios, haciendo que Bárbara se incomodase y rodase los ojos.

-Te tardaste demasiado...Además, nos obligaron a desayunar después del termino de la práctica; por lo que me cuenta Bárbara, fue porque asesinaron a alguien en uno de los almacenes del sótano en donde entrenábamos. —dijo abrazándome por la cintura rápidamente, pensando que no me daría cuenta.

- Si me enteré... ¿Y que más te contó Bárbara de lo sucedido?—Pregunté.

-Mejor que te lo diga ella...— dijo Pyotr riéndose por mi frescura de hacer como si Bárbara no existiera.

-Oh, aquí estabas Barbie... no me digas, ¿te teñiste el cabello?—Pregunté con ironía, esperando sacar de sus casillas a la rubia.

-Para nada, todo es NA-TU-RAL...

-¿También las canas? Cielos, algunas personas maduran muy rápido. —Pyotr se aguantaba la risa, mientras Bárbara se paraba y salía de nuestra vista. Uno menos.

Alguien tocó mi espalda y, al voltear, mi enemigo con su fría mirada se encontraba detrás.

-Necesitamos hablar Lulú, acompáñame por favor...—Viktor no esperó una respuesta, porque ni bien terminó, cogió mi brazo y me jaló hasta su oficina en el piso 9. Me sentó violentamente en la silla frente su escritorio, y apoyo sus brazos sobre esté.

-Viktor, no entiendo porque tanta molestia, no tenías qu...

-¿Dónde estabas a la hora del entrenamiento?—me interrumpió furioso.

-En mi cuarto... me quedé dormida hasta tarde.

- ¿Acaso conocías a esa muchacha asesina que fue decapitada?—Sabía disimular muy bien frente a los demás mis indefensas mentiras, pero cuando culpan a tu hermana de algo que no hizo, no sabes ni cómo reaccionar.

-Nunca he tenido el placer de hablarle...

-Entonces, ¿me puedes explicar esto?—Sacó de uno de sus cajones unos botines ensangrentados, que tenían en la planta mi nombre escrito con marcador.

-Yo...