Le desaté la levantadora, le bajé la cremallera de los jeans. Lo toqué. Sentí en mis dedos el cosquilleo de un fluido que le subía por la verga. Eso me enloqueció, se le había puesto durísima. Él metió la mano por el impermeable. Me acarició las tetas y me pellizcó un pezón. Eso me enloqueció más. Me monté entre sus piernas, él buscó por debajo de mi falda y me corrió el calzón. Le apreté la verga, me la inserté. Solté un gemido y nos empezamos a mover. El polvo fue desesperado. Fue ávido. Fue duro. Fue delicioso, nos vinimos juntos en una explosión como de juegos pirotécnicos. Y fue liberador: había cumplido una perversión.
Cuando acabamos, no necesité mirarme al espejo para saber que tenía una sonrisa maliciosa de satisfacción puesta en la cara. En cambio, el lobo me estaba mirando enternecido.
La quiero, me dijo.
No tuve tiempo de contestar porque la puerta del apartamento se abrió de golpe. Alcanzamos a separarnos antes de que se prendiera la luz. Me alisé la falda, él se cerró la levantadora. En la puerta, con los ojos desorbitados, estaba el vecino de la abuela.
ESTÁS LEYENDO
CAPERUCITA SE COME AL LOBO
Short Story"El polvo fue desesperado. Fue ávido. Fue duro. Fue delicioso, nos vinimos juntos en una explosión como de juegos pirotécnicos. Y fue liberador: había cumplido una perversión. Cuando acabamos, no necesité mirarme al espejo para saber que tenía una...