Confusión

8.9K 1K 378
                                    

En la noche, luego de un largo paseo con Elizabeth, Ciel se encontraba en su despacho cansado por la caminata y también molesto por lo sucedido. Le parecía impensable que aquel asunto todavía estuviera rondando por su mente, especialmente cuando estaba claro que para Sebastian no había significado nada.

Tontamente pensó que lograría ponerlo celoso y solo terminó sintiéndose patético por su pobre intento de sacarle la verdad.

-Joven Amo ¿Puedo pasar? - Dijo Sebastian tocando la puerta interrumpiendo así los pensamientos de su amo.

Ciel aún no se sentía listo para confrontarlo, pero no podía permitirse que Sebastian notara eso.

-Pasa...-Contestó Ciel girando su silla hacia la ventana. Por lo menos evitaría mirarlo.

-Le traje un poco de leche caliente. Debido a que no cenó me imaginé que sería de su agrado.

-Déjala en mi escritorio. - Dijo Ciel sin siquiera mirarlo. Él solo esperaba que su mayordomo se fuera y lo dejara solo. - ¿Algo más?

-...Joven Amo...

- ¿Qué?

Ciel esperó pacientemente a que Sebastian comentara algo con respecto al trabajo o simplemente decidiera irse sin decir nada. Por el largo silencio que hubo pensó que sería lo segundo. Sin embargo, si antes las acciones de Sebastian habían provocado que la mente del joven conde estuviera dando vueltas, lo que el mayor haría a continuación solo lo dejaría más confundido...

Bruscamente, Sebastian giró la silla de su amo hacia el frente haciendo que ambos se encontraran, y aunque en medio de ellos yacía el escritorio, Sebastian se inclinó para que su rostro quedara cerca de su amo...Demasiado cerca.

-... ¿Qué...qué quieres? - Preguntó Ciel nervioso, sintiendo como si su corazón estuviera a punto de salirse sin saber si era debido al susto que esa acción le causo o por la cercanía de ambos. Estaba inmóvil sin ser capaz de alejarse. No podría, aunque quisiera, su cuerpo no reaccionaba y Sebastian aún continuaba agarrando su silla.

-Joven Amo ¿Sucede algo malo? -Preguntó el mayor sin apartarse ni un centímetro. No parecía incomodarle estar en un acercamiento peligroso.

- ¿Por qué lo preguntas? - Ciel desviaba la mirada hacia un lado. No se atrevía a verlo a los ojos y ni siquiera él sabía porqué.

-Ha estado evitándome todo el día.

-...No es cierto...Debe ser tu imaginación.

-Entonces, ¿Por qué estás evitando mirarme?

"Estás" Sebastian solía tratar a Ciel informalmente a veces, pero solo era por dos razones; Cuando estaban solos para olvidar la relación amo-mayordomo y actuar como demonio-contratista o cuando estaba molesto. Esta vez definitivamente era la segunda razón.

-...No te estoy evitando.

- ¿Acaso hice algo que te molestara?

-No...- "Si" pensaba Ciel para sí mismo.

-En ese caso. Por favor mírame.

Esa situación... ¿Qué diablos estaba sucediendo? Ciel no podía creerlo ¿Cómo había acabado así? Hace unos días habían estado como si nada, ignorándose entre ellos la mayor parte del tiempo y manteniendo una relación profesional. Ahora estaban en medio de un raro enfrentamiento. Verlo a los ojos nunca fue un problema ¿Por qué ahora era tan difícil? Decidió que su propio comportamiento estaba siendo infantil e irracional, debía detenerse de una buena vez por todas.

Tenía que hacer a un lado esa manera de actuar nada propia de él, después de todo si no lo miraba Sebastian podía sospechar aún más, pero una parte de él también temía que al mirarlo el otro pudiera ser capaz de leer sus pensamientos.

Do you love me...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora