Recuerdos

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En lo más profundo de mi memoria... Sigue latiendo un recuerdo, el cual he tratado de olvidar un sinfín de veces. Aquella promesa, tú último deseo antes de partir, aún puedo recordarla. También recuerdo el día de tu partida y el día en que nos encontramos por primera vez... un encuentro el cual para mí no tuvo importancia en ese momento, solo se trataba de un día más en mí eterna y aburrida vida, pero jamás imagine que llegaría a extrañar tanto a aquel día y que todos estos recuerdos no harían más que atormentarme. Jamás imagine que llegaría a atesorar tanto todos estos recuerdos...

-Ja ja... ¡Por fin te atrapamos desgraciado! Ahora ¿Qué te parece si nos devuelves lo que nos robaste?

En las afueras de un pequeño pueblo se encontraban cuatro hombres, los cuales habían rodeado y capturado a un escurridizo ladrón. Tres de ellos lo sujetaban mientras su líder lo intimidaba y amenazaba.

El ladrón parecía ser un joven de unos dieciocho años, su cabello era negro y liso y sus ojos color miel resaltaban su bello rostro junto con un pequeño lunar en la parte inferior de su ojo izquierdo. A pesar de estar rodeado y que estaba siendo amenazado, el joven no se mostraba intimidado, parecía estar completamente tranquilo ante esa situación y con esa misma tranquilidad respondió.

-Robar es una palabra muy fuerte... ¿Por qué no lo llamamos un préstamo?

-Un préstamo dices... ¿Esto responda a tu pregunta?- Sin aviso previo, el líder de aquellos hombres golpeo en el abdomen al joven dejándolo casi sin aire, pero a pesar de eso el joven ladrón no dejaba de sonreír.

-¿Qué te parece esto? ¿O nos devuelves él dinero o acabamos contigo ahora mismo?- Dicho eso, el líder sacó una pistola con la cual apunto a la frente el joven.

Sus subordinados, quienes solo observaban mientras sostenían al joven, reían de placer al ver la situación de este, pues sabían que con un arma amenazándolo no tendría más opción que ceder. Pero la reacción del ladrón ante esa amenaza no fue lo que ellos esperaban.

-¡O vamos! Tú no necesitas ese dinero. Solo mírate, no creo que vayas a morir de hambre tan fácilmente ¿O sí?- Dijo el Joven sarcástico burlándose del peso del líder de aquellos hombres, puesto a que el parecía tener un par de libras de sobra.

-¡Desgraciado!- Con todas sus fuerzas, el líder golpeo el rostro del joven haciéndolo caer al suelo y luego se acercó para recogerlo tomándolo del cuello de su camisa y apuntándole con el arma nuevamente.

-¡¿Qué no entiendes la posición en la que te encuentras?! ¡¿A caso tú cerebro no funciona?!

-Tal vez tengas razón... pero por desgracia mi nariz funciona perfectamente.- Continuó hablando sarcástico el Joven, ya que el rostro de aquel hombre estaba demasiado cerca del suyo.

Aquel comentario sarcástico hizo que el líder perdiera la paciencia, por lo que golpeo el rostro del ladrón por segunda vez con más fuerza y luego le apunto nuevamente con intención de disparar.

-¡Hasta aquí llegaron tus bromas!-El Joven ladrón cerró los ojos esperando el impacto al escuchar el disparo, pero la bala nunca impacto en él, o al menos el no sentía nada.

Lentamente y con algo de temor el ladrón abrió los ojos y al hacerlo se encontró con algo peculiar. Los cuatro hombres yacían en el suelo y aunque no había sangre en sus cuerpos era evidente que estaban muertos, y el responsable parecía ser un hombre misterioso que había aparecido de la nada. Los ropajes de este nuevo personaje eran formales, llevaba puesta unas gafas y una cola recogía su blanco y largo cabello, consigo traía una enorme oz que lo hacía parecer como si de la muerte se tratara.

-"Mi nariz funciona perfectamente" aun estando frente a la muerte no dejaste de sonreírle- Decía el misterioso personaje entre risas sin poder contenerse.

Do you love me...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora