23 Adios

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Hoy había una importante misión para el pequeño grupo de cristal gems, y lo más interesante; debían ir a la distorsión galáctica.

-¿Qué es aquí?- Preguntaba la pequeña amatista mirando hacia todos lados impresionada, llevaba el espejo en las manos, no lo soltaba desde que perla se lo había dado devuelta.

-La distorsión galáctica, la central de los portales, todo lo que entre o salga de la tierra o viaje de un portal a otro debe pasar por aquí.- Explica Perla siguiendo a Rose. Como siempre lo hace. Ya saben, cosa de perla.

-¿Porque Zafiro no vino?- Vuelve a preguntar Amatista.

-No quería.- Cotesta simple Rubí y se encoge de hombros.

-¿Y porque no te quedaste a cuidar a "tu niña"?- Dice Amatista haciendo comillas con los dedos y cara de asco.

Rubí se sonroja y su cara tiene más color de lo normal. ¿Cómo es que siquiera Amatista sabe que Rubí suele llamar a Zafiro "Mi niña"?

Oh claro, Amatista es experta en eso de espiar a los demás. Rubí solo espera que Amatista no haya visto lo que pasó esos últimos días en la habitación de Zafiro... Amatista todavía es una gema pequeña.

-Me hubiera quedado con ella pero quería que las acompañará. Me arrastró hasta el portal. Literalmente.- Admite sonriendo un poco la gema roja.

-Tal vez te está engañando como tú se lo hiciste con Cristal y quería que te fueras para estar con la otra gema y cobrar su venganza.- Dice vAmatista lo más rápido que puede y al final sonríe inocentemente.

-Amatista, no hay otra gema y mejor cierra esa pequeña boca morada si no quieres que mi guante golpee tu gema hasta romperla.- Advierte Rubí y sonríe inocente justo como Amatista minutos antes.

La pequeña gema se esconde tras Rose.

-Rubí tranquila, creo que deberías volver al templo, podemos revisar los portales solas.- Dice calmada al líder y sonríe.

Rubí bufa molesta y camina dejando  pequeñas pisadas calientes en el piso hasta llegar al portal que conduce al templo para desaparecer en segundos.

Rose, Perla y Amatista revisaron cada uno de los portales y justo cuando hiban a regresar Amatista se detuvo frente al más grande de los portales; el que llevaba al planeta madre.

Podía irse. Podía irse en ese preciso momento y escapar, ir a conocer el planeta madre con Lapis. Justo como ella se lo había prometido. Claro estaba que luego encontraría la manera de sacarla del espejo.

Pero no podía abandonarlas, no podía abandonar a sus amigas, Rose era como una madre para ella y Perla era una de las personas más importantes en su vida, no podía dejarlas, no hiba a hacerlo.

Rose y Perla miraron dudosas a la pequeña gema mientras se quedaba inmóvil frente al portal mirando el espejo, pero ninguna dijo nada. No era momento para palabras sino para acciones. Y eso era lo que hiba a hacer Amatista. Definitivamente no hiba a abandonar a la mitad de su universo, porque si, una de las cristal gems había logrado captar toda la atención de la pequeña gema de unos cuantos miles años, pero eso no importaba ahora, quería que Lapis volviera al planeta madre. Así que solo dejo el espejo sobre el portal.

-Adiós Lapislázuli, gema del océano, espero que algún día nos volvamos a ver. Pero por ahora eres libre Lapis, puedes irte. Nunca me olvides. Te quiero.- Dijo la pequeña Amatista y da la media vuelta con la mirada baja para ir al portal de vuelta al templo y activarlo mientras llora y desaparece de la vista de las dos más grandes.

-Rose ¿Qué hacemos?- Dice Perla conteniendo las ganas de llorar. Eso fue simplemente hermoso y conmovedor.

Perla gira la vista hacia la más grande que llora silenciosamente mientras se dirige al portal y toma el espejo.

-Yo no puedo sanar su gema, y no podemos dejarla aquí. Guárdala Perla, confió en ti. Si alguna vez encontramos a una gema que logre reparar el daño que le hemos hecho a Lapis tú le entregaras el espejo.- Dice Rose mientras entrega el espejo a su mejor amiga y esta lo guarda para que después ambas regresen al templo.

Al llegar no hay nadie afuera más que Zafiro y Rubí que está a unos metros de ahí dando vueltas en la arena, parece frustrada o simplemente en shock, ya que no está calentando todo a su alrededor no está enojada.

Rose se dirige a su habitación y Perla solo observa a su par de amigas.

-Oh perla, necesito hablar contigo.- Dice Zafiro sin mirarla, todavía observando a Rubí.

-¿Qué sucede con Rubí?- Pregunta curiosa Perla.

-Oh ella, descubrió lo que hice con la gema de Ámbar, no es gran cosa. Pero quería hablarte de otra cosa. Dentro de varios miles de años, aproximadamente dos mil habrá una gema, no logro ver su aspecto, solo sé que es un cuarzo rosa como Rose y tiene poderes sanadores. Su corazón será puro y será capaz de reparar la gema de Lapis. Tú debes entregársela a pesar de que dudes de ello. Sé que Rubí dice que podemos escoger nuestro propio destino pero Lapis debe ser liberada. ¿Me entendiste?- Las palabras de Zafiro parecían más una orden que una sugerencia. Porque eso eran. Veía el camino del destino forjándose hacia el horizonte. No se puede evitar lo inevitable y que Lapis fuera liberada en dos mil años era inevitable.

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Sigo esperando sus dibujos...

902 palabras Wow.

Pd. Soy una chillona :'(

Pd.2. Dos capítulos más...

Nos leemos luego. Beth

Rubí y Zafíro: Garnet una experienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora