5. Madame Lorrine

9 1 0
                                    

5. Madame Lorrine


PDV Nicolás Torm

-Como si tu palabra valiera de algo- dió media vuelta para alejarse de mi pero la tomé del brazo y la hice girar para que me mirara -Suéltame Nicolás o esta boda terminará mucho antes de lo planeado o si quieres tratra de hacer lo que tienes pensado para salir de esta casa hoy mismo- dijo con voz grave, la solté y se alejó de mi imagino para cambiarse de ropa.

Estaba echando chispas por sus palabras, quería golpearla cuando la tomé del brazo pero en cuanto se giró y los ojos miraron su rostro mis ojos se movieron hasta sus labios y me dio deseos de morderlos, cosa que no se dio cuenta porque la solté de mi agarre, sentí que mi interior se removía quería salir tras de ella y hacerla mía; salí lo más rápido que pude y corrí hacia el bosque su aroma me inundaba cada fibra y sino me alejaba para aclararme iría por ella.

Vague por un par de horas, se que la había cagado con ella por todo este tiempo que ella ha pasado con Mateo, pero solo el hecho de pensar que labios tocaban los de él o que sus manos los tocaban me ponía mal y no permitía que ella saliera de mí vista cuando estaba en su casa por lo que procuraba pasar mucho tiempo allí, pero ella siempre encontraba la forma de verse con él y eso me ponía histérico y la atormentaba hostigandola en todo lo que podía.

PDV Sandra Vega

Me saque la ropa con la que habíamos salido a cazar y me metí al baño para una ducha rápida, salí y me fui hasta el armario donde Mili había guardado mi el a mientras yo estaba fuera con Nicolás, me puse un vestido blanco con estampado de flores rojas que me llegaba hasta la mitad del muslo, me puse un cinturón finito verde y unos zapatos a juego, recogí un poco mi cabello de un costado y ondulé las puntas de o mismo, me maquille un poco aplicándome una sombra clara en los párpados y rímel, un poco de color en los pómulos y me puse brillo en los labios nada mas, recae cada detalle en el espejo, encontrándome perfecta ni tan recargada ni tan simple, salí de la habitación y baje para esperar a la tal Madame Lorrine.

Nicolás no se encontraba y realmente esperaba que no llegue pero luego de una hora después llegó, me miró unos momentos de pies a cabeza y frunció levemente el ceño y subió sin decirme nada, bajó luego de media hora y se lo veía realmente atractivo con lo qué llevaba puesto un pantalón de vestir gris una camisa con las mangas remangadas hasta los codos y dos botones abiertos dejando entrever el inicio de su torso pétreo, estaba para comérselo y al darme cuenta al lugar donde se dirigían mis pensamientos desvié mi mirada hasta sus ojos, lo cal fue una mala idea pues me miraba de una forma extraña que hizo que mi cuerpo se me erizara por completo, peor fue ver su sonrisa ladeada que lo hacia ver mas apetecible, trague duro al fijarme que se estaba acercando a mi.

-Me acaba de llamar Madame Lorrine está por llegar- dijo a solo cinco palmas de mi.

Yo escuchaba su voz mientras miraba sus labios como se movían y recordaba el beso que nos dimos, susurré un "Okey" al subir mis ojos para encontrar los suyos que me veían también y el jadeo un poco, hizo ademán de acercarse pero el timbre de la casa retumbó por todo el lugar, haciéndome salir del trance en el que estaba.

Unos de los darrels se apresuró en abrir la puerta y pasó Madame Lorrine detrás de ella entraron también dos darrels vestidas completamente de negro elegantes pero no como ella, una mujer hermosa rubia y esbelta, no solo por ser vampiresa era hermosa en verdad, pero ahí estaba ella y me sentí insignificante a su lado, estaba ataviada en una abrigo blanco tipo sastre un sombrerito pequeño del mismo color del abrigo, se lo quitó con mucha elegancia dejando ver como un vestido azul marino cubría su envidiable figura, era hermoso de cuello amplio y una pequeñas mangas de tela borda cubría el inició de sus hombros cubriendo solo cinco centímetros de piel en esa parte, el vestido cubría su cuerpo hasta dos dedos arriba de su rodilla y usaba unos zapatos azules del mismo color de su vestido, se la veía elegante yo a su lado me veía patoja, que horror.

Castas, Amor contra LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora