6. No soy Yo

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6. No soy Yo

Entré a mi habitación azotando la puerta, estaba enojada por su comentario, que se cree que es no soy de su propiedad, no soy un objeto el cual puede adquirir cuando quiere, lo que mas me intriga es el por qué?, su actitud conmigo el querer tenerme con él.
Si no valgo nada para él por qué seguir con esta pantomima, ahora no creo que solo sea de que Mateo sea Darrel y que esté conmigo sea su enojo tiene que ser algo mas, algo tiene que ganar él con todo esto, por qué seguir con lo del matrimonio si sabe que yo no lo deseo y peor aún él.

Me metí al baño cogiendo una toalla del armario y sacando un pijama cómodo, no tenía sueño solo quería quedarme en mi habitación, me saque la ropa y me metí a la ducha dejando correr el agua y cayera sobre mi cuerpo; deje escapar la frustración que estaba aguantando este día, mis lágrimas se confundían con el agua que bajaba por mi rostro, sollozaba los mas bajo que podía para que no me escuchara Nicolás, en verdad estaba sintiendo que lo odiaba.

Me seque con la toalla me vestí y luego en volví mi cabello con ella, quería acostarme en mi cama y dormir por días, si podría hacerlo.
Salí del baño y me encontré a Nicolás acostado en mi cama. Yo me recosté sobre la puerta del baño.

-Te ves bien así vestida- me dijo mirándome coqueto.

-Déjame en paz Nicolás- contesté irritada sin darle importancia a lo que me decía.

-Mateo alguna vez te ha besado como yo lo he hecho?- preguntó para hacerme enojar.

─Si y besa muy bien─ le dejo haciéndole un mueca grosera y camine al sillón grande para acostarme.

─Pero dudo que te haga temblar como yo lo hago─ estuvo pegado a mi en menos de un suspiro, respirándome cerca del oído lo que hizo que mi piel se electrizara.

─No inútil, el me respeta─ me puse roja por su entrometimiento ─Además eso no te incumbe es mi vida privada-- lo empuje con fuerza para que se alejara ─Y por favor quédate lejos de mi─ le gruñí, ya resignada que no saldría del cuarto y quería fastidiarme.

─Estas muy equivocada chiquita, Yo soy tu vida privada, te recuerdo que estamos comprometidos; tus padres te enviaron conmigo y nos casaremos muy pronto─ ya lo tenia sobre mi susurrándome al oído otra vez, lo que hizo que se me despelucara todo el cuerpo ─Te prohíbo que pienses en él─ me rosó el cuello con sus labios haciendo que temblara, una sensación que me agradó mucho mas de lo que esperaba -Y muy pronto ésta sera nuestra habitación- recalcó la palabra nuestra.

Tratando de disimular los nervios que me producía el tenerlo cerca lo aleje de mi poniendo todas mis fuerzas en brazos y manos, salió por los aires y aterrizo en medio cuarto de pie y sin hacer ruido. Este sentimiento me saca de quicio no se porque me siento así cuando se me acerca demasiado, se que no está bien y si se me acerca de nuevo no sé si podre controlarme. Tengo que mantenerlo lejos de mi lo suficiente, me he controlado tanto con Mateo o mas bien el nos ha controlado para que no pase nada mas que besos y eso es frustrante.

─Te recuerdo que es mi cuarto y lo será por mucho tiempo en lo que ha mi concierne, todas tus porquería ya están en la otra habitación─ le susurré ─tendrás problemas con papi si sigues molestándome─ le dije con voz de niñita santurrona ─si llega tu padre me escuchara─ sonreí.

─Te podría cerrar la boca con un beso y te recuerdo que recién acaba de salir, pero si quieres intentar?─ dijo en tono cansado.

Mierda lo había olvidado, si que me saca de quicio

─Realmente no te entiendo por qué haces como si no hubiésemos discutido allá abajo y todo lo que salio de estúpida boca─ dije cansándome de su actitud.

Castas, Amor contra LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora