4.Estadía

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4.Estadía

PDV Nicolás Torm

Sabia que Sandra me tenia fastidio, pero eso iba a cambiar muy pronto, ella me había gustado desde hace mucho tiempo pero no tenía la oportunidad por el estúpido ese... Mateo, hasta ahora puedo entender que le ve y porque razón jamás me vió de esa manera, hermano!! Si claro.

Sandra salió casi después de una hora, se la veía sexy con ese modelito de dormir, obviamente no se lo iba a decir, aún no.
Me miró mal apenas salió del baño, yo solo me limité a sonreír y palmear aun lado de la cama donde estaba acostado, ella rodó los ojos y se sentó en el mueble que estaba frente al librero, cruzándose de brazos y piernas.

-Será mejor que te vayas quiero descansar un poco y tu me indispones- dijo molesta.

-Yo creo que no es así, se que te gusto y no lo quieres aceptar- le dije para darle coraje.

-Estas muy equivocado con esa suposición y te agradecería mucho que te vayas de aquí ya- dijo tocándose el puente de la nariz como si se contuviera de hacerme algo.

-No, quiero quedarme aquí un poco más- dije en tono burlón logrando que me mirara.

-No tengo tiempo ni ánimo para aguantarte, sal de aquí por favor- dijo exasperada.

-Solo con una condición- dije sonriéndole, mientras ella me miraba con odio -Bésame- a lo que ella solo se limitó a mirarme incrédula.

Luego de unos segundos se le pasó la incredulidad y el asombro, su mirada cambió y por un par de segundos ví que le brillaron los ojos de una manera que no pude decifrar porque en ese mismo segundo me miraba como si estuviera avergonzada, se paró del mueble y se puso de espalda contra la puerta del dormitorio, yo seguí sus movimientos con la mirada y me senté derecho en la cama a esperar que hablara.

-Me dejarás sola si te lo doy y no volveras a molestarme?- pregunto mientras con la punta del pie, tocaba suavemente el borde de la alfombra haciendo que los músculos de su pierna se tensaran haciendola ver más larga y más tersa su piel.

-Lo haré- dije quitando mi mirada de sus bellas y esbeltas piernas.

-Esta bien- dijo en susurro temblandole los labios.

No esperé mas y en menos de un segundo estuve parado frente a ella, una de mis manos fue hasta su espalda baja y la otra detrás de su cabeza, ella puso ambas palmas en mi pecho y suspiró de la sorpresa de mi rapidéz.

-No pensé que hablaras en serio- dijo bajito.

-Hablaba muy en serio- dije rosando sus labios con los míos.

Deposité un suave beso en sus labios y ella cerró los ojos, le di otro beso igual de suave, no queria que creyera que me queria aprovechar de la situación -bueno... si, tal vez un poco- pero quería que lo disfrutara y se diera cuenta de que me gusta.

Profundicé el beso apegandola más a mí y arrimandola contra la puerta, ella subió sus manos hasta rodearme con sus brazos, después de unos segundos el beso se estaba haciendo intenso, podía sentir sus colmillos rozar mis labios, en el siguiente segundo sentí que me arrimaba a la pared junto a la puerta sin despegar sus labios y su cuerpo del mío y lo siguiente fue que me ví atravesar el marco de la puerta y esta cerrarse delante de mí.

Me había sacado de su habitación, sabía que no saldría de allí aunque eso no fuera cierto, pensaba cumplir mi palabra; me había dejado picado con este beso y realmente quería mas, pero por ésta noche la dejaría tranquila.

PDV Sandra

Me quedé junto a la puerta después de haberlo sacado a Nicolás de aquí, no pensé que el beso fuera así y no se en qué momento me perdí, aun podía sentir sus labios sobre los míos y me palpitaban, el beso fue distinto muy intenso, demasiado diferente a los de Mateo.

Castas, Amor contra LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora