-No lo se.- Dijo Naruto desinteresado. Sakura se volvió a todas partes intentando ver de donde había salido el kunai, y como Sasuke sabe que Sakura es muy minuciosa, cambio de lugar con un gran sigilo, que ni el movimiento de hojas produjo. Este día se la pasaría vigilando a Naruto, cueste lo que cueste.
La mañana de Naruto era realmente buena, y no podía pensar mas que en el beso de su sueño, sintiendo los suaves labios del Uchiha, tan real como puedas imaginarte. Distraídamente Naruto tocó sus labios con una de sus manos cerrando los ojos por un momento dando un gran suspiro por la boca.
"Tan real"
-Oye, Naruto, hoy tenemos día libre, ¿A dónde quieres ir?- ¿Qué acaso Sakura no lo dejaría en paz durante todo el día? Bajo su mano y le miró con una sonrisa un tanto torcia.
-A dónde quieras ir tu.
-Oh, que bueno que lo dices, porque quiero llevarte a un lugar especial.- La pelirosa le sonrió de una manera amigable, y tomó su mano con delicadeza. Por un momento Naruto no sintió el típico fastidio que le abarca cada vez que la tenía cerca últimamente. Se dejó llevar.
Sakura caminaba extrañamente nerviosa, como si temiera que alguien viera a ambos dirigirse a un lugar secreto. Y nadie los vería, excepto una persona. Sakura salió de la aldea, y a Naruto le inquietaba un poco la forma en la que ella caminaba, y miraba a todos lados. Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos tanto como para que la entrada a la aldea no se viera, la ojiverde caminó hasta unos arbustos demasiado grandes y tupidos, aún con la mano de Naruto apretada contra la suya.
Al salir de esos arbustos que hizo que a ambos se les quedaran las hojas pegadas a sus cuerpos. Pero la escena era hermosa, había un bosque total de Sakura's o Flores de cerezo, como quieran llamarles. Era excepcional, era fantastico, simplemente hermoso.
Sakura respiró ondo a las flores que le dieron por nombre. Era como si estuviera ella en donde pertencía. Con las flores.
Y Sasuke no se quedaba atrás, vigilaba todo desde un árbol cercano. Era curioso ya que sus ropas negras seobresaltaban mucho en ese campo visional rosa. Miraba con algo de aburrimiento recargado en el árbol, su mirada estába concentrada en Naruto y nada más en Naruto. Pero un movimiento brusco hace que Sasuke se ponga en alerta.
Sakura, había dando la vuelta soltando la mano de Naruto, tenía la mirada baja, las mejillas sonrojadas y jugaba con sus dedos detrás de su espalda.
Un comportamiento raro a decir verdad.-N-Naruto... Hay algo... q-que siempre quise hacer...- Naruto no dijo nada, se limito a mirarla, y Sasuke relajó su cuerpo dandose la media vuelta alejandose un poco de ambos para no matar a Sakura ahí mismo.
-Jajaja, ¿Y qué es, Sakura-chan?- Le preguntó poniendo su brazo detrás de su nuca con media sonrisa. Sakura, sin rechistar, se abalanzó sobre Naruto dejando sus brazos inmóviles a sus costados con sus propias manos, Naruto, ni moverse podía. ¿Desde cuando Sakura se había vuelto más fuerte de lo normal?
-S-sakura...
-Naruto... - Murmuró acercandose al rubio para así comenzar a besarle de una manera apasionada, él no sabía que hacer, sin embargo correspondió. No sabía porque lo hacía, para comprobar tal vez, y en efecto, los labios de Sakura no eran iguales a los de su sueño. No había notado cuando Sakura ya había desabrochado su chaqueta y había subido su camisa acariciandole el torso, estába claro que quería algo más.
No tuvo más tiempo de pensar cuando la mano de la ojiverde comenzaba a vagar por su compadre sobre la tela del pantalón.
Gimió.
Y eso basto. para que Sasuke entrara de nuevo en alerta al ver que les había dejado solos. Naruto ya no correspondía el beso, lo hacía muy a la fuerza, y la saliva iba resbalando por la boca de Naruto. Ya no quería, ya no...
Un kunai pasó por entre el hueco que había entre el encorvado cuerpo de Sakura y Naruto, Sakura se alejó con un sobresalto, soltando las muñecas de Naruto, mirando en dirección de donde había venido el arma.
Y sin esconderse ahí estaba, su primer amor.
Tratando de matarla.
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Detrás de las ventanas negras. |SasuNaru|
RandomMuy cuidadoso debes ser con esas cosas de gran importancia mientras más cerca de ti estén, más duro será dejarlas.