× cuatro ×

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¡Hey tú! ¡Hasta que te dormiste!
Lo siento, hoy tuve muchos trabajos que hacer y recién logré terminarlos.
Me tuviste preocupado. ¿Cómo estuvo tu día?
Hoy mamá tuvo un shock depresivo, y pues...
Tranquila, te entiendo. No tienes que seguir si no quieres.
No, no. Está bien. Gracias por siempre preocuparte. De todas formas, el día no estuvo tan mal al final. Mi novio pasó por mí y fuimos a cenar y al cine.
¿Y se divirtieron?
Sí, y mucho.
Me alegro por ti.
¿Pasa algo?
No es eso, solo que, nunca he sentido algo real por alguien.
¿Algo real?

Me refiero a que, no me gusta enamorarme. No quiero hacerlo nunca.

¿Por qué no?
No creo he conocido a alguien que realmente me quiera a mí.
¿Y cómo sabes que no te quieren?
Solo lo sé. Hay veces en las que siento que las personas merecen más que les haga daño, a que les dé cariño.
Pero a mí no me haces daño.
Es porque aquí soy otra persona. Aquí soy yo mismo. A veces quisiera que no solo seas un producto de mi imaginación.
Es muy raro que hayan pasado tantos años, y sigamos imaginándonos, ¿no lo crees?
La verdad que sí. A veces me pregunto qué pasaría si fueras real. Si pudiéramos vernos fuera de los sueños.
También yo. Estoy segura de que soy real, y tú también estás seguro de que eres real, ¿no es así?
Pues, sí. Pero es imposible, nunca te he visto, y nunca me has visto. No podríamos soñar con nosotros. Ni continuar el sueño... Todo esto es tan raro. Creo que es menos psicópata creer que eres producto de mi retorcida mente, o los psicólogos me meterían a un manicomio.
Es cierto. Espera un momento...
¿Qué pasó?
Quiero decirte mi nombre, pero por alguna extraña razón no lo recuerdo.
Ahora que lo mencionas, tampoco sé cómo me llamo. Ni mi edad, o dónde vivo.
Me pasa lo mismo. Creo que esto confirma que toda esta situación no es real, sino imaginaria.
Tienes razón. Aunque, ¿sabes qué sería genial? Que nos pongamos algún nombre.
¡Es una gran idea! Tú tienes cara de... ¡Alex! Tal vez te llamas así.
¿Lo crees? Me gusta Alex. Y pues tú tal vez te llames... ¿Emma?
Emma, así me llamaré.

–¿Michael? Despierta, tienes que ir a la preparatoria. –se escuchó su mortificante voz al otro lado de la puerta. Maldita sea, ya es nuevamente de día. Gire para ver la hora y me di con la sorpresa. 5:30 am.

–¡Elizabeth! ¿Por qué me despiertas? ¡Siempre me despierto yo solo a las seis! –respondí muy enojado.

–Hoy tendré que salir por algo importante. –añadió mientras entraba a mi habitación. –Así que te dejo tu desayuno antes de irme.

–No quiero nada, llévatelo. –le dije mientras me sentaba en un lado de la cama.

–Pero Michael, tienes que...

–¿¡No entiendes que no quiero nada!? –le grité mientras la empujé fuera de mi habitación con lo que traía. Golpeé fuerte la puerta con el cierre y me tiré de nuevo a la cama.

~*.~*.~*.~*.~*.~*.~*.~*.~*.~*.~

Emma, ese es su nombre. La palabra me vino a la mente en medio de ese tormento matinal. Al fin pude recordar algo fuera de sueños. Estaba muy enfadado por despertar antes de tiempo, pero solo al recordarla ya estaba bien. Me puse los converse negros de siempre y la ropa que suelo usar ahora para irme a la preparatoria. Qué ganas de que termine ya, no soporto las materias ni a las personas que me rodean.

Salí de mi habitación y me dirigí a la sala. Mis hermanos desayunaban y mi madre, como siempre, no estaba. No paré a saludarlos y salí con destino a la preparatoria.  Me puse los audífonos en el máximo de sonido para escapar de alguna forma a otro mundo mientras caminaba.

I walk a lonely road
The only one that I have ever known
Don't know where it goes
But it's home to me and I walk alone

I walk this empty street
On the Boulevard of Broken Dreams
Where the city sleeps
And I'm the only one and I walk alone.

En serio amaba esa canción, era de una de mis bandas favoritas. Llegué a esa cárcel que quedaba a unos 15 minutos de donde vivía. Normalmente, los egresados de esta preparatoria van a la Universidad de Queensland, que queda justo al lado. Yo ya debería estar en la universidad, pero me retrasé el año que me expulsaron de la antigua escuela. No me importaba, ya que ser mayor me daba ventaja de asustar a los demás. Antes de entrar, sin darme cuenta tropecé con una chica. La había visto observándome unos días atrás. Como al chocar tiré sus libros, no dudé en ayudarla. Tal vez ella sea mi nueva víctima, desde hace 3 meses que no jugaba con alguna chica. Las de la preparatoria se estaban agotando y ella era de aquella universidad. Era la oportunidad perfecta. Tenía el cabello rubio, ojos azules y labios carnosos. No era para nada fea, pero tampoco me sentía atraído. Sin embargo, necesitaba una mujer ya. Le sonreí y ella se sonrojó. El primer paso estaba listo, sería sencillo andar con ella. Ella siguió su camino y yo el mío. Tal vez la vería luego de clases.

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-Michael actual en multimedia-



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