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-Pues ojalá Dios te mande al infierno por no amarlo-
- Qué estúpida eres-
-Oye, estamos en la iglesia, además todas quieren con él, es una perfección-
Elizabeth la ignoró y la dejo hablando sola.
-Hola Hnos. Y Hnas. Que Dios los bendiga oremos- dijo Samuel.
Todos comenzaron a orar, excepto Elizabeth.
-Todas las de aquí son unas estúpidas- pensó
-Elizabeth ora- dijo en voz baja su madre.
Ella solo cerró los ojos.
-Amén-
-Amén- repitieron todos
El culto comenzó, duraba 1 hora,
-ahora dejaremos a cargó el grupo de alabanza-
El grupo pasó y Samuel era el encargado para variar, el cantaba y tocaba el piano.
Todas las jovencitas estaban maravilladas a excepción de Elizabeth, ella hacia caras.
-Deberías de estar en el grupo de alabanza cielo- murmuró la madre.
-¡qué!- exclamó
- solo decía- dijo Margareth.
Samuel tenía una hermosa voz.
Mientras qué el grupo cantaba, Samuel miraba con ojos de amor a Elizabeth, y ella le hacia caras.
El grupo termino de cantar.
-Amén- dijo el pastor
-Bueno, ahora voy a predicar-
-Qué aburrido- murmuró Elizabeth.
Todos voltearon a ver a Elizabeth, y Margareth le hizo una cara de enojo. Gracias a Dios el pastor no la había escuchado.
Elizabeth se puso de pie y fue hacia el baño.
El baño estaba cerca de la salida.
Pudo sentir olor a cigarro pero siguió a su destino.
Elizabeth le tenía un odio a los hombres, pensaba qué todos eran iguales, qué todos engañaban. Para ella su padre era el mejor el qué nunca la defraudaría, pero se equivocó. Pensó que Samuel era un idiota que por ser "guapo" podría tener todo.
El olor seguía.
-En la iglesia se fuma- se preguntó
Salió del baño y pudo sentir qué el olor provenía de afuera. Se dirigió hacia la calle, mientras qué el pastor predicaba.
Elizabeth siguió oliendo hasta que llegó a la esquina de la iglesia.
Un joven estaba fumando rescotado sobre la pared y con un pie sobre la iglesia.
-guau- dijo asombrada.
-Qué onda- dijo él.
-Hola- dijo ella
-Quieres un cigarro- preguntó
-Claro- dijo ella
El joven no le había dado una mala impresión pensó que todos los del pueblo eran idiotas como Samuel pero este era diferente.
-Hey cómo te llamas-
-Elizabeth-
-¿Y tú?-
-Trent-
-¿Y asistes a este lugar-
-Claro qué no, mi madre me obliga-
-Ja- dijo sarcásticamente
-¿Y porqué fumas aquí-
-Por muchas cosas-
-¡ELIZABETH POR DIOS QUÉ ESTAS HACIENDO CON ESO-
Margareth apareció y le arrebató el cigarrillo de sus labios.
-Mamá, me Quemaste la boca-
Al lado de Margareth estaba Samuel.
-Vámonos de aquí- gritó y jaloneó a su hija .- Y tú si vuelves a estar con mi hija te acusaré con los oficiales por darle droga a una menor-
-¡Mamá!- exclamó ella.
-estas bien- preguntó Samuel.
-Muevete- gritó ella
El joven desconocido se reía.
Samuel se hizo a un lado y Elizabeth pasó.
-Oye Eliza- gritó el joven.
Elizabeth volteó a verlo.
-También estoy aqui por cuentas pendientes-
Elizabeth le devolvió una sonrisa.
-Pasa ya, y no hables con él-
Elizabeth paso de largo hacia el auto, atrás iba su madre y atrás estaba Samuel.
El joven desapareció en la oscuridad.
-Elizabeth, ¿Porqué estabas fumando?-
-Ay Mamá, sólo me ofreció uno y no se lo podía despreciar -
-Yo te ofrecí ir a la iglesia para qué cambiáramos las dos ¿Y tú lo aceptaste?-
-ay mamá- dijo ella y se metió mejor al auto.
-Nos vemos Hna. Margareth-
-Adiós, Samuel y perdón por lo qué acaba de suceder-
-No hay pena hermana, seguro Dios tiene un plan bueno hacia ella- dijo amablemente.
Elizabeth fruncio el ceño al oír lo qué había dicho Samuel.
El joven se fue y Margareth se subió al auto.
-Me hiciste quedar mal Eli-
-Mamá para empezar tú me obligaste a venir, y otra cosa los sermones son aburridos-
-Esta bien ya no te voy a traer-
-Muy bien- espetó.
Margareth encendió el auto y se fueron a su hogar.

La Mitad Oscura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora