Capitulo 7

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Cuando llegue a su lado me tomo de la mano y empezamos a caminar. Antes de llegar a la puerta desde donde vigilaba el portero, cruzamos la calle. Caminamos por la avenida un tiempo sin decir una palabra. Despues de un tiempo me decidi:

- ¿A donde vamos?

Emma me miro y me sonrio. Pero no me dijo. Siguio caminando

- Estas loca. ¿Lo sabias? - pregunte

- Ya me lo habian dicho, gracias - respondio

- Ah! Si hablas! Crei que te habian comido la lengua los ratones - ironize

- Claro que hablo. Lo dudabas?

- No, lo he comprobado con el tiempo. Por lo menos dime a donde vamos! Ya que me sacaste de la escuela, sin siquiera dejarme llevar mi mochila.

- Tranquilizate, de acuerdo? Volveremos.

- Ah si? Y dime, genia, como planeas que entremos, eh?

- De la misma forma que salimos, querido - rodo los ojos.

Estaba a punto de explotar. Ella no comprendia la situacion. No conocia a sus padres, pero ella tampico conocia a los mios. Tal vez sus papas se lo permitian, o no le decian nada, pero los mios no eran asi. No eran nada piadosos.

Mi excusa parecia muy logica con algun adolescente o niño. Pero con mis padres no, que les iba a decir?
La niña que me gusta salio y no la podia dejar sola. Lo que llevaria a que me dijeran: Entonces si ella salta de un puente, tu tambien lo haras? Tal vez Dany, mi hermana mayor, me apoyaria, pues a ella le gustaban esas cosas romanticas, en donde el chico persigue a la chica o la apoya y no la deja sola. Pero para mis papas eso no valia.

Despues de 15 minutos caminando llegamos a un parque muy lindo. Las jardineras estaban completamente llenas de pasto. Y con el calor que hacia a cualquiera se le antojaria pisar descalzo por ahi. Habia niños corriendo y jugando por todos lados. No eran muchos por la hora. Pero sin duda estaban felices siendo... niños.

- Llegamos - dijo Emma.

- Wuau! - no podia salir de mi asombro.

- Te gusta? - me pregunto con su sonrisa.

- Si! Claro! Es precioso!

Camino hacia una jardinera con nuestras manos aun juntas y se metio. Se sento con las piernas cruzadas y yo me sente como indio.

- Ayer, mientras iba con mi padre hacia su oficina. Pasamos por aqui. Despues hable contigo y dijiste que nos vieramos. Me parecio una estupenda idea venir acá a hablar. Valio la pena la escapada ¿No crees?

- Si, tal vez. Pero cuando mis papas se enteren no creo que les interese mucho lo bonito que es el lugar.

- Tus padres no se enteraran de esto. No tienes de que preocuparte.

- Aunque tal vez se les pase el enojo si por fin me dices lo que habias prometido.- dije esperando que por fin me lo dijera

Emma rio y despues se me miro.

- Como te dije, ellos no se enteraran de esto

- ¿Como es que estas tan segura?

Sonrio y me dijo

- Solo lo se

Frente a nosotros estaba una mujer de casi 25 años, llorando. Pero no era un simple llanto, el que dices pobrecita se peleo con el novio. No, era un llanto fuerte, de: ¡No me dieron lo que quería!. El llanto de un bebe al que no le compraron su juguete o un dulce. Sinceramente, yo no recordaba haber llorado así jamas.

- Wuau! Jamas habia escuchado a alguien llorando asi. Es extraño - comente

- Pobre. Lo que sea que le pase debe estar doliendole mucho para que llore así. y no me refiero a algo físico.

- ¿Que pude estar doliendole tanto para que llore así?

- No lo sé. Solo se que en algo tan pequeño como una lagrima, cabe algo tan grande como un sentimiento o un corazón roto.

- Lo dices como si supieras exactamente lo que se siente.

- Todos en algún momento de nuestra vida nos enteramos que es salir herido o con el corazón rasguñado. Si no es antes, es después, pero todos lo experimentamos.

- Entonces, ¿tu lo sabes? ¿sabes lo que se siente?

- No de la forma de que algún chico haya roto mi corazón - me miro y sonrío. Después volvió su vista al frente y siguio hablando - pero si, he sentido dolor,- sonrío - aunque, eso no me vuelve una amargada o una persona apunto de morirse.

Pensar que Emma podria haber pasado por un dolor desgarradador y seguir sonriendo, solo alimentaba mi admiración. Pero a la vez me dolia, saber que ella sufrio y yo no pude hacer nada para protegerla de ese dolor me lastimaba. Empezaba a sentir ese sentimiento de protección, que me hacia pensar een que nunca dejare que la vuelvan a herir.

- Entonces - dijo - recuerdame por que estamos aquí - y sonrio.

¿Almas Gemelas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora