Capitulo 12: Jaqueca
-Argh- me queje enterrando mi cara en la almohada. La luz del sol que atravesaba las rendijas de la persiana hacia arder mis irritados ojos. De repente sentí una fuerte presión en mi cabeza y la sostuve con ambas manos. Todo sonido proveniente del exterior sonaba mil veces mas fuerte en mis oídos y me taladraba la cabeza como nunca en mi vida.
Tape mis orejas con la almohada pero no tenia caso, aquellos molestos sonidos no dejaban de oírse. Frustrada, tome la almohada con ambas manos y la arroje directo a la ventana. (No, no salio volando afuera, solo choco contra el vidrio y cayo al suelo) Mire el reloj que marcaba las tres pm, había dormido toda la mañana.
Llamo mi atención el vaso de agua que se encontraba en mi mesa de noche. Junto a el había dos pastillas. Las tome sin pensarlo dos veces y las trague de un sorbo.
No sabia como ni cuando había llegado a casa pero en este momento realmente me daba igual.
Baje de la cama cayendo directo al frió suelo y me arrastre al baño balanceándome de un lado al otro. Sentía que la cabeza me iba a estallar.
Encendí las cegadoras luces con los ojos entre cerrados. Me contemple en el espejo provocándome nauseas a mi misma. No había otra forma de describirlo, daba asco. Mis ojos estaban rojos e hinchados. Tenia ojeras gigantescas y restos de mi estropeado maquillaje en todo el rostro. El rimel se había deslizado por mis mejillas dejando un rastro negro a su paso. Mi cabello parecía un nido. Esta revuelto y lleno de nudos.
Ahora mismo era el equivalente a una rara especie de mapache electrificado o algo asi.
Decidí darme una ducha y no torturar al mundo con mi aspecto actual. Seque mi cabello por fin desenredado y me aplique corrector de ojeras para disimular la falta de sueño. Camine hacia mi armario envuelta en una toalla sosteniéndome con una mano a la pared. El dolor de cabeza ya era mas leve pero el mareo seguía ahí. Decidí que hoy me quedaría en casa así que me puse unos shorts viejos y un suéter morado que casi llegaba a mis rodillas.
Sonreí para mis adentros feliz de haberme quitado parte de la noche anterior de encima. Pero los recuerdos seguían ahí...
Me acosté en mi cama abrazándome a mi misma pensando en todo lo que había sucedido anoche. Adam y yo habíamos tenido nuestra primer pelea y no lo había visto desde entonces. había perdido el control con el alcohol. Emet había intentado aprovecharse de ello. Y luego estaba Nate... Cuando se trataba de el todo era dudas. No podía recordar nada de nuestro pasado y no entendía porque me había fastidiado tanto verlo con aquella rubia regalada. Mierda! Ni siquiera comprendía cuales habían sido sus razones para darle semejante paliza a Emet.
Tome mi otra almohada (la que no había arrojado) y la aplaste contra mi rostro frustrada y exhausta por todo lo que estaba sucediendo.
-Mi vida es un desastre- murmure con desgano.
En situaciones como esta, cualquier chica normal lloraría desconsolada en el hombro de una amiga o tragaría horas y horas de películas románticas preguntándose porque no podía ser su vida tan simple y bella pero para mi solo había un método para lidiar con las penas y ese era mi buen amigo, el helado. (No,no bromeo)
Me levante de la cama de un brinco y en seguida lo lamente sintiendo como todo comenzaba a darme vueltas una vez mas. Espere un rato hasta que recupere la compostura y entonces arrastre lo pies hacia la puerta. deslice mi cabeza fuera y mire a ambos lados rápidamente. Saque el resto del cuerpo lentamente y camine sigilosamente por el pasillo. Baje las escaleras atenta a cualquier sonido y con sumo cuidado de no caer.
Cuando estuve por fin en la cocina abrí la heladera y saque un gran pote de helado. Lo rodee con ambos brazos abrazándolo a mi misma. Me lleve una buena cucharada a la boca y sonreí feliz al sentir el sabor a chocolate. Camine fuera de la cocina con la cuchara aun en mi boca y el helado abrazado a mi pecho cuando choque contra algo.
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Inmaduros
RomanceEs difícil recuperar algo que se pierde, incluso si de un recuerdo se trata. Estar a su lado acaba con la poca cordura que me queda y me roba el aliento con tan solo una palabra suya. Puede lograr que me derrumbe en lagrimas con solo dirigirme una m...