Hey, Carlos:
Hoy me haces más falta, necesito escuchar de tu boca esas palabras que tanto me aliviaban la carga que llevo en mi espalda. Seguramente ya te olvidaste de mi existencia, pero a mí la tuya me dolía porque no podía dar fe de ella.
Vamos, cuéntame, dime si eres feliz. Quiero que lo seas.
Hoy escuché tu canción. Cuántos cambios que a comparación con mis recuerdos no son más que tristes retratos del ayer. Te extraño tanto. Te necesito con frenesí.
Qué amargo se sentía en mi boca el momento en el que debía explicar el porqué de tu ausencia. Ya no quería parecer amable, contestaba con recelo porque dolía... y aún así respondía. Les decía que no te habías ido, que estabas muy ocupado para volver. Porque tu ausencia, querido, se notaba y hasta el día de hoy se sigue notando y siento que ya no puedo taparla con mi querer. No es suficiente y no lo será.
Dime cómo enterrar el sentimiento en el pasado. No logro descifrar cómo hacerlo y me desespera.
Vuelve. Te invito a reaparecer en mi vida, dame un poco de tranquilidad, por lo menos una señal de vida. Que estás bien conmigo y contigo... dime que lo estamos.
Por favor, no hagas que te deje ir...
ESTÁS LEYENDO
Hey, Carlos.
RomanceMis pensamientos tenían dueño y ese solía ser Carlos, ahora me toca lidiar con su ausencia y no puedo hacer más que escribir al respecto.