Capítulo 7
De antemano les pido disculpas por las faltas de ortografía que pudiera haber.
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Las hojas de los árboles se movían danzando con la armonía del viento. La nubes avanzaban lentamente en el cielo azul y los rayos del sol iluminaba todo el lugar, la sombra del árbol en el que se encontraba era perfecta pues le permitía apreciar todo lo que había...sin necesidad de estar a merced del sol.
-¿Cuánto tiempo piensas estar de vago?.
Escucho una voz dulce, la más hermosa que había escuchado.
-solo disfruto del día.
-tu no disfrutas, tu vagueas.
-¿esa palabra existe?.
-tal vez.
Sonrió mientras se acomodaba mejor en el pasto.
-¿Por qué no mejor te recuestas aquí conmigo?.
-tengo trabajo que hacer, solo vine a ver qué hacías.
-tonterías – tomo su brazo y tiró atrayéndola a su pecho – mucho mejor.
-¿Qué estás haciendo?.
-me gusta verte sonrojada.
-el calor te está afectando.
Pasó su mano por el cabello de la chica...castaño...más bien marrón.
-te amo.
-...torpe – la chica se acomodó mejor – yo también.
Alex trato de ver su rostro, pero no lo lograba, por más que intentaba no podía verla.
-lo mejor es que esto termine.
-...¿Qué?.
El cielo había desaparecido, había paredes rodeándolo, un televisor, una repisa con libros, una mesa de centro...y algunas otras cosas que se mantenían borrosas.
-ya no es lo mismo....creo que lo mejor es que nos tomemos un tiempo.
-no puedes estar hablando enserio...dime que esto es una de tus horribles bromas, porque no es graciosa.
-lo siento, estoy hablando enserio...terminemos – esa palabra era como una cuchilla que abría una herida...y él mismo la hacía.
-¿Por qué?.
-...ya...no me siento cómodo.
-¿ya no te sientes cómodo?.
-es lo mejor.
-¡¿mejor para quién?! – Se escuchó el grito quebrado de la otra persona – esto no tiene sentido...¿Por qué?.
-...lo siento.
-¿ya no me quieres?...¿es eso?.
-...so-solo necesito tiempo.
-¿y yo que?... ¡¿acaso lo que siento no importa?!...¡¿estos tiempos juntos no importa?!
Después de eso la chica se dio vuelta dando un fuerte portazo y saliendo del lugar.
-no...
-no digas su nombre.
Una persona le abrazó desde atrás pasando sus manos por su pecho, sentía su respiración cerca del cuello y como cada vez se aferraba más a él. Estaba confundido, no entendía quien era, pero podía sentir como su instinto se alertaba cada vez más.
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Memorias de amnesia.
RomanceAmenazas y acosos pueden terminar con las historias de muchos, así como una tormenta puede dar el inicio a una perdida...o tal vez a un comienzo. Uno no sabe que la verdad puede comenzar con una amnesia.