Pesadillas. Solo así se le puede llamar a semejante horror. Estaba seguro de que el sudor era provocado por la tensión y mis exagerados movimientos, y que las caras desbordantes de preocupación no eran de nada más que de temor puro.
Había algo que no me estaban contando, y lo sabía porque cada maldita mañana despertaba de la misma manera. Gritaba, pataleaba, me acababa la garganta soltando escandalosos alaridos mientras dormía y aun así...ellos no hacían ni decían absolutamente nada.
"Especial. Sangre. Trece. Muerte. Efectivo. Seis. Intoxicación. Recordar. Asesinar. Salir. Escapar. Destruir."
Todas esas palabras carentes de significado para una memoria vacía, se resumían a una sola –Misión 1-, y siempre se repetían. Las escuchaba desde que me entregaba a los brazos de Morfeo hasta que inhalaba desesperadamente un poco de aire al amanecer.
La falta de sueño comenzaba a afectarme, me sentía mareado, me perdía entre las palabras, y todo bajo mis pies parecía desaparecer por segundos. Cada vez era más grave. Los primero días solo eran las palabras, inmersas en la oscuridad de cuatro paredes, después fueron pronunciadas por una voz desconocida. Mientras más las escuchaba, más claras se volvían. Entonces se crearon imágenes. Todas tan fugaces como las miradas que mis compañeros de campamento me comenzaron a dar cuando notaron que un par de bolsas negras estaba apareciendo en mi rostro.
-¿Estas bien?-para mis oídos casi fue un susurro, pero aun así me percate con rapidez de sus palabras.
"Guerra." Resonó en mi cabeza, obligándome a cerrar los ojos con fuerza y soltar un suspiro cansado.
-No lo sé...-respondí con sinceridad, mi voz estaba ahogada y por la forma que pronuncie las palabras parecía como si me hubieran golpeado hasta dejarme sin aire.-Afuera...-trate de explicarme, con algo de temor mezclándose con mi atropellado intento de hablar.- ¿Había una guerra?-los rostros de mis acompañantes palidecieron.
-¿Estas recordando?-pregunto el moreno con algo de entusiasmo, se acercó a trompicones y coloco sus manos sobre mis hombros, quedando frente a mí con una sonrisa soñadora.
Esperaba esa clase de emoción de parte de 25, pero no esperaba la desinteresada y hasta molesta postura que había adoptado 4. Su mandíbula se había apretado –casi se podía escuchar el rechinar de sus dientes-, tenía las manos escondidas en sus desgastados pantalones y su mirada reposaba en cualquier objeto lejano a mí.
-Eso parece...-casi suspire, sin estar muy seguro. Las cosas eran confusas y las expresiones de la chica no me estaban agradando en lo más mínimo.
-¿Qué era lo que ocurrió en el exterior?-se animó a preguntar la de grandes ojos chocolates, aunque había algo en la preocupación fingida de su voz que me dejaba en un terrible estado de desconcierto.
-No estoy muy seguro. Solo sé que estábamos en un... ¿Hospital? ¿Los hospitales tienen camillas?-el moreno asintió, dándome la aprobación y esperando a que yo siguiera.- De un momento estaba en un auditorio con cientos de soldados que señalaban fotos de soldados del norte...con planos y mapas alrededor de todos...-un destello de curiosidad pura se asomó en los ojos de la castaña y trague saliva para continuar.-Pero entonces regresaba al hospital, los labios del hombre frente a mi articulaban palabras pero jamás logre entenderlas.-Solté un gemido cuando trate de pensar en más cosas. Más pistas. Más señales, para poder darles algo de esperanza a mis compañeros.
-¡Detente!-exclamo en ruego 25, cuando me aferre a su antebrazo para poder mantener me dé pie.
-Había una camilla metálica...-esta vez grite un poco...-ese chico gritaba...-
-¡13!-grito 4 en un tono de advertencia que no lograba entender del todo. Entonces sentí el reconocible sabor metálico de la sangre en la boca entera, y sin poder tragar o escupir, mi cuerpo cayó rendido en el suelo. El dolor no era más algo perceptible, pero había terminado con el cuerpo entumecido y con los parpados tan pesados que sabía que en cualquier momento me desmayaría.
"Hay siete demonios de los que te debes cuidar."
Y sin más, sin poder preguntar o buscar en las profundidades de mi mente, todo se volvió oscuro. Hubo un apagón en mi mente y ya no pude saber más.
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Mi conciencia regreso tal vez horas después o días no lo sé, cuando la noche de luna llena estaba en su máximo esplendor y los cuerpos de mis acompañantes se encontraban dándome la espalda –como si buscaran algo que no podían ver-.
Cerré de nuevo los ojos, y aunque sentía que mis labios podían abrirse y que mi garganta estaba dispuesta a cooperar para hablar, había algo en esta situación que me decía que era mejor permanecer callado por un rato más.
La curiosidad venció mis demás sentidos, en especial venció a la necesidad que sentía de hacerles saber a los demás que me encontraba bien.
Conversaban en voz baja, tan baja que ni forzando mis oídos pude escuchar más que leves murmullos entrecortados.
-No podemos contarle.-El moreno hablaba con firmeza, como nunca antes le había escuchado hablar de tal manera, un extraño sentimiento de incomodidad se esparció por mi pecho. ¿Qué era lo que no estaba permitido contarme?
-Pero si le contamos...-comenzó con la voz frágil. Un imponente "No." la detuvo de decir más.
-¿No lo entienden?-susurro un desconocida voz, su tono era fuerte con la amargura en la punta de la lengua.-Él podría ser uno de los otros. Él podría ser una monstruosidad...-su tono venenoso continuo atrapando con sutilidad a los acelerados corazones de mis compañeros.
-Pero...-trato de negar 25. Su voz temblaba con tanta facilidad que el parecía estar más herido que cualquier otro.-Tu eres como los otros...tu no haces daño...-ahora sonó cálido, como si evitara aceptar algo que pasaría en algún momento.
"Los otros."
-No lo hago porque aún no me carcome por completo, lo controlo...pero lentamente se apoderara de mí y los asesinare sin derramar una sola lágrima...-
-¡Pero el recordó a Maxwell! ¡Él lo vio!-se quebró la castaña, soltando u chillido ensordecedor que casi me hace taparme los oídos y dejar de escuchar.
-Maxwell estaba en la misma habitación que nosotros. 39 Estaba con nosotros porque estaba curado, Killian, él estaba sano...-insistió el que posiblemente seria mi único aliado.
-Presiónenlo. Entonces, presiónenlo hasta que comience a gritar cada maldita cosa que recuerde.-Killian era...de alguna manera...su voz fue tan familiar en ese instante que tuve que apretar la delgada manta bajo de mi para no levantarme y mirar al hombre a los ojos.
Pasaron minutos. Minutos tan devastadoramente silenciosos y agotadores que casi volví a quedarme dormido.
Abrí mis parpados con pesadez, sin volver a sentir la necesidad de decirle a mis acompañantes que estaba bien. Ellos mintieron. Y podrían ahogarse de mis mentiras si no fuera porque nadie en este mundo –y menos alguien sincero como yo- merece vagar jodidamente solo en un lugar tan espeluznante como atrayente en soledad.
"Todos mienten." Y yo debía de comenzar a adaptarme a esa situación.
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Lost *Editando*
Science FictionLa vida de nuestro protagonista comienza en un cuarto blindado, con una nota frente a el y con un misterio que resolver. El mundo ya no es como antes, criaturas oscuras rondan en los alrededores, mentiras consumen vidas y la sed de poder toma lentam...