"No espero que creas en mis palabras. Pido que me escuches, pero seguramente me creerás un loco y eso no es lo que quiero, pero también espero que lo creas. Porque estoy jodidamente loco. Pero si escuchas con claridad, podrás encontrar la verdad en mis palabras y esa verdad te hará saber lo que realmente ocurre."
Abrí los ojos lentitud, la cegadora luz de mis alrededores me dejo aturdido por momentos, hasta que mis pupilas lograron adaptarse a la exagerada cantidad de brillo que había en aquella extraña y simple habitación.
Mi garganta estaba seca, tanto que sentía que no podría volver a hablar jamás. Todo mi cuerpo parecía seguir dormido por lo que moverme fue una especie de llamado al dolor, en especial cuando apoye mis pies descalzos en el frio suelo de la habitación. Cuatro espejos me rodeaban, sin embargo no me reflejaban, parecían ser más bien una especie de pared brillante que reflejaba solamente la luz y mantenía cada rincón del lugar iluminado.
A pesar de que aún no estaba lo suficiente consciente como para sentir pánico, la sensación de que algo estaba mal no lograba desaparecer de la boca de mi estómago y podía sentir como mi respiración comenzaba a agitarse. Sin embargo, como ya eh mencionado antes, mi subconsciente era la que estaba en pánico ya que mi persona aun no entendía lo que estaba sucediendo.
Tuvieron que pasar varios minutos para que entendiera que lo que sucedía no estaba bien. No estaba bien que no pudiera recordar ni un poco de nada. No estaba bien que mi corazón golpeara tan fuerte contra mis costillas. Y no estaba jodidamente bien que yo no pudiera ponerme de pie por más de diez segundos sin caer de nuevo a la acogedora cama detrás de mí.
Comencé a creer que todo no era más que una pesadilla, un mal sueño que se acabaría si me tranquilizaba y cerraba mis ojos mientras intentaba pensar en todas las cosas buenas. Y así lo intente. ¿Pero saben porque no funciono? Porque no pude pensar en ninguna cosa lo suficientemente buena como para hacer que mi cuerpo no temblara en terror.
Cada pensamiento fugaz que tenía se dividía en dos grupos; los siniestros y los aún más siniestros.
Entonces fue cuando me abrazo un sentimiento completamente diferente pero a la vez completamente relacionado al terror, la pura y más sincera curiosidad. Entonces no se convirtió en un ¿Quién soy?, ¿Qué hago aquí?, ¿Qué sucedió? Sino más bien en un, ¿Qué hare de ahora en adelante?
Inhale la mayor cantidad de aire que mis pulmones me permitieron y lo solté en un silencioso suspiro. Me concentre un instante y decidí enlistar las cosas que si sabía o que por lo menos creía saber.
En mi hombro derecho había números marcados, tatuajes de números para ser más exactos, en su momento me hubiera parecido exageradamente doloroso siquiera pensar en tener algo como esto hundido en mi piel, pero ahora mismo agradecía poder siquiera saber que tenía algo que me hacía individual. "1-3" Era el número que jamás desaparecería de mi brazo.
¿13? Trece era un chico, un chico solo dentro de una solitaria habitación brillante y estremecedoramente fría.
Ese momento es cuando me percato de que hay algo más en el interior de estas cuatro paredes, una nota, tan blanca como el suelo de la habitación y casi tan imperceptible para el ojo humano que no creo que hubiese podido verla si no me recordaba lo encerrado que estaba.
Entonces lo intente de nuevo, me incorpore y a pesar de que me caí varias veces y tuve que arrastrarme para poder tomarla entre mis manos, lo hice. Lamí mis labios secos, y trague con dureza, necesitaba agua, mi cuerpo suplicaba por un poco de agua.
Ignore la sed ansiosa que se negaba a dejarme ir, y entre mis dedos acaricie el fino papel, pare después abrirlo y leer con dificultad. Las letras se movían y hacían que sacudiera mi cabeza para después volver a intentarlo. Yo podía leer, de eso estaba seguro.
Y así fue como después de exagerados intentos, pude leer con claridad cada una de las palabras en esa inquietante hoja de papel. ¿Acaso esto iba enserio?
"Novato:
Usted logro mostrar grandes habilidades, tanto físicas como mentales durante las pruebas de la C.A.S. Por lo que se le fue asignada la Misión de rescate número 264, junto con cinco integrantes de la zona. Esperamos que cumpla con su deber lo antes posible. "
Gire la delicada pieza de papel y me di cuenta de que al reverso también había algo escrito, pero esta era una letra cursiva y marcada con tanta fuerza sobre el visiblemente fino papel que seguramente la persona que lo escribió con sus manos se encontraba decidida y atemorizada.
P.D: Ni un puñado de armadas podrán mantenerte de pie, pero no te escondas, se astuto como un gato y pasa justo a su lado. Ni siquiera el agua bendita podría librarte de los pecados que estas por cometer, pero comételos, la religión ya no vale nada en el mundo al que entraras.
Mi mandíbula se apretó, haciendo rechinar mis dientes y leer una y otra vez la indescifrable inscripción. ¿Qué cosas podrían estar en el exterior?
Mire la puerta. La puerta metálica que ni siquiera había recibido un vistazo de mi parte, ya que, ¿Por qué razón saldría sintiéndome tan asquerosamente mal?
Soltando un quejido me tambalee hasta la puerta, y observándola me di cuenta de un pequeño detalle, estaba completamente sellada y no parecía que sus intenciones fueran abrirse en un futuro cercano. Más bien no parecía que pudiera abrirse jamás, por lo menos no por si sola o desde el interior.
Cerré los ojos y los apreté con fuerza desmesurada, ¿ahora que se suponía que debería de hacer? Frustrado le di un estruendoso golpe a la puerta, y lo escuche resonar en el exterior. ¿Golpearlo? ¿Y mis fuerzas cuanto durarían?
-Espermas que lo suficiente...-murmure con la voz ahogada, no tenía planeado morir de hambre y sed en el interior de una habitación. Jamás moriría solo, no me lo permitiría.
Choque mi cuerpo contra el metal. Patee. Golpe. Todo con tanta fuerza que termine arañando el metal para tan solo escuchar leves chirridos resonando en el exterior. Pero no me rendí, lo intente aún más fuerte, hasta que con la respiración agitada golpe una última vez, abriéndose la puerta y cayendo agotado al otro lado de lugar.
-¡No te desmayes!-rogo la masculina y amable voz de un chico moreno, de uniforme marrón y gorra verde a mi lado. Se inclinó a mi lado, para después ponerse en cuclillas y tomar mis mejillas, dirigiendo la boca de una botella de plástico hasta mis labios.-Bebe un poco, te sentirás mejor, te lo aseguro.-Trague, sintiendo los frescos chorros de agua deslizarse por mi garganta. Me está acabando la botella entera, pero eso parecía importarle poco al fornido chico de ojos esmeralda.
Cuando las gotas de agua dejaron de entrar a mi boca, el muchacho retiro la botella y la lanzo lejos, tomando mi nuca y mi antebrazo para ponerme sentado en el suelo.
-¿Cómo te encuentras?-sus brillantes ojos me inspeccionaron de arriba abajo, buscando alguna herida.- ¿Tienes hambre?-asentí, y casi al momento el chico tenía su mano derecha frente a mi rostro, con una brillante manzana frente a mi.-No es mucho, pero por ahora es lo único que tengo.-Se encogió de hombros y lo único que pude hacer fue volver a asentir, no sabía muy bien cómo responder a sus gestos amables. Y tal vez no debía confiarme demasiado.
Le di un mordisco, para después sostenerla en mis manos y mirar de reojo al muchacho de cabello azabache que me miraba con el ceño algo fruncido. ¿Había algo mal conmigo?
-¿Sucede algo?-pregunte con la voz apagada, sintiéndome algo prepotente por no poder expresarme de la manera que quería.
-Es solo que creí que ya todas las puertas estaban abiertas. Me alegra haberte encontrado.-Una sonrisa leve apareció en su rostro y volví a asentir.- ¡Soy 25!-grito con una sonrisa expandiéndose en su bronceado rostro.
28U5
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Lost *Editando*
Science FictionLa vida de nuestro protagonista comienza en un cuarto blindado, con una nota frente a el y con un misterio que resolver. El mundo ya no es como antes, criaturas oscuras rondan en los alrededores, mentiras consumen vidas y la sed de poder toma lentam...