James no se sentía diferente al resto por nada en especial. Pero todos tenemos algo. Ese algo que nos hace distintos. Especiales. Únicos.
Él no era un santo. No era el primero de su clase. Ni el más guapo, ni el más simpático. Ni ganaría nunca el premio nobel.
James era James. Quizás eso era lo que lo hacía especial. No tenía una definición exacta, para eso habría que meter muchos términos en una batidora.
Era un chico de diecisiete años. Bajito para su edad. Pelo rojizo. Gafas. Ojos claros. Delgado.
Nada que sobresaliese sobre el resto.
Ya sólo lo de ser bajo hacía que la población femenina no le hiciera mucho caso. Pero eso le importaba menos de lo esperado. El problema era que también le ignorase la pequeña parte de dicha población que él quería en concreto.
James pensaba mucho. Reflexionaba sobre casi todo y no se tomaba las cosas a la ligera.
Esto último lo hacía meticuloso. Demasiado. Pero también disfrutaba de la vida. De hecho, fue el primero en dar el visto bueno a la idea de Rush de ir a Florida.
Aún así, no todos llegamos a demostrar qué es lo que nos hace distintos.
O ni siquiera llegamos a descubrirlo.
O, en el peor de los casos, no queremos verlo.
Quizás, este último fuera el caso de James.
Quizás él no quería ver que era lo que le hacía especial. Aunque por razones del destino, o de una cadena de sucesos que pasan porque sí, alguien lo verá.
Joder que si lo verá.
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Scintillae (PAUSADA)
Short StoryEllos son como las chispas. Una sola basta para encender un fuego. (Sinopsis más elaborada en el interior) Fecha de publicación: 10-08-2015 Está totalmente PROHIBIDO el plagio total o parcial de esta obra. Todos somos capaces de imaginar una histori...