Capítulo 13

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Pov. Jin

Todo estaba yendo bien desde que apareció JungKook, había vuelto solo para verme y estar conmigo, y, aunque le ofrecí que se quedara a vivir en mi casa, lo rechazó diciéndo que quería probarme que puede mantenerse por su cuenta, pero en realidad se la pasaba más tiempo conmigo que cualquiera diría que vivía ahí. Siempre que estaba con él podía sonreír, teníamos gustos en común y todo iba bien... iba bien, de no ser por algo... realmente no me sentía bien, Min seguía en mi mente, era como una obsesión a alguna droga, de las que sabes que terminarán consumiéndote hasta dejar tu cuerpo como un cascarón vacío, sin alma.

Cada vez que intentaba encontrar respuestas en un afán de conseguir esperanza, quería que brotara algo, algo que usara de excusa para volver a creer en él, para perdonarlo... incluso para amarlo, ya eran tantas veces las que había repetido eso en mi cabeza que me di cuenta de que en realidad lo amaba, lo amaba como lo más preciado en el mundo, él era mi luz... ¿Y si en realidad la culpa había sido mía? Jamás le dejé en claro mis sentimientos, puede que él haya sufrido por eso y me desterrara de su corazón... sin  embargo, estaba la posibilidad de que nada fuera real...

-¡Ah, no lo sé!- se me escapó.
-¿Qué cosa? ¿Estabas escuchándome?- me preguntó Kookie entornando sus grandes ojos con expresión de duda.
-Ah, yo, lo siento, me distraje un poco, ¿qué decías?-
-Ahh...- suspiró- como sea, te preguntaba sobre qué papeles debo llevar para inscribirme en tu colegio-
-¿Vas a hacerlo?- dije emocionado, la verdad es que lo estaba porque de esa forma no me sentiría tan abandonado teniéndolo cerca.
-Así es- sonrió ampliamente.
-¡Woah! ¡Vaya dientes, son enormes!- dije de broma y lo exageré tirándome al piso en señal de impresión.
-¡¿Ah?!- se quejó un poco molesto- yo te mostraré lo que pueden hacer-

Y entonces se abalanzó hasta mí y me mordió un brazo, luego me atacó con una corriente de cosquillas intensas en mis costados.

-Jajaja, oye, basta, jajaja- le pedí.
-No, no hasta que te disculpes-
-Pero no he mentido, jajaja-
-Si serás- entonces aumentó el ritmo de sus dedos haciéndome estallar en risas.
-Jajaja, detente-
-¡Jamás!-

Entonces tomé la fuerza suficiente para cambiar los papeles, esta vez yo estaba sobre él. Lo tomé de las muñecas obligándolo a mantenerlas en el suelo, mi respiración estaba un poco entrecortada por todo el alboroto que me causó.

-J-Jin- me llamó, entonces me di cuenta de que nuestros rostros estaba a unos cuantos centímetros, sus mejillas estaban bastante rojas.

/Rayos, se ve demasiado lindo... Es tan buena persona, me siento culpable por no responder a sus sentimientos de una buena vez... ¿Tal vez debería...?/

Sin notarlo, me fui acercando poco a poco a él, dirigiendo mis labios a su delicada boca...

Pov. Suga

-Oye, enano, ¿qué pasó con SeokJin? No es que me importe, pero, ya sabes, la apuesta y eso- me dijo Jimin.
-¿A qué te refieres?-
-Pues eso, no ha venido toda la semana pasada, ¿no te habías dado cuenta?- me miró con duda, yo negué.- ¿Acaso planeas abandonar el juego? Ja, mejor para mí, planeaba empezar mi jugada estos días, pero como no se ha dignado a presentarse, pues no puedo hacer mucho... ¿Por qué no vendrá? ¿No era uno de esos matadidos sabelotodo? Tal vez piensa que este lugar no es lo suficientemente bueno para él y por eso se largó- más que tono de inferioridad,  lo dijo mofándose.
-¡Cierra el pico!- le grité en un arranque de furia y me levanté tan bruscamente de mi asiento que el escritorio terminó azotando contra el azulejo.
-Oye, tranquilo- retrocedió un poco- No es para tanto, es más, si no fuera por el dinero en juego, no me importaría que su chulo culo jamás volviera a ver por aquí-
-¡Dije que te callaras!-

Lo siguiente en escucharse fue la campana que anunciaba el fin del día escolar, lo único capaz de silenciar el tremendo golpe que le había metido al pelinegro. Mis nudillos enrojecieron por el impacto y las miradas de todos en el salón si no habían estado sobre mí con lo de la mesa, pues ahora era inevitable que me ignoraran.

-¡Escucha, tú no tienes ni puta idea de cómo es SeokJin, así que cierra de una vez tu asquerosa bocaza!- le espeté. Mi respiración estaba alterada por el cólera.
-¿Me estás jodiendo?- me miró de una forma aterradora, como si de repente quisiera matarme de un puñetazo, pero estoy seguro de que mis ojos no segregaban menos que eso.

Y en milésimas de segundos, lanzó su puño contra mi cara. Las personas comenzaron a amontonarse formando un círculo alrededor,y yo, por obvias razones seguí con la pelea, golpe tras golpe, en parte era satisfactorio sentir el dolor, lo merecía por haber traicionado a Jin... Jin...

/¡Jin!/

-¡Kim Seok Jin!- grité entre golpe y golpe.

De pronto la cara triste del castaño apareció frente a mis ojos, era la misma expresión  que puso cuando me vio con NamJoon.

En ese momento me quedé congelado. Recibiendo un último puñetazo brutal, caí, pero, en lugar de seguir el alboroto, corrí al lado contrario, no me detuve a tomar mis cosas, anduve hasta la salida, pasando de largo de NamJoon, quién intentó detenerme para cuestionarme sobre mis muy notorias heridas.

Mi cuerpo ardía de dolor, pero debía seguir, tenía que alcanzar a Jin.

/¿Por qué mierda no lo había hecho antes? Soy un tonto estúpido... pero sería un completo idiota si lo dejo escaparse así/

Aumenté el ritmo de mis estocadas, nada en el mundo me detendría ahora, quería verlo, tenerlo cerca de nuevo y ver esa sonrisa dibujarse en su rostro... recuperar su amor...

/Jin, te amo, y me importa una jodida mierda si todo el universo cree que no te merezco, porque incluso yo lo creo, pero te necesito por encima de lo que piense cualquier persona/

SuJin- Can you please stay with me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora