SER ESTABLESUNOLa estabilidad es otro rasgo del carácter que debe hallarse en la vida de todoobrero cristiano. En realidad, la estabilidad en el carácter equivale a la estabilidaden nuestras emociones. Algunas personas son sólidas y estables delante delSeñor, pero otras son sueltas e inestables. Debido a que no tienen convicciones,están a la merced del medio ambiente. Muchos no son confiables por naturaleza,no porque ellos quieran ser así, sino porque su carácter no es confiable. Tanpronto algo les afecta, ellos cambian. No son estables en su carácter. Diosrequiere que Sus siervos posean un carácter estable, sólido, confiable einconmovible.En la Biblia tenemos el caso de un hombre que era fácilmente sacudido, quien eraconocido como Simón Pedro. Leamos algunos versículos acerca de él. Mateo16:13-16 dice: "Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a Susdiscípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellosdijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o uno de losprofetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo? Respondiendo SimónPedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". En 1 Juan 5:1 dice: "Todoaquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios" y el versículo 13 dice:"Estas cosas os he escrito a vosotros los que creéis en el nombre del Hijo de Dios,para que sepáis que tenéis vida eterna". Cuando Pedro dijo: "Tú eres el Cristo, elHijo del Dios viviente", sin duda tuvo que haber tocado la vida de Dios, y altocarla, supo esto. Ahora, leamos Mateo 16:17: "Entonces le respondió Jesús ydijo: Bienaventurado eres, Simón Barjona, porque no te lo reveló carne ni sangre,sino Mi Padre que está en los cielos". Hermanos y hermanas, el simple hecho deestar con el Señor Jesús, seguirlo y estar a Su lado, no nos garantiza que leconozcamos. Únicamente podemos conocerle por medio de la revelación dadapor el Padre que está en los cielos. Ahora prestemos atención al versículo 18, quedice: "Y Yo también te digo, que tú eres Pedro [Petros], y sobre esta roca [petra]edificaré Mi iglesia". Tenemos que ver que la iglesia es algo inconmovible. Elfundamento de la iglesia es inconmovible y la iglesia misma también lo es. Ya queéste es el caso, todos los siervos del Señor también deben ser inconmovibles. ElSeñor dijo: "Sobre esta roca edificaré Mi iglesia". Ya que la iglesia es edificadasobre esta roca, debemos prestarle atención a esta roca. En el versículo 18, el Señor parecía estar haciendo referencia oculta al pasaje deMateo 7, en donde Él habla de los que edifican su casa sobre la arena, y cuando lalluvia, el viento y los ríos vienen, ésta tambalea y cae. Luego Él advirtió quedebemos edificar nuestra casa sobre la roca, para que ésta no caiga cuandovengan las lluvias, los ríos y los vientos. El Señor afirmó que la iglesia estáedificada sobre la roca, lo cual significa que la iglesia nunca caerá. Pueden venirlas lluvias, y los vientos y los ríos harán su obra, pero el edificio no caerá. Laiglesia nunca se derrumbará, aunque la azoten la lluvia, el agua y el viento,porque está firmemente edificada sobre la roca. Es estable, inconmovible einamovible. Esta es la naturaleza subyacente de la iglesia. Pablo le dijo a Timoteoque la casa de Dios, la cual es la iglesia, es la columna y el fundamento de laverdad (1 Ti. 3:15). La iglesia es como una columna, la cual nunca puede sermovida. Una silla puede ser sacudida y movida, pero una casa no puede moversede un lugar a otro. La naturaleza subyacente de la iglesia consiste en que ésta esun edificio fundado sobre la roca. Tal roca es estable e inconmovible. Los hijos deDios son piedras pequeñas (litos) establecidos sobre la roca única. En el capítulo2 de su primera epístola, Pedro escribió que nosotros somos piedras vivas de Diosy que estamos siendo edificados en una casa espiritual (v. 5). Cada hermano yhermana es una piedra viva edificada sobre la roca. La superestructura de laiglesia es de la misma sustancia que el fundamento. El material para lasuperestructura es igual que el material para el fundamento. La iglesia no tieneladrillos, únicamente piedras. La torre de Babel fue hecha de ladrillos hechos porel hombre, los cuales son una imitación de la piedra. Pero en la iglesia no hayladrillos; aquí no hay ninguna cosa hecha para dar estabilidad fabricada por elhombre. La iglesia está edificada sobre la roca. Cada uno de nosotros es unapiedra y somos edificados juntos, pieza por pieza, en una casa espiritual.Tenemos que abrir nuestros ojos para ver la naturaleza intrínseca de la iglesia. Laiglesia del Señor es algo inconmovible. En Mateo 16:18 el Señor continúadiciendo: "Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella". La iglesia esinconmovible. El fundamento de la iglesia es la roca, algo inconmovible, y laiglesia misma está hecha de piedras, también inconmovibles. ¿Podemos entoncesdecir que los ministros en la iglesia pueden ser inestables? De esto es de lo queestamos hablando en este capítulo. No estamos hablando de la iglesia, sino de lapersona misma de los ministros. Los ministros no deben ser sacudidos porqueson piedras. El Señor le dijo a Pedro: "Tú eres Pedro". Esto significa: "Tú eres unapiedra". "Y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades noprevalecerán contra ella". Pedro representa a todos los ministros de la iglesia. Unministro y siervo de Dios debe ser una piedra. Aunque la piedra no es tan grandecomo la roca, es de la misma naturaleza que la roca y es igual de inconmovible. En el versículo 19 el Señor dijo: "Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y loque ates en la tierra habrá sido atado en los cielos; y lo que desates en la tierrahabrá sido desatado en los cielos". La promesa que el Señor le hizo a Pedrotambién fue una promesa dada a la iglesia. Esta promesa llegó a ser posesión dela iglesia en Mateo 18, pero primero el Señor se la dio a Pedro. Lo que muestraclaramente que el Señor consideró a Pedro como uno de sus ministros. El Señorle dio las llaves del reino de los cielos para que él pudiera abrir las puertas. En eldía de Pentecostés Pedro abrió una puerta, y en la casa de Cornelio abrió otra. Élabrió la puerta a los judíos y abrió la puerta a los gentiles. Esto es lo que hizo unapiedra. Antes de que Simón llegara a ser Pedro (una piedra), él no podía usar lasllaves. Hoy en día, no todos los que se llaman Pedro, son Pedros; de la mismamanera, no todos los que se llaman Israel son hombres de fuerza. Una personapuede llamarse Israel y ser una persona débil. Aquí vemos a una persona cuyonombre era Pedro. El Señor puso las llaves en sus manos. Sin embargo, él sólopudo usar las llaves después de que verdaderamente vino a ser un Pedro, unapiedra. Cuando ese día llegó, todo lo que él ató fue atado, y todo lo que desató fuedesatado.La efectividad de un ministro tiene mucho que ver con la estabilidad de sucarácter. Este es un requisito básico. Si una persona es voluble delante de Dios,no puede ser un ministro, y la iglesia no le puede seguir. Un problemafundamental con algunos hermanos y hermanas es la falta de un carácter estable.Ellos cambian constantemente. Son llevados de un lado a otro y nunca estánestables ni firmes delante del Señor. Por consiguiente, no pueden servir a laiglesia, debido a que no pueden permanecer firmes y estables, y las puertas delHades fácilmente prevalecen contra ellos.Le damos gracias al Señor porque escogió a Pedro como un modelo. Dios buscahombres cuya naturaleza sea la misma que la naturaleza del fundamento sobre elcual están edificados, y que también sean de la misma naturaleza que lasuperestructura del edificio del cual ellos forman parte. Un ministro debe ser unapiedra estable. Gracias a Dios que Pedro fue escogido como tal modelo, porque sucaso nos muestra que Dios puede hacer estable a cualquiera de nosotros. Aquívemos a un hombre llamado Pedro, pero él no siempre fue un "Pedro". Aunque sunombre hacía referencia a una piedra, su carácter era como agua. No era unapersona confiable. Él era una cosa en un momento y en el siguiente otra. Unminuto era osado, y al siguiente minuto era muy débil. Ésta era la clase depersona que era Pedro. El Señor escogió a tal clase de persona para mostrarnoscuán inestable puede ser la naturaleza de un hombre antes de que seadisciplinado por el Señor. Tal persona no puede usar las llaves ni puede ser útil al Señor en ninguna manera hasta que llegue a ser una piedra. Dios sólo puedeusarlo una vez que su naturaleza voluble haya sido disciplinada por el Señor.Agradecemos al Señor porque el carácter de las personas puede ser cambiado; elcarácter no es algo incambiable. Pedro era una persona inestable; sin embargo,pudo ser cambiado en una persona estable. Cuando la luz del Señor quemanuestra lengua, dejamos de hablar de una forma suelta. Cuando un hombreperezoso es corregido, su pereza se extingue. El Señor maldijo la higuera, y éstase secó. La reprensión del Señor conlleva Su maldición, y donde está Sumaldición, hay languidez y muerte. Si nunca le hemos tocado a Él, podemosseguir viviendo descuidadamente, pero tan pronto le tocamos nuestra frivolidaddesaparece. Tan pronto como la luz de Dios nos toca, ya sea mediante un mensajeo por la reprimenda directa de un hermano, algo en nosotros se marchita. Lareprensión del Señor produce una inmediata pérdida de nuestras fuerzas. De loque estamos hablando es de una reconstitución, o sea, de rehacer nuestrocarácter. Muchas personas tienen un carácter que les impide escuchar a otros, opueden tener un carácter demasiado frío, perezoso o débil. Sin embargo, tanpronto Dios los toca, o un hermano viene y les señala su insensibilidad paraescuchar o su debilidad, ellos reciben la luz y algo en ellos languidece. Fue por lagracia de Dios que Pedro fue escogido. Si no hubiera sido por Pedro, todosaquellos que son débiles e inestables no tendrían esperanzas. Pero el Señorescogió a un hombre y lo llamó Pedro, y después de hacerlo un "Pedro", le dio lasllaves para introducir a los hombres en la iglesia.DOSLa Biblia nos dice que después de que Pedro reconoció al Señor como el Cristo, elHijo del Dios viviente, el Señor le dijo: "No te lo reveló carne ni sangre, sino MiPadre que está en los cielos" (Mt. 16:17). Pedro no tenía mérito alguno en ello,pues esto fue obra absolutamente de Dios; sin embargo, la revelación del Padre locapacitó para ver que el Señor era el Cristo y el Hijo de Dios. Pedro recibió unarevelación del Padre, de Dios mismo. Tal revelación no es conocida a la carne ysangre, incluso era desconocida por la propia carne y sangre de Pedro. El mismopasaje continúa diciendo: "Desde entonces comenzó Jesús a manifestarles a Susdiscípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer muchas cosas de losancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitaral tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reprenderle,diciendo: ¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo te suceda eso!Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de Mí, Satanás!; me erestropiezo, porque no pones la mente en las cosas de Dios, sino en la de loshombres" (vs. 21-23). En el pasaje anterior Pedro recibió la visión, mientras que en este pasaje, Pedro se convirtió en un instrumento de Satanás. En los versículosanteriores Pedro tocó a Dios el Padre, pero ahora tocó a Satanás. En la primeraocasión pudo decir: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". En la segundadijo: "¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo te suceda eso!".Estas dos declaraciones están de distantes como lo están el polo norte y el polosur. Si nuestro entendimiento es el correcto, podríamos afirmar que ninguna otrarevelación en los cuatro evangelios es tan elevada como la revelación de Pedro.Fue el Padre quien le dio tal revelación a Pedro; él reconoció al Señor como "elCristo, el Hijo del Dios viviente". Entonces el Señor declaró que la iglesia seríaedificada sobre este conocimiento, sobre esa roca. Ciertamente Pedro recibió unagran revelación, la cual no había visto ninguno de los seguidores y amigos delSeñor. Tal vez la revelación que Pedro recibió y vio debe considerarse como larevelación máxima. No obstante, en el mismo capítulo él cayó hasta lo másprofundo; no sólo habló según la carne, sino por Satanás. En un momento élhabló según el Padre, pero al siguiente se volvió y habló conforme a Satanás. ¡Quécambio tan drástico! Si la iglesia fuera edificada sobre tal ministro, ciertamentelas puertas del Hades prevalecerán contra ella. Pero la iglesia no puede seredificada sobre alguien tan inestable; más bien, necesita ser edificada porhombres cuya constitución sea piedra. Los ministros de la iglesia deben ser tanestables como piedras. No pueden ser portavoces de Dios en un momento yportavoces de Satanás en otro. Éste es un asunto muy serio. No mucho despuésde que Pedro recibiera la revelación más elevada, él cayó hasta el abismo másbajo. Él trató de evitar que el Señor fuera a la cruz. No puso su mente en las cosasde Dios y fue utilizado por Satanás. Cuando se libera la palabra de Satanás, laspuertas del Hades se abren, y si Satanás y las puertas del Hades prevalecen, laiglesia es derrotada. Si el Señor no hubiera transformado a Pedro en una piedraestable, la iglesia no tendría esperanzas. Hoy necesitamos ministros que seanestables como piedras. Tienen que ser firmes e inconmovibles. No pueden ser deuna manera un día y de otra el día siguiente, diciendo una cosa en un momento yotra muy distinta en otro momento. Si somos sólidos y firmes delante del Señor,veremos la realidad de la iglesia y tendremos la bendición y la victoria sobre laspuertas del Hades. Pero si somos débiles e inestables, Satanás abrirá su bocainmediatamente y las puertas del Hades se abrirán. En Pedro vemos un contrastedrástico, porque habían grandes discrepancias en su carácter. Este es un cuadroque nos presenta la naturaleza vieja de Pedro, antes de que fuera cambiada.Después de la última cena el Señor Jesús le dijo a Sus discípulos: "Todos vosotrostropezaréis por causa de Mí esta noche; porque escrito está: 'Heriré al Pastor, ylas ovejas del rebaño serán dispersadas'". Pedro respondió a esto: "Aunque todos tropiecen por causa de Ti, yo nunca tropezaré" (26:31, 33). La palabra de Pedro sebasaba en su manera de ser; él estaba diciendo lo correcto, y no estaba mintiendoen lo más mínimo. Pero debemos recordar que no sabemos todo lo que le hemosdicho al Señor en el momento de nuestra consagración y avivamiento. Pedro erauna persona muy rica en emociones, así que dijo: "Yo jamás tropezaré". Talconvicción descansaba solamente en sus emociones, pero en realidad él no eraesta clase de persona. Aquellos que son muy emotivos, tienen que aprender aseparar sus emociones de su persona. Tarde o temprano descubrirán que susemociones no corresponden realmente con su manera de ser. Algunos vivendemasiado en la esfera de su mente; siempre están en la mente. Cuando ellosoran y otros les dicen: "Estás orando sólo con tu mente, pero tu corazón no estáen tu oración". Ellos contestan: "¿Qué quieres decir con que mi corazón no estápuesto en mi oración?". Una persona puede estar tan acostumbrada a estar en sumente que cuando no pone su corazón en lo que hace, puede permanecerengañado y creer que su mente equivale realmente a su corazón, hasta que un díala luz lo ilumina y se da cuenta que su mente no es realmente su corazón. Algunaspersonas sienten que su corazón arde dentro de ellos, por lo que piensan queaman al Señor. Proclaman con orgullo: "Amo al Señor", pero si otro hermano lesdice: "Tal vez piensas que estás amando al Señor, pero en realidad no es así",ellos argumentarán: "Si yo no amo al Señor, ¿entonces quién lo ama?". Sinembargo, una vez que sus emociones sean disciplinadas por el Señor, se daráncuenta que su corazón y sus emociones son dos cosas muy diferentes. Su personano es lo mismo que su emoción; hay una gran diferencia entre ambas. De lamisma manera, hay una gran diferencia entre su mente y su persona. Pedrohablaba basado en su emoción. Él pensaba que era su persona quien hablaba y sejactaba de que aun si todos los demás tropezaran por causa del Señor, él nuncatropezaría. No se daba cuenta de que el "yo", quien estaba hablando, no erarealmente su persona, sino su emoción. No se daba cuenta de cuánto estabatrabajando su hombre exterior. No se percataba de cuánto él estaba viviendo ensu hombre exterior. No sabía lo que decía ni se entendía a sí mismo. Entonces elSeñor le dijo: "De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, menegarás tres veces" (v. 34). Pero Pedro aún no se conocía a sí mismo. Así que ledijo al Señor: "Aunque me sea necesario morir contigo, de ninguna manera tenegaré" (v. 35). Aquí vemos otros dos extremos. Aunque Pedro dijo que él nuncatropezaría, negó al Señor tres veces. Además, se jactó de que estaba dispuesto auna morir con el Señor. Sin embargo, cuando la muchedumbre lo señaló como unode los que habían estado con Jesús, falló y fue atemorizado aun antes de que se lepresentara la oportunidad de morir con el Señor. Estos dos extremos nos muestran que Pedro era una persona muy inestable.Aunque su nombre denotaba que era una piedra, su carácter era tan volublecomo el agua; en un momento fluía hacía un lado y al siguiente momentocambiaba hacía el otro. Cambiaba constantemente, en cierto momento su formaera "rectangular" y un rato después parecía ser "circular". Él estabacompletamente dominado por su medio ambiente; se convertía en una personadistinta dependiendo de las circunstancias. En el huerto del Getsemaní, se quedódormido junto con los demás discípulos. En el calor de su jactancia afirmó queaunque otros tropezaran, él jamás tropezaría. Pero en el huerto de Getsemaní, fuevencido por el sueño al igual que todos los demás. Era una persona que parecíaser muy segura al hablar, y se sentía igualmente seguro en sí mismo, pero hacíatodo lo contrario de lo que decía. Vivía conforme a sus sentimientos y no según suverdadera persona. Una persona puede vivir tanto en sus sentimientos que ya nosabe realmente cuál es su verdadera persona; llega al grado de confundir sussentimientos con su persona misma. Así era Pedro; él fue movido por sussentimientos, afirmó que jamás tropezaría y lo creyó sinceramente. Pero aunantes de afrontar oposición de parte de los hombres, se dejó vencer por el sueñoen el huerto del Getsemaní. Su espíritu estaba dispuesto, pero su carne era débil(26:41). Poco después, armándose de valor, sacó su espada e hirió al esclavo delsumo sacerdote cortándole la oreja (v. 51). Fue osado al hacer esto. Amaba tantoal Señor que hizo a un lado toda consideración personal y se puso a la altura, peropoco después, retrocedió nuevamente. Este era Pedro.Marcos 14 también nos narra la historia de Pedro cuando negó al Señor. Alprincipio: "Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; yestaba sentado con los alguaciles, calentándose a la lumbre" (v. 54). Una criadadel sumo sacerdote vino y le dijo a Pedro: "Tú también estabas con el Nazareno,con Jesús" (v. 67). Pedro negó esto y contestó: "Ni sé, ni entiendo lo que dices" (v.68). Aquí tenemos un hombre que siguió al Señor por tres años y medio. ¿Nosabía él quien era el Señor? En un momento sacó su espada y cortó a alguien, masal siguiente perdió su valentía por completo. El Señor estaba siendo juzgado ytodos se mofaban de Él. Y en tales circunstancias, la valentía de Pedro no semanifestó por ninguna parte. Un poco antes, él estaba verdaderamente listo paramorir por el Señor, pero ahora estaba amandose a sí mismo y retrocediendo anteel peligro de muerte. Cambió de un extremo al otro. Marcos nos dice que lasegunda vez que la criada habló no se dirigió a Pedro, sino a aquellos que estabana su alrededor, diciendo: "¡Este es uno de ellos!". Después que la criada le habló aPedro por primera vez, de que él había estado con Jesús el Nazareno, Pedro lonegó y salió afuera, al ante-patio. Pero entonces la criada lo vio otra vez y les dijo a los que estaban cerca, que él era uno de ellos. Entonces Pedro lo negó porsegunda vez (vs. 69-70). Mateo 26:72 dice: "Pero él negó otra vez con juramento:¡No conozco al hombre!". Después de poco tiempo, aquellos que estaban cerca ledijeron a Pedro: "Verdaderamente tú eres uno de ellos, pues además eres galileo"(Mr. 14:70). Pedro comenzó a maldecir y jurar: "¡No conozco a este hombre dequien habláis!" (v. 71). ¡Comenzó a maldecir y jurar! Un poco antes lo habíanegado con juramento, ahora lo negaba con maldición y juramento. Inicialmente,cuando la criada se dirigió a él, Pedro negó al Señor y salió al ante-patio, porqueya no pudo quedarse en el mismo lugar. Ahí oyó a la criada decirles a los queestaban cerca que él había estado con Jesús de Nazaret. Entonces, negó al Señorcon un juramento diciendo que no lo conocía. Finalmente, aquellos que estabancerca reaccionaron a las palabras de la criada, diciendo que él había estado conJesús; en esta ocasión no sólo juró, sino que juró y maldijo. En el lenguajeoriginal, griego, se usan tres palabras diferentes para describir la negación dePedro. Una se usa en su segunda negación, y las otras dos aparecen en su terceranegación. Pedro agotó todas las formas de maldición y juramento posibles. Lasegunda vez que lo negó, él juró por el nombre de Dios y por el cielo y la tierra.Pero la tercera vez que lo negó, simplemente maldijo y juró. ¡No sólo juró por elnombre de Dios para asegurarles a los otros que no conocía a Jesús, sino que dijoque él mismo sería maldito si conocía al Señor! Su vocabulario fue muy vil. Pedrose degradó y cayó hasta lo sumo. Aquí vemos a un hombre que era todo locontrario a un "Pedro" o "piedra", es decir, a alguien que debía ser sólido comouna roca. Por el contrario, él actuó de una manera en un momento y de otramanera al siguiente. En un momento estaba tan alto como los cielos y al siguienteactuaba como un instrumento de Satanás. En un instante se podía jactar de quenunca tropezaría aunque otros lo hicieran, e inmediatamente después se dejabavencer por el sueño. En un momento era tan osado como para sacar su espada ycortar la oreja de Malco, y enseguida le temía a una simple criada, al grado denegar al Señor con maldición y juramento. Tal persona sin duda tenía un seriodefecto en su carácter.TRES¿Por qué Pedro era tan inestable? Hablando en términos generales, podemosdecir que una persona es inestable por tres razones: primero, porque esgobernado por sus emociones; segundo, porque teme sufrir pérdida; es decir, quebusca su propia felicidad y le teme a la cruz y al dolor; y tercero, porque le teme alos hombres en general, es decir, teme ofender a los demás. Quiere agradar a loshombres en su medio ambiente. Éstas son las razones básicas de la inestabilidaddel hombre. Pedro era tal clase de persona. Él estaba empañado por sus emociones. Si unapersona vive según sus emociones, unas veces puede ser llevado a las alturas mássublimes y otras veces cae en la trampa de Satanás. Las emociones son muyinestables. Nunca hemos visto a una persona que pueda permanecer en el mismonivel emocional por mucho tiempo. Si alguien vive según sus emociones, está a lamerced del capricho de los impulsos emocionales, los cuales lo llevan de frío acaliente o viceversa. Tales personas pueden recibir la misericordia y la revelaciónde Dios, pero también pueden ser empujados por el impulso de su corazón aexclamar: "¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo te sucedaesto!". Pedro fue un obstáculo para el Señor. Tal parecía que él estaba más claroque el Señor en lo que debía hacer. "Entonces Pedro, tomándole aparte, comenzóa reprenderle". A todas las personas emocionales les gusta ser consejeros delSeñor; les gusta hacerle propuestas y tienen un plan para todo. Una personaemocional puede actuar por el impulso de sus emociones y repentinamentevolverse a reprender al Señor, diciendo: "¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡Deningún modo te suceda esto!". Es rápido para sentir, rápido para hablar y rápidopara actuar. ¡Pero en realidad su hablar es el hablar de Satanás!Tenemos que aprender algunas lecciones básicas. Por naturaleza, somos personasemocionales. No pensemos que somos muy distintos que Pedro. Esta debilidadde carácter es el impedimento más grande a nuestra obra. Si no eliminamos esteobstáculo, nunca experimentaremos nuestro Pentecostés. Nuestra vida no debeser controlada por nuestras emociones ni por el impulso de nuestrossentimientos. No debemos ser dirigidos por los estímulos; más bien, debemosnegar nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos nos llevan un minuto a laizquierda y el otro a la derecha; un minuto hacia el este y el próximo hacia eloeste; un minuto hacia arriba y el otro hacia abajo. Estos sentimientos noprovienen del Señor, sino del hombre corrupto en nuestro interior. Si dichossentimientos ocupan el lugar central en nuestra vida, seremos de poca utilidad enla obra de Dios. Sólo los más débiles viven conforme a sus sentimientos. Sergobernados por nuestros sentimientos no es una señal de fortaleza, sino dedebilidad. Un hombre fuerte es uno que se controla a sí mismo, que tiene los ojosabiertos y que no confía en sus propios sentimientos. Únicamente aquellos queno confían en sus propios sentimientos, sino que los niegan, pueden aprender loque significa no vivir según sus sentimientos. De lo contrario, siempreconfundirán sus sentimientos con su persona misma. Pedro tenía un carácterfranco. Él decía lo que creía; decía lo que veía y lo que sentía. Para otros, él era unhombre recto y sincero, no dado a la diplomacia ni a doble intención. Pero enrealidad, él vivía por sus emociones, y por ello, era de poca utilidad en lo que respecta a la senda espiritual. Por consiguiente, no tenía otra alternativa quepasar por un proceso de tratos disciplinarios. Hermanos y hermanas, tal vezsintamos que amamos al Señor, pero en realidad no hay tal amor por Él dentro denuestro ser. Tal vez sintamos que somos para Él, pero en realidad no hay nadapara el Señor dentro de nosotros. Nuestro verdadero ser es más profundo quenuestros sentimientos; está sepultado muy, pero muy debajo de nuestrossentimientos. Tal vez sintamos que estamos dispuestos hasta a morir por elSeñor, pero ¿verdaderamente conocemos qué clase de persona somos? Cuandoafirmamos que nosotros vivimos absolutamente para el Señor, en realidad noconocemos quién es ese "nosotros" a quien nos referimos. No conocemos alnosotros que se jacta de estar dispuesto a morir por el Señor o a vivir para Él.Nuestra verdadera persona se halla más allá y es más profunda que nuestrossimples sentimientos. Pedro pensaba que su hombre exterior era su persona.Pero quien se jactó de morir por el Señor fue la emoción del hombre exterior dePedro. Sólo tomó un poco de tiempo para que su verdadera condición fuerapuesta en evidencia. Antes de que las emociones sean quebrantadas por el Señor,invariablemente el hombre vive por ellas. Es dado a fluctuar de un lado para otro.Quizás sienta que es muy genuino, pero la realidad es que está siendo controladopor sus emociones. Sabemos que mentir es detestable, pero es más lastimosocuando alguien no se percata de que está mintiendo. Del mismo modo, nuestrasemociones inconstantes son detestables, y es aún peor cuando no nos damoscuenta de lo volubles que éstas son. Aquellos que están convencidos de que sussentimientos son una reflexión exacta de su persona, son unos insensatos. Éstostienen que experimentar lo mismo que Pedro experimentó, un fracaso total yrotundo, a fin de que se den cuenta que sus sentimientos no son su personamisma. Ellos se sienten de una manera en la "última cena" y de otra en el "huertode Getsemaní". Se sienten de cierta forma cuando salen de "Getsemaní" y de otracuando están en el "ante-patio". Bienaventurado aquel que sabe distinguir entresus sentimientos y su persona. Sólo un insensato asume que sus sentimientosequivalen a su persona misma. Todo aquel que ha sido instruido por Dios sabeque sus sentimientos no son su persona misma. Nuestros sentimientos son algototalmente diferente a nuestra persona. Hermanos y hermanas, ¿pueden veresto? Cuando nuestros impulsos emocionales nos empujan en cierta dirección,esto no representa necesariamente que nosotros seamos la persona que retratanesos impulsos. En lo que respecta a los impulsos de Pedro, él era un hombrecelestial, alguien que nunca fallaría. Él estaba dispuesto a cortar la oreja de Malcopor amor al Señor. Pero hablando espiritualmente, los sentimientos de Pedro nopueden considerarse como su persona misma. Él era valiente según sussentimientos, pero era temeroso según su propia persona. Según sus sentimientos amaba al Señor, pero según su persona se amaba a sí mismo másque al Señor. De acuerdo con sus sentimientos, estaba dispuesto a sacrificar supropia vida, pero su persona buscó protegerse a sí mismo. Si así son los ministrosde la iglesia y si la iglesia sigue este modelo, seguramente será sacudida tal comoellos, y las puertas del Hades seguramente prevalecerán contra la iglesia. Diosnunca puede usar a personas como éstas.Sin embargo, eso no era todo. Pedro además tenía temor de sufrir. Una de lasrazones por las que una persona es inestable, es porque le teme al sufrimiento.Muchos son valientes siempre y cuando no se enfrenten a la cruz ni experimentenpruebas y tribulaciones, pero tan pronto se requiera darlo todo y sacrificar suvida, retroceden. En tiempos normales, pareciera que aman al Señor y que estándispuestos a llevar la cruz. Mas cuando enfrentan momentos críticos, no puedenresistir, porque le temen al sufrimiento debido a que se aman a sí mismos. Enesto radicaba el problema de Pedro. El temor que movió a Pedro en aquel antepatiofue el mismo que lo movió a actuar en Cesarea de Filipo al hablar con elSeñor. Su temor al sufrimiento y su amor propio no aparecieron súbitamente enel ante-patio. Cuando el Señor declaró abiertamente que iría a la cruz, él seacobardó y le dijo: "¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo tesuceda esto!" Creyó sus palabras, y su declaración reveló la clase de persona queera. Ésa fue la razón por la que él reprendió al Señor de la manera que lo hizo. Élle tenía temor a la pérdida y a la muerte. No quería que esto le sucediera al Señor.Era tan testarudo que incluso tomó al Señor aparte para reprenderlo. Hermanosy hermanas, sólo una clase de persona es estable: aquel que le sea fiel al Señorhasta la muerte. Satanás no puede hacer nada con aquellos que menosprecian supropia vida. Los más débiles son aquellos que aman su propia vida. Si unapersona ama su propia vida, tropezará apenas algo toque su vida. Esto fue lo quesucedió con Pedro. Él reprendió al Señor diciéndole: "¡Dios tenga compasión deTi, Señor! ¡De ningún modo te suceda esto!". En otras palabras, él estabadiciendo: "¡Señor, Tú nunca deberías ir a la cruz!". Más tarde él mismo tratóvarias veces de escaparse de la cruz. ¡Incluso recurrió a maldecir y jurar! Por loque es crucial estar armados con una mente dispuesta a sufrir. Tiempo después,Pedro pudo hablar acerca de estar dispuestos a sufrir. Él reconoció que carecía deesto, y aprendió buenas lecciones. Comenzó a armarse con la disposición parasufrir. Él no conocía esta actitud en la primera etapa de su vida. Nadie queabrigue temores puede ser fuerte. Tenemos que ser llevados al punto quedigamos: "Señor, estoy dispuesto y contento de llevar Tu cruz. Estoy dispuesto asufrir cualquier pérdida, o sea, dispuesto a no buscar mi propio bienestar ydeleite". Si una persona tiene esta firme disposición, Satanás no podrá hacerle nada. Si usted no le teme a ninguna pérdida ni dolor; si puede ser como Job, quedijo que confiaría en Dios aun si Él determinara su muerte; o ser como la señoraGuyón, quien dijo que besaría el látigo que la castigara, entonces el hecho de quesu ser sea entregado de forma incondicional le hará una persona fuerte. Si la cruzno puede sacudir a una persona, nada la sacudirá, porque no existe una demandamás grande que la cruz. Si usted puede satisfacer la demanda más grande, notendrá problemas con las más pequeñas. Pero si no es capaz de satisfacer lademanda de la cruz y por el contrario retrocede ante ella, fracasará al enfrentarsea cualquier otra prueba. Será una persona inestable e inconstante. Tiene quecreer en el hecho de la cruz y debe entrar en la experiencia de la cruz. Tiene queaceptar y someterse a todas las pruebas, tribulaciones y sufrimientos que Dios leasigne. Si lo hace, ninguna prueba ni tribulación en este mundo le parecerágrande. Está atribulado porque no conoce la cruz. Si nunca se ha enfrentado auna prueba grande, tropezará frente a cualquier prueba pequeña, pero si ya hapasado por tribulaciones grandes, no será sacudido por ninguna pequeñez. Pedrofue sacudido porque le tenía temor al sufrimiento y porque se amaba demasiado así mismo.Otra razón por la que Pedro era inestable es porque siempre buscaba amoldarseal medio ambiente. Debido a que le temía a los hombres, quería agradar a todoslos que le rodeaban. No tenemos idea de cuán influenciados somos por los gustosy conceptos de los demás. Una vez que tratamos de agradar a los hombres y evitarque se molesten, nuestra actitud deja de ser la correcta. Nos veremos forzados adecir esto o aquello para satisfacer las expectativas de los demás. Le prestamosdemasiada atención a lo que otros dicen. Pedro le tuvo temor a la criada y amuchos otros. Él estaba atado por causa de su debilidad. Hermanos y hermanas,¿están tratando de agradar a los hombres o a Dios? Debemos contestar estapregunta desde el primer día en que nos consagramos al servicio de Dios. Sibuscamos agradar a los hombres, ¿evitaremos las persecuciones? ¿Evitaremos losproblemas? Si buscamos agradar a los hombres, anularemos el tropiezo de la cruz(Gá. 5:11). Hermanos y hermanas, si no resuelven el problema de su temor a loshombres, no podrán correr en una senda recta delante del Señor. Aquellos que letemen a los hombres, cambian su curso tan pronto como algo los afecta en unaforma u otra, y por ende nunca podrán ser estables ni fuertes delante del Señor.CUATROHermanos y hermanas, la iglesia de Dios tiene una naturaleza de piedra, por loque la naturaleza de sus ministros también debe ser de piedra. Tanto elfundamento de la iglesia como su edificación es de piedra y su servicio debe ser de piedra. Todo lo de ella debe ser de piedra sólida, inconmovible y sin sombra devariación. Dios no puede usar en Su obra divina, en la iglesia, a nadie que seaindiferente, voluble o inestable. Lo que es estable, es sólido y confiable. Cuandose edifica una piedra sobre otra, si una de ellas es inestable, pondrá en peligrotoda la estructura. Así mismo, si en un muro de piedra una de las piezas esinestable, todo el muro estará en peligro de derrumbarse. En la iglesia de Diosnosotros no somos las últimas piedras; muchas más serán edificadas sobrenosotros. La iglesia no está compuesta de miles de piedras independientes, sinode piedras edificadas una sobre otra. Todas éstas son edificadas juntas paraconformar una casa espiritual. Si dichas piedras no están edificadas una encimade otra, en realidad no tenemos iglesia. Cuando el templo fue destruido, no quedópiedra sobre piedra. A fin de que el templo sea edificado, cada piedra tiene queestar edificada sobre otras. En Su obra espiritual hoy en día, Dios aún estáedificando pieza por pieza. Si una pieza tiembla, todo el edificio peligrará;muchas vidas estarán en peligro y la iglesia de Dios no podrá avanzar. Por estarazón, nuestro carácter tiene que ser tan sólido como una roca; tenemos que serestables. Si nuestro carácter es inestable y voluble, lo que sea edificado sobrenosotros será débil, y tarde o temprano todo se derrumbará. En 1 Corintios 15:58dice: "Estad firmes e inconmovibles, abundando siempre en la obra del Señor".Únicamente podremos avanzar si somos firmes e inconmovibles. Pero si nuestrocarácter flaquea y tenemos altibajos constantemente, si somos de una manera unminuto y de otra el siguiente minuto, la obra de Dios sufrirá daño.Algunos hermanos y hermanas no pueden participar en la obra del Señor porqueson muy inestables. Si edificamos sobre algo frágil, nos daremos cuentarápidamente que tenemos que derribarlo. Y aparte de ser una pérdida de trabajo,también es una pérdida de tiempo. Lo que se ha edificado y derribado puedeneutralizarse el uno con lo otro, pero el tiempo perdido no se puede recuperar. Siuna persona es confiable, todo lo que se edifique sobre él será confiable y nohabrá pérdida de tiempo. Cualquier daño o pérdida en la obra puede remediarsereconstruyéndolo, pero en el proceso pueden perderse cinco, diez o veinte años, yesta pérdida no se puede recuperar. Tenemos que orar para que Dios nos hagapersonas confiables. Tal vez no lleguemos tan alto como Pedro, porque tomatiempo alcanzar esas alturas, pero al menos podemos ser firmes y confiables, demodo que no edifiquemos algo que después tenga que ser derribado. Si notenemos tal carácter confiable, no podremos participar en la obra de Dios.Cuando somos estables y confiables, podemos tomar cualquier reto oresponsabilidad que sea puesto sobre nuestros hombros. De lo contrario, nosvencerá el sueño tan pronto como se nos llame a vigilar. Si una persona no es confiable y tiene altibajos, éste fracasará cuando el Señor le llame a vigilar y elsueño lo vencerá fácilmente. Él demandará siempre sus ocho horas de sueñocomo mínimo, sin importar cuánto se le llame a velar. Cuando esté cansado, sequedará dormido invariablemente, sin importarle la necesidad de vigilar.Ciertamente obtendrá su sueño, pero no se imagina la pérdida que sufrirá alquedarse dormido. Supongamos que usted se queda dormido cuando el Señor lollama a vigilar. ¿Qué hará cuando el Señor lo llame a trabajar? No tendrá ningúnsentido de responsabilidad. Si una persona no es estable delante del Señor, no esconfiable y, por ende, no tendrá ningún sentido de responsabilidad. Cuando sesienta bien trabajará más, pero tan pronto como se sienta mal se irá a dormir. Nosentirá nada de responsabilidad. Por consiguiente, la estabilidad en nuestrocarácter es una necesidad crucial en la obra; sólo las personas estables puedenlaborar en la obra del Señor. Ellos trabajarán cuando todo sea favorable ytambién cuando no lo sea, cuando brille el sol y también cuando llueva; cuandoestén alegres y cuando estén atribulados. Las personas así son estables. Encambio, las personas inestables son afectadas por cualquier cosa; incluso el climalas afecta. Si nuestra obra es afectada por el medio ambiente, le habremos falladoal Señor. Delante de Él debemos tener un espíritu fuerte.Hermanos y hermanas, ¿son ustedes confiables? ¿Son estables? ¿Son los quenunca flaquean? Cuando hayan aprendido todas las lecciones que Dios requierede ustedes, entonces obtendrán las llaves, las cuales primero abrieron la puerta alos judíos y después a los gentiles. Esta es la manera que se edifica la iglesia.Debemos tener presente este principio: Dios requiere ministros a fin de edificarla iglesia. Dios no puede edificar la iglesia si primero no obtiene tales ministros.Las puertas en muchos lugares sólo pueden ser abiertas cuando Dios cuente conministros apropiados y útiles. Pero si Sus ministros y siervos no son estables niconfiables, estas puertas no podrán ser abiertas. Gracias a Dios que Pedro vio sudebilidad a través de su fracaso. Su caída fue severa y su fracaso grande, tantoque le llevaron a reconocer lo débil que era en sí mismo; entonces apartándose,lloró amargamente. Muchos hermanos y hermanas están plenamente conscientesde su debilidad, inestabilidad y fragilidad. Debemos orar al Señor, diciendo:"¡Señor no puedo lograrlo en mí mismo!". Muchos oran a Dios para obtener luz,pero con frecuencia son los grandes fracasos los que son la fuente de gran luz.Estos fracasos nos proveen con mucha luz al igual que si recibiéramos una fuertereprimenda o escucháramos un mensaje ardiente. Debemos postrarnos delantede la palabra de Dios, y debemos postrarnos cuando recibimos una seriareprensión de parte del Señor o cuando experimentamos un serio fracaso. Losfracasos pueden convertirse en una gran luz en sí mismos, porque a través de ellos Dios nos muestra la clase persona que somos. Pedro lloró amargamente porsu fracaso, pero gracias a la misericordia de Dios que estaba sobre él, llegó a serun verdadero "Pedro". Fue cambiado de una persona débil y voluble, a unapersona sólida y estable. Por consiguiente, la puerta de Pentecostés se abrió através de él. Que el Señor nos dé Su gracia para que seamos testigos del cambioen nuestro carácter. Nuestro carácter necesita cambiar, y Él lo puede hacer. Elperezoso puede cambiar a diligente; un parlanchín a uno de pocas palabras; unapersona insensible, a una que sepa escuchar; una persona que se ama a sí misma,a una que esté dispuesta a sufrir; una que tema los sufrimientos, a una que no letenga miedo a ningún sufrimiento; una que no sepa controlar su cuerpo, a unaque es amo de su cuerpo. De igual modo, el Señor puede cambiar a una personadébil, voluble e inestable, en una persona fuerte, estable y sólida. Que el Señortenga misericordia de nosotros.