Ay, dios mío (♏,♌)

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Casa de Escorpio
- Aay, mi cabeza - se oye decir al fiestero y ligón número 1 del Santuario, exacto habéis adivinado, Milo de Escorpio que otra vez se ha ido a Rodorio de fiesta hasta perder el sentido y ha vuelto a casa por obra y gracia de su mejor amigo Camus de Acuario. - Ayer tuvo que ser una buena noche para estar así de resacoso.
- Buenos días, Milo. - dice una voz de chica desde la puerta - ¿Has dormido bien?
- Si...mejor que nunca - con ésas largas piernas, ese pelo rojo fuego, y esa... - contestó el con una enorme sonriendo como un bobalicón. - Y dime ¿subiste conmigo? -
- Pues claro, fui yo quien te cargó hasta aquí, imbecil - preguntó la pelirroja poniéndole en la mano el famoso "remedio anti-resacas patentado" de Milo.
- ¿Me puedes recordar como te llamabas? - preguntó el guardián de la octava Casa sin inmutarse ante el comentario ofensivo de la chica.
- Por dios, Milo. Soy yo, Camille -
- Camila, te comería con pan y mantequilla, cintura divina - tarareó en su mente el ligón bebiéndose de un trago su mejunje y levantándose de la cama a una velocidad imposible.
-Oyee - oyó decir a sus espaldas la pelirroja antes de ser rodeada por los fuertes brazos del de Escorpio.
Pero, ¿que estás ... - empezó a decir ella luchando contra el hormigueo provocado por la experta lengua del Escorpio acariciando su cuello.
-Vamos, cariño. Me debes uno pequeñito. - respondió Milo pasando a atacar los pechos de la pobre pelirroja - Domingas libres. Siii tal como me gustan. - susurró al oído de la joven, casi acariciándolo cuando de pronto...
- Todos los Caballeros de Oro, sin excepción, presentense en el Salón del Patriarca para una reunión de emergencia. - se oyó decir por cosmos a Shion.
- Venga, Milo. Es hora de presentarnos ante el Patriarca. - dijo la pelirroja tras desembarazarse del rubio.
- Oh vamos, seguro que Camus... - repuso él dispuesto a proseguir su ataque
- ¡¡No voy a excusarte, gilipollas!! - casi gritó la chica con una inconfundible voz de hombre.
- ¡¡Buen intento, chiquilla!! Casi pareces...- empezó a decir antes de ser inmovilizado por un Kolisos
- ¿Camus? Si, así es y ahora me dirás una cosa: ¿Siempre intentas llevarte a la cama a todas las chicas o solo lo haces cuando no logras ligar? - preguntó cruzando los brazos.

Casa de Leo
- ¡¡Aioria Arístides Stephanos, haz el favor de salir del baño ahora mismo!! - gritaba Marín mientras aporreaba la puerta detrás de la cual se escondía el machísimo Caballero del León. - Ojalá Aioros sepa inculcarle un poco de sensatez o, al menos logre sacarle una o dos explicaciones acerca de este comportamiento.
- Buenos días, Marín. ¿Qué sucede con mi queridísimo hermano? - oyó preguntar a su (esperaba ella) futuro cuñado.
- Aioros, menos mal que llegas. Tu hermano se ha encerrado en el baño y no parece querer decirme porque. -
- ¿En serio? Tengo un par de teorías acerca del porque - dijo el chico entrando a la habitación. - Dime la verdad ¿Qué piensas de mis "teorías"? - añadió acercándose para que la amazona pudiera apreciar que su cuerpo se había vuelto un poco más femenino de lo biologicamente posible en una noche.
- Pues, es muy posible. - fue todo lo que pudo decir la japonesa antes de que su cuñado se acercara con decisión a la puerta y diera dos poderosos toques en la madera.
Silencio
- Hermanito, ¿recuerdas lo que pasó la última vez que no me dejaste usar el baño? - preguntó el sagitariano lo suficientemente alto para que Marín también lo oyera.
- Hermano, creo que mejor... - respondió el de Leo con una inconfundible voz de chica abriendo la puerta.
- Tenemos mucho que hablar después, Marín. -




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