Nada más entrar a la Casa de Acuario, el español fue recibido por un frío casi glaciar y la visión del vestíbulo lleno de escarcha.
- Pero, ¿se puede saber que ha pasado entre estos dos? - dijo Shura encendiendo su cosmos dorado y así poder soportar el frío (que parecía aumentar según se internaba en el Templo)
- Creo que quizás debería mirar en la biblioteca. Es donde pasa la mayor parte del tiempo. Aunque seguro que estará en plan ermitaño y no querrá ver a nadie.
- Camus, se que estás ahí dentro. Por favor, sal que quiero hablar contigo. - dijo tras llamar a la congelada puerta de la biblioteca acuariana.
Ante la falta de respuesta, Shura abrió la puerta de una patada. Dentro de la biblioteca, las estanterías estaban cubiertas de hielo y zumbaba una poderosa y gélida ventisca. El cosmos de Shura apenas podía alejar el frío o permitirle avanzar contra la corriente.
- ¡¡Por amor de Dios, Camus!! Esto no es propio de ti. - gritó el español intentando hacerse oír por sobre la tormenta.
- Vete, Shura. Marchate, déjame en paz. - oyó que le respondía ahogadamente la voz del francés.
- Pero Camus... -
- Vete - le interrumpió la omnipresente voz de Camus.
- No pienso marcharme, así que si no vas a salir ... -
- ¡¡POLVO DE DIAMANTES!! - oyó que gritaba desde una estantería lateral.
- Pues te sacaré de aquí a la fuerza. - dijo frunciendo el ceño y embistiendo a su compañero. La pelea subsiguiente fue larga e intensa a través de la biblioteca, pero finalmente Shura salió de dentro llevando a Camus sobre el hombro como si fuera un saco de patatas. Tanto su brazo y su pierna derechas habían sido tocadas por las ráfagas heladas de Camus y parte de su cara era un enorme moratón producto de un ataque sorpresa con libro congelado del francés. Camus, por su parte, recibió varios cortes por todo el cuerpo producto del Excalibur (los más importantes en una pierna y en la cara).
Una vez en el salón de la Casa depositó a su compañero en un sofá y usó su Excalibur para librarse del hielo. Luego envolvió parte de este en un trapo y se lo puso en la cara.
- Aayy, mucho mejor. - dijo con cierto placer el de Capricornio - Oye, ¿desde cuando Camus tiene...curvas...y pechos? Oh, dios. No me digas que a él también...Tengo que decírselo a Shion. - exclamó cuando su ojo sano se fijó con más atención en los "detalles" de su amigo.
- ¿Shura?¿Qué haces aquí? - preguntó la francesa cuando recuperó el conocimiento.
- Pues, llevaba toda la mañana sin verte, surgió una teoría sobre tu ausencia y quería hablar contigo así que...subí a verte. Ahora veo el porque de que no vinieras.
- Entonces, supongo que no hay más que hablar, ¿verdad? -
- Por favor, no te levantes todavía estoy rechazando el daño que te hice.
- Recibiste la visita de Milo ¿no es así? -
- Si, creo que ahora debe estar en su casa durmiendo tras destrozar la puerta de mi casa, la trasera de Géminis y recibir un puñetazo de Aldebarán.
- ¿Quéé?¿Cómo terminó pasando eso? Cuéntamelo todo.
-Está bien, pero intenta calmarte y déjame llegar al final de la historia. ¿de acuerdo? - Shura dudaba de que fuera a interrumpir su historia pero mejor asegurarse.- Y también quiero que me cuentes tu historia con Milo.
- De acuerdo. Te escucho.
- Todo empezó esta mañana cuando Shion nos despertó a todos con un aviso de reunión urgente. Aparte de exponernos el problema de que parte de los caballeros son ahora chicas y que Atenea y los de bronce no están pues no pasó nada anormal.
- Salvo que Aioros forma parte de ese grupo de "chicas" y está como un tren ¿no?
- ¿Será posible que me conozca tan bien? Si, así es y me sigue odiando. ¿Cómo se supone que viviré si se queda así y no puedo seguir parandome a su lado sin sentir sus miradas afiladas?
- Y eso te preocupa ahora que es una chica ¿no es verdad? Tranquilo, seguro que puedes superarlo.
- ¿Lo dices en serio o es lo que te dirás a ti mismo cuando estés frente a Milo y no puedas soportar mirarle a los ojos? -
- No digas tonterías. Milo es un asqueroso patán y no tengo intención de...-
¡¡¡PLAS!!!
- ¿Por qué has...? -
- Escucha, seguro que tendrás muchas razones para odiarle pero hay dos cosas que espero no hayas olvidado. Primero: ambos vivís en el Santuario lo que significa que no podrás esquivar eternamente el momento de hacerle frente a él y a su corazón roto. Segundo: tú puedes odiarle ahora pero él sigue siendo tu amigo y, sea lo que sea que ha pasado entre vosotros, no va a dejar de serlo solo porque tú no quieras.
- Al contrario, lo tuve en cuenta cuando él intentó violarme aquí, en este salón y lo congelé casi entero para explicarle mis razones para no volver a verle en un tiempo.
- ¿Y crees que eso le detendrá de intentar disculparse? No olvides que yo maté a mi mejor amigo y aún intentó que me perdone.
- Es cierto, tú siempre dijiste que eras capaz de morir antes de traicionar su confianza, pero aún así lo ejecutaste. Lo que me lleva a preguntarte porque debería escucharte hablar de amistad. - contestó con toda la frialdad que pudo reunir.
- ¿Crees que no intenté negarme? Cuando me ordenaron ejecutar, no solo a Aioros, sino también a su hermano de 5 años quise negarme pero el Patriarca Saga se mostró impasible. Le ataqué, su máscara cayó al suelo durante la confrontación y pude verle la cara. Ambos sabíamos que si llamaba a Aioros Saga no podría con los dos así que me tiré el farol de que lo había llamado. Solo así, pude canjear la vida de Aioros y mi lealtad incondicional a cambio de que permitiera la existencia de Aioria. Mi idea era hacerme cargo de Aioria y enseñarle a ser un buen caballero pero el combate con Aioros casi me costó la vida de manera que, para cuando intenté acercarme a él, el Santuario entero (incluido Aioria) ya sabía quién ejecutó al traidor. Su mirada hacia mí nunca volvió a ser la misma desde entonces. Al principio intenté hacerle entender que lamentaba haber tenido que hacerlo pero, con el tiempo, vi que lo perdía más y más hasta que con 10 años me atacó y me prohibió volver a pisar su casa sin su permiso.
- ¿Es en serio? ¿Te has pasado estos 15 años guardando en secreto el sacrificio que hiciste con tal de protegerlo de Saga? - preguntó Camus tras procesar lo dicho por su compañero y secretamente darse cuenta, por primera vez en su vida, del poder emocional que significaba lo hecho por su vecino. Cómo había casi sacrificado su vida por amor a los hermanos de Leo y Sagitario.
- Si, así fue. Aunque no espero que alguien con tu corazón de hielo comprenda lo que significa.
Sin saber bien porqué, Camus sintió como aquellas palabras le abrían un doloroso hueco en el pecho.
- Pues enseñame a entenderlo, Shura - contestó sin pensarlo dos veces.
- Dios, me pasé diciendo eso. Bueno, pues verás... No sé explicarlo pero si voy a decirte que deberías pedirle perdón a Milo. Estaba muy dolido. -
- Ah, bueno, si no quieres explicarmelo pues no lo hagas. Ahora, si esperas que te ayude a reconciliarte con Aioros, no cuentes conmigo. -
- ¿Y cómo me ayudarías? La novia de Aioria me debe la vida, al igual que Shiryu del Dragón. -
- Eso es verdad, pero tu amigo esta en Lushan y Marín, si tuviera que escoger bando, no irá en contra de su novio. Y aún en el caso de que eligiera tu bando, no lo convencerías sino que le ofenderías más todavía. En mi caso, da la casualidad que Athena le debe la vida a uno de mis discípulos y que otro está en el ejército de Poseidón así que tengo muchas maneras de ayudarte.
- Diablos, tiene razón y encima sabe que no me quedan más opciones que aceptar su ayuda si quiero arreglarlo de una vez y para siempre. -
- Vamos, Shura. Sabes que no puedes responder a eso.
- Está bien, acepto tu ayuda. Pero con la condición de que tú también te disculparás con Milo.
- Mira que eres pesado. Trato hecho, Shura. Por lo menos aceptó mi ayuda, lo que ya es una importante victoria teniendo en cuenta lo obstinado que es. Aparte, que si no lo hago ya me veo soportando su santa insistencia con el perdón.
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Boys Like Girls
RandomLos Caballeros de Oro son transformados en chicas durante un año ¿ Conseguirán sobrevivir a esta aventura que promete ser la prueba más dura de su vida? Es mi primer fic así que agradeceré los comentarios y espero les guste.