Capítulo 21

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8 años después de la muerte de la familia Harmon

-Oh, ¿qué vamos a hacer contigo?-Empezó a negar Constance para sí misma.


La rubia mujer comenzó a andar por el cuidadosamente cuidado jardín hacia el árbol del cual colgaba un columpio casero de una de sus ramas. El pequeño Scott descansaba bajo la sombra a los pies de éste. En el regazo del chico y en el suelo cercano a él yacían, esparcidas, cinco crías y media de gato, junto a la respectiva madre. La sangre brotaba de los recién decapitados cuellos. El último cuerpo estaba despedazado, y le faltaba medio tronco y dos extremidades. No había ni rastro de las cabezas.


El pequeño niño al oír los pasos de su madre se volvió hacia ella, y le dedico una abierta ensangrentada sonrisa llena de diversión y maldad. Y sangre. Sobre todo de sangre.

Estaba en todas partes: En sus manos, ropa, cara, mejillas, dientes, sonrisa... No acababa nunca.


-Vamos, escupe-. Le puso la mano debajo de la barbilla a su nieto, a modo de que escupiera lo que llevaba dentro de la boca. El niño gruñó-. Oh, vamos ¿en serio? Te haré algo mucho mejor en la cocina que no lleve pelo, hueso y pulgas y que sea comestible.


El rubio escupió una cabeza pequeña de pelo blanco a la que le faltaba un ojo, y de la cual salía sangre en pequeñas cantidades por todas partes. Cogió al pequeño por las axilas y lo elevó del suelo.


-Le tendré que decir a los vecinos de enfrente que no sobrevivieron al parto. Una pena, su hija realmente quería un gato... En fin, no se puede tener todo en esta vida, ¿no?

Constance entró en casa con su hijo en brazos. Tenía mucho para hacer: Llamar a Billie Dean Howard, la estrecha amiga médium que solía visitarla hacía unos años para depararle el futuro, para ver al pequeño Scott; ingresar a éste en el colegio, enterrar más cadáveres...

No era la primera vez que lo hacía, y estaba harta de tanto cavar. Estaba mayor y no le daba para todo. Quizás si no se hubiera desecho de Larry Harvey ocho años atrás ahora no tendría tanto que cavar. Una pena. Pero, en fin, la cárcel era lo que se merecía.


¿A Qué Le Tienes Miedo? || AHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora