Capítulo 10

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Horas despues de haber dormido, cuando despertó, justo antes de que sonara el despertador, se sentía mejor. Entonces frunció el ceño. Tenía la impresión de que su subconsciente podía oír el eco de su nombre. Se sentó y ladeó la cabeza al tiempo que agudizaba el oído.

- ¡Sehun! ¡Maldita sea!

Llevaba semanas oyendo aquel deje de su voz cuando lo llamaba, y comprendió al instante que estaba sufriendo. Corrió a su habitación sin ponerse la bata que a veces usaba sobre su pijama.

Encendió la luz. Jongin estaba sentado en la cama, frotándose la pierna izquierda. Tenía la cara contraída en una mueca de dolor.

- El pie.- dijo con los dientes apretados. Sehun agarró su pie y obligó a los dedos a recuperar su posición, hundiendo los pulgares en la planta y aplicándole un masaje. El moreno se recostó en la almohada, respiraba con ansia y su pecho subía y bajaba rápidamente.

- No pasa nada.- murmuró el rubio deslizando sus manos hasta su pantorrilla.

Se concentró en su pierna, ajeno a la mirada fija de Kai. Al cabo de unos minutos le estiró la pierna, le dio unas palmaditas en el tobillo y le tapo con la sábana.

- Ya está.- dijo con una sonrisa al tiempo que levantaba la mirada, pero su sonrisa se disipó cuando se topó con sus ojos. Aquellos oscuros ojos eran tan atrayentes, y Sehun se sintió desfallecer el hallarse frente a su mirada.

Entreabrió los suaves labios. Los ojos del mayor se deslizaron lentamente hacia abajo, y él cobró de pronto conciencia de que su pecho se notaba claramente contra la tela casi transparente del camisón que recién había comprado. El estremecimiento que sintió en ese momento le hizo temer que sus pezones se hubieran endurecido, pero no se atrevió a mirar hacia abajo para confirmarlo.

De pronto no pudo soportar la fuerza de su mirada y apartó los ojos, dejando caer sus parpados para ocultar sus pensamientos. El cuerpo de Jongin quedaba en su campo de visión, y bruscamente sus ojos se dilataron. Estuvo a punto de proferir un gemido, pero se contuvo en el último segundo.

Olvidó lo mucho que dejaba entrever su camisón y se levantó repentinamente. Tragó saliva y su voz sonó demasiado ronca como para parecer despreocupado cuando dijo:

- Creía que habías dicho que eras impotente.

Pasó un momento antes de que el moreno comprendiera lo que había dicho. Parecía tan perplejo como el contrario. Después de un instante bajó la mirada. Apretó la mandíbula y soltó un exabrupto.

Un rubor ardiente cubrió de golpe la cara de Sehun. Era ridículo quedarse ahí pasmado, pero no podía moverse.

- Debo ser adivino.- musitó Kai con voz ronca. – Estaba pensando que ese camisoncito que llevas excitaría hasta un muerto.

Vio que el rubio se tensaba ante su comentario. Recordó aquello que llevaba algunos días rondando su mente y no lo dejaba en paz.

-Sehun. Escucha, hay.. hay algo que necesito decirte.

- Que pasa, te pasa algo malo?

- No se trata de mí, si no de tí.. - el rubio lo observaba serio, así que continuó. - El día que desperté tarde por causa de los calambres que tuve durante toda la noche, me levanté de la cama y fui a tu cuarto pero no estabas. Regresé al mío y entonces escuché voces. Escuché que tú y Chanyeol hablaban..- El menor se puso de pie tan rápido como su cuerpo se lo permitía, se llevó la mano izquierda a su boca abriendo de par en par sus ojos marrones que lo observaban directamente.             - Quiero aclarar que no era mi intención escucharlos. Algunas cosas no logré escuchar. Sé que debí alejarme de ahí, de darles su espacio. Era algo que no debía estar escuchando he iba a alejarme, de verdad, pero cuando escuché el nombre de mi hermano, sólo no pude hacerlo.. - decía el mayor desviando su mirada del contrario.
- Les escuché decir que Baek y Chanyeol estaban saliendo y que la persona de la estás enamorado y siempre lo has estado ha sido nada más que mi mejor amigo de toda la vida y el ahora novio de mi hermano menor. 

Mi fisioterapeuta favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora