Capítulo 8.

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Jongin no estaba a la vista cuando volvieron a casa, y Sehun se alegró de ello. No quería que supiera cuantas cosas había comprado. Jin Won los ayudó a llevar las cosas a su cuarto y, cuando el rubio le preguntó por Jongin, sonrió y murmuró:

- En el gimnasio.- después salió a toda prisa.

Baekhyun soltó una risilla cuando Jin Won se hubo marchado. Mientras el castaño se iba a la sala a ver un rato la tv, Sehun bajó a la piscina y entró en el gimnasio. Se detuvo bruscamente. Jongin estaba en las barras, sosteniéndose con las manos, y Chanyeol, de rodillas, le movía los pies. Por su aspecto, parecía que había estado haciendo aquello desde que él se marchara con Baek esa mañana, y el pobre pelinegro también estaba agotado. Jongin llevaba sólo unos pantalones de gimnasia cortos, y se había atado la camiseta alrededor de la frente para impedir que el sudor entrara en sus ojos. Algunas noches había pagado sus excesos con terribles calambres, y él tenía la sensación de que esa noche volvería a pasar lo mismo.

- Hora de meterse a la bañera. – dijo tranquilamente, intentando no parecer ansioso. Chanyeol levantó la cabeza, aliviado, y se levantó trabajosamente. El moreno, por su parte, sacudió la cabeza.

- Aún no.- dijo. – otra media hora.

Sehun le hizo una seña a Chanyeol, que salió de la habitación sin hacer ruido. Tomó una toalla del montón que siempre tenía a la mano, se acercó a él y le secó la cara, los hombros y el pecho.

- No te esfuerces demasiado.- le aconsejó. – Aún no. En ésta fase puede ser más perjudicial que beneficioso. Vamos a la bañera. Dales un descanso a tus músculos.

Él se apoyó contra las barras, jadeando y Sehun le acercó rápidamente la silla. Jongin se dejó caer en ella. El rubio encendió la bañera de hidromasaje y al darse la vuelta descubrió que el mayor le había estado mirando el trasero mientras estaba inclinado. Jongin le lanzó una sonrisa maliciosa, luego agarró la polea, se colocó sobre la bañera y descendió suavemente hasta el agua. Suspiró, aliviado, cuando el agua borboteante comenzó a aliviar sus músculos cansados y rígidos.

- No esperaba que pasaras fuera casi todo el día. .- dijo y cerró cansinamente los ojos.

- Solo voy de compras una vez al año.- mintió el menor. – cuando salgo de compras, es una carrera de resistencia.

El moreno sonrió con los ojos cerrados.

- ¿Quién ha ganado, Baek o tú? .- preguntó.

- Creo que Baek. .- rezongó mientras estiraba sus músculos tensos.

Jongin abrió un ojo y lo miró.

- ¿Por qué no te unes a mi? .- preguntó. – Como dice el refrán, "Métete que el agua está buena".

Era una idea tentadora. Sehun miró el agua y sacudió la cabeza con pesar al recordar las muchas cosas que tenía que hacer. No tenía tiempo de relajarse en una bañera de hidromasaje.

- Esta noche no.

Sehun recorrió la habitación poniendo todo en orden y preparándose para el masaje que le daría cuando saliera de la bañera, pero se movía como un autómata. Su conversación había sido despreocupada, pero el rubio percibía un estado de ánimo completamente distinto bajo sus palabras. Jongin lo estaba mirando, lo veía como un hombre, no como fisioterapeuta. Él estaba al mismo tiempo eufórico y asustado por su éxito, porque esperaba tardar mucho más tiempo en llamar su atención. La intensidad con que lo miraba mandaba mensajes que no era capaz de interpretar.

Mi fisioterapeuta favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora