El Pacto [EunHae] [+18]

Capitulo 19: Final

(Sungmin)

Había salido a correr. Estaba cansado de estar en aquella casa.

No llovía, pero el clima era tan pesado y húmedo que costaba hasta respirar.

Las cosas estaban saliendo de acuerdo a nuestros planes y eso me tranquilizaba. Sólo un poco. Aunque no se lo había dicho a los demás, mi intención era que los mejores detectives estén detrás nuestro. Eso significaba que las personas relacionadas directamente con las catástrofes de nuestras familias estarían a nuestro alcance.

Las cosas iban bien por el momento y me había armado de paciencia para poder llevar a cabo el plan completo. Ahora debíamos pensar con claridad en el próximo paso para no fallar. La golpiza al detective Lee Donghae había sido sólo una advertencia, por lo que el siguiente golpe debía ser certero y fuerte.

Fuí avanzando por la ciudad sin un rumbo fijo. Las gotas de sudor me recorrían el rostro debido al esfuerzo de la actividad física y aquello era jodido fastidio.

Llegué a la zona llena de locales comerciales, por lo que bajé el ritmo hasta convertirlo en una caminata rápida.

Entonces un sujeto chocó de lleno conmigo al salir de manera abrupta de uno de los comercios. Por el rabillo del ojo distinguí el rostro de Lee HyukJae y la sangre hirvió en mis venas.

Puse mi mayor concentración para contener aquella oleada de odio y evitar que me viera, por lo que apuré el paso.

Rogando a los espíritus que no me haya reconocido, me fuí a velocidad de vuelo de ese lugar. Decidí tomarme un taxi y regresar a casa.

-Valla.. tienes un aspecto fantástico- me dijo al verme atravesar la puerta Yesung que estaba desparramado en el sillón, viendo tele.

-Cállate - le respondí en el tono más jovial que pude - ¿dónde están los demás?

-Shindong y Kangin jugando en su cuarto y Kyuhyun aún duerme, creo.

Asentí y fuí directo al baño. Me saqué rápidamente la ropa sudada y guarde el llavero que mi padre me había regalado antes de morir. Lo atesoraba más que a mi propia vida.

Me metí en la ducha y dejé que el agua tibia se llevara las gotas de sudor de mi cuerpo, haciendo que a su vez me relajara.

Salí envuelto sólo en una toalla y fuí hasta mi habitación. Entré sin mirar y encendí la luz.

-Hola - dijo Kyuhyun de manera repentina y haciendo que el espíritu se me escapara del cuerpo del susto. No lo esperaba alli, acostado en mi cama.

-Dios Kyu, casi me matas del susto - le dije con un suspiro.

-Ya, a poco tan feo soy...

-No lo digo por eso Kyu, sólo que no te esperaba aquí.

-Ok, vale...

Calló y yo me dirigí hacia el armario, buscando que ponerme. De pronto, sentí su calor corporal a mis espaldas y me giré.

-¿Pasa algo? - pregunté.

-Déjame pensar... humm... si... - dijo con parsimonia.

Entonces acortó el poco espacio que había entre nosotros y me plantó un beso. Uno tranquilo al principio, moviendo sus labios de manera calmada y suave. A medida que empezaron a pasar los segundos, el beso comenzó a cambiar, volviéndose cada vez más apremiante.

Abrí mi boca, dejándome llevar por aquella sensación incomparable que me producían los besos de Kyu. Él introdujo su lengua y empezó a explorarme de a poco. A los pocos minutos, se separó de mi boca, pero comenzó a besarme la mandibula de a poco, con besos cortitos y húmedos. Sentí mi pene completamente erecto y sabía que Kyu tambien lo sentía, ya que se había pegado completamente a mi.

De manera lenta y provocativa empezó a bajar por mi cuello, lamiendo cada centímetro de él, haciendo que mi corazón se acelerara cada vez más y que mi erección se pusiera más tensa de lo que ya estaba.

Se detuvo en uno de mis pezones, lamiéndolo y dando pequeños mordiscos, lo que me puso como loco. Mierda, Kyuhyun sabía hacerme olvidar de todo.

-¿Te gusta? - ronroneó y yo asentí, incapacitado de hablar.

Tomó mi toalla y me la quitó de un tirón, dejándola a un lado, en el piso. Asió mi pene y comenzó a masturbarme, haciendo que emitiera un pequeño gemido de placer. Se acercó y me besó de nuevo, sin dejar de tocarme.

Luego de unos minutos asi, se separó de mi y me tiró hacia la cama, haciendo que quede boca arriba. Él se colocó entre mis piernas, me miró a los ojos y me sonrió. Sabía que venía después.

-Kyu..

Entonces introdujo mi sexo en su boca, de manera lenta y sensual. Sentí como poco a poco empecé a subir al cielo. Comenzó a lamer de abajo hacia arriba, deteniéndose en la punta, mientras clavaba sus ojos en mi, estudiando mi reacción. Yo gemí en respuesta a aquello.

El placer me había inundado completamente y deseaba hacerle sentir lo mismo. La velocidad de su boca aumentó conforme pasaban los minutos, haciendo que llegara al orgasmo más rápido de lo que creia, terminando alli mismo.

Entonces me incorporé y giré, dejando a Kyuhyun debajo de mi. Tomé su pene completamente erecto y comencé a masturbarle, devolviendo de a poco el placer recibido. Entonces él me paró.

-Quiero hasta el final, Min.

Entonces, llegaríamos hasta el final. Y sonreí.