Especial: Flashback II

153 23 0
                                    

El sonido de los disparos aún retumbaban en el fondo de su cerebro. Asimismo, las pesadillas vívidas de aquel dia volvían una y otra vez apenas podía conciliar el sueño. Cuando lo lograba.

Tirado en la cama, con los ojos húmedos, Kyuhyun pensaba en las pocas probabilidades de seguir adelante. Su padre, ahora preso, era su sosten, su amigo y compañero y, a pesar de que era un delincuente, él lo amaba. Y le dolía toda esta situación.

Se sentó en el borde y miró a un pequeño calendario en su mesita de noche. Era viernes. Dia de visita.

Se secó las lágrimas que se habían formado en sus hermosos ojos y se levantó, impulsado por el anhelo de ver a su progenitor. Tomó su campera de cuero negro y salió.

Era la quinta visita que hacía a su padre en ese estado.

Mientras caminaba hacia el reclusorio, observó el dia. Había nevado en la noche anterior, por lo que aún se conservaba aquel color gris, propio del invierno. Unos cuantos girones de nieve revoloteaban en la acera, a punto de convertirse en agua. El viento se arremolinaba detras de su cuello, haciendo que el frio adrede le calara los huesos.

Entonces pudo divisar el paredón de cemento del penal.

Se anunció ante el encargado y luego un policia lo llevó a la sala de visitas. Se sentó y esperó.

El pabellón en donde se encontraba su padre era uno de los más alejados a la entrada del reclusorio, en donde se hallaba la sala de visitas, por lo que llegar hasta allí llevaba su tiempo.

En aquel momento, un movimiento inesperado se hizo presente, llamando la atención de los presentes. Kyuhyun se envaró y afinó su oido para poder enterarse de lo que estaba pasando. Entonces escuchó su apellido en medio del lio formado. Se levantó de la silla en donde estaba sentado y se acercó rápidamente a los policias, que en ese momento se dirigían hacia dentro del penal.

-¿Qué pasa? ¿En donde está mi padre? ¿Qué está pasando?- decía mientras los guardias se abrían paso entre la multitud formada de imprevisto. Pero nadie le contestaba y ni siquiera se giraron a verlo,a pesar de que él fue aumentando el volumen de su voz, calmada al principio y luego a los gritos.

Fue cuando decidió entrar por su propia cuenta y descubrirlo el mismo. Se prendió la campera y, esquivando a los policias, ingresó detras de uno que avanzaba con velocidad.

-Señor... ¡Señor! ¡No puede pasar! ¡¡¡Señor!!!

Pero Kyuhyun no lo escuchaba. Caminó detrás de aquel policia con ansiedad. Su preocupación aumentaba a medida que avanzaba por los pasillos del reclusorio. ¿Qué pasaba? ¿Porqué habían nombrado su apellido en medio de aquel revuelo?

Supo que había llegado al pabellón de su padre cuando vió un gran número 16 pintado en la pared divisoria que daba al patio. Corrió a hacia el interior mientras sentía cómo la angustia se hacía presente en su pecho.

Aquello le daba mala espina.

Entonces llegó a lo que parecía ser un complejo de celdas. El revuelo allí dentro era aún más profundo que el de afuera. Había gritos por todos lados y algunos presos decían cosas como "que pasó con el 20", "que alguien lo vea", "creo que está muerto". Kyuhyun palideció al escuchar esto. Se paró en seco y se acercó al recluso que había gritado aquello.

-¿Qué dijiste? Repitelo.. - pero el hombre no le contestó, por lo que lo tomó de la ropa y lo acercó a la reja que lo separaba de él. - Dije que lo repitieras.

-Compruebalo tú, niño bonito.- escupió el sujeto en su cara.

Lo dejó de un empuje y retomó su camino a toda velocidad, pasando los numeros de los presos hasta encontrar lo que buscaba.

Había una rueda de unos cuantos policias al frente de la celda 20. Kyuhyun se abrió paso entre ellos pero su alma quedó en blanco cuando vio aquello.

Un ventilador desarmado en el piso de forma violenta descansaba a un lado. Del techo colgaba un grueso cable negro desprolijamente. La dura cama estaba toda revuelta y manchada. Había dos fotos pegadas en la pared, una de Kyu solamente y otra en donde estaban con su madre cuando él era apenas un bebé. La unica silla de la habitación estaba caída hacia un costado. Del cable, inerte, colgaba el cuerpo de Cho, el preso 20, con la cabeza ladeada hacia un lado, los ojos desorbitados y una gran mancha de saliva que le manchaba la ropa.

Kyuhyun sintió que sus sentidos dejaban de funcionar. Sus rodillas golpearon el áspero piso del pasillo de aquel horrible lugar. Sus oidos solo podian escuchar el ruido de su sangre pasando por sus venas. Y sus ojos pronto vieron solo una nube negra.

Con la cabeza entre las piernas, miraba el suelo, aún mojado con las lágrimas que había derramado. Miraba si ver. Tenía los ojos hinchados y colorados; ya no podía llorar mas.

No tenía fuerzas para levantar la mirada. Sentado, fuera del penal, simplemente estaba allí en cuerpo, pero su mente aún estaba adentro, en el pabellón 16. Sintió la congoja apoderarae de él nuevamente. ¿Cómo era posible? ¿Su padre? ¿Muerto? ¿Suicidado? No podía. Sencillamente no podía soportarlo. Otra vez las lágrimas hicieron presencia en sus ojos, acompañadas de pequeños gemidos de angustia y desesperación.

Entonces vio algo moverse delante de él. Trató de enfocar y divisó un par de zapatillas negras, ubicadas a sus pies. Hizo acopio de valor y levantó la vista.

Un chico de rostro duro, pero igualmente bello lo observaba.

-Tu padre no se suicido. - dijo de pronto, sin mediar saludo.

Kyuhyun se levantó impulsado por la rabia, la tristeza y el desasosiego. Lo tomó de las solapas de su chaqueta y lo elevó hasta tenerlo a pocos centímetros de su cara.

-Repite lo que dijiste- escupió. -En que te basas para decir eso. ¡Contestame!

-Mi padre murió la semana pasada. Lo encontraron de la misma forma. Tambien me dijeron que se había suicidado, pero jamás encontré nada, ningún indicio ni carta que me llevara a esa conclusión. Te apuesto a que si vas a preguntar te diran lo mismo que a mi. ¿Acaso no te parece extraño?

Kyu lo soltó. Aquel tipo parecía no estar mintiendo, pero su cerebro no le permitía discernir qué podría ser cierto y qué no. Su mente estaba nublada por el dolor.

Se sentó de nuevo y se tomó la cabeza con ambas manos. Sus ojos volvieron a nublarse debido a que unas nuevas lágrimas brotaron y suspiró.

-Entiendo cómo te sientes. - le dijo aquel sujeto - si quieres podríamos hacer algo al respecto. Yo voy a investigar y voy a vengar la muerte de mi padre.

Kyuhyun no contestaba. No sabía qué hacer exactamente. ¿Y si aquel sujeto tenía razón? ¿Y si su padre había sido inducido al suicidio y no era algo hecho por voluntad propia? Si, ahora que lo pensaba con detenimiento, era mas que factible.

Levantó la vista y vio que el tipo aún lo miraba con convicción y seguridad. ¿Qué debía hacer? De ser cierto, su padre merecía justicia. Entonces si.

Se levantó despacio y con cautela, embargado por un nuevo sentimiento de odio y venganza. Odio a todos lo que impulsaron esta situación. Venganza y sed de justicia propia.

-De acuerdo. - le dijo al sujeto. Aquel estiró la mano, a modo de saludo.

-De acuerdo - respondió con una sonrisa escueta, - yo soy Kangin.

El Pacto [EunHae] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora