¿Sexo con amor?

Capítulo 16.

- Te ves muy sexy haciendo eso, nena... - me mira a los ojos.

Aprieto las piernas y suelto su mano para que el tome el control.

Introduce dos dedos en mi vagina y con su dedo pulgar oprime mi clítoris, dobla sus dedos dentro de mi y luego vuelve a extenderlos. Repite el proceso varias veces, sin dejar de oprimir ese pequeño botón que disipa mi excitación. Siento placer, y me pone muy caliente recordar que Klaus me esta haciendo sexo oral en la encimera, donde se prepara el desayuno, se cortan las fresas y...

Jadeo lo mas suave posible.

Dios. Me estoy convirtiendo en una jodida pervertida.

- Puedes hacerlo más rápido.- digo muy fuerte y no me importa. Lo único que quiero es llegar al orgasmo y perderme en las millones de sensaciones que esto me provoca.

Cierro los ojos y ni me planteo abrirlos cuando Klaus me toma por el culo. Aprieto mis piernas a su alrededor y gimo cuando saca sus largos y húmedos dedos de mi vagina. Doy gracias mentalmente a todos los dioses del sexo porque supongo Klaus recapacita y me lleva al cuarto.

Me limito a abrir los ojos y a continuación siento que me recuesta en la mesa de cristal que hay frente de la encimera, me acobardó un poco porque temo que alguien llegue y nos encuentre en esta escena tan caliente, pero pronto lo olvido y al instante me sorprendo de no clavarme un candelabro en la espalda.

Lo más probable es que los haya quitado... Y no me di cuenta...

Me muerdo el labio desesperada por sentir de nuevo sus dedos en mi interior y cuando levanto la cabeza le pillo apreciando mis pequeños pechos.

-Besame. - niega con la cabeza.

- ¿Por qué?- le miro asustada.

- Porque por ahora quiero besar otra cosa.

- Entonces hazlo... Pero ahora .- le suplico jadeante.

Levanto la pelvis, impaciente.

-Klaus... - siento sus labios allí abajo, tomándose su tiempo para saborear y luego su lengua... Explorando por allí y por allá. Gimo sin tapujos y luego doblo la espalda hacia arriba.

Falta muy poco...

Falta muy poco...

- Sarah. Esta tal Katya tiene cara de ser una depravada sexual.

- Callate. Es la novia de mi hermano.

- Cielo, viene alguien.- Dice Klaus pero le ignoro por completo.

Tengo calor, mucho calor y puedo sentir como la bata se me pega al cuerpo.

- ¿Qué dices...? - Respiro entrecortadamente.

- Valgame Dios...

Entre abro los labios para soltar un gemido, pero Klaus me toma por los hombros y hace que me siente de un tirón.

Klaus levanta la mirada y yo tiemblo despavorida.

- Joder... - No reconozco la voz de aquel hombre y aunque me mata la curiosidad, por saber quien nos ha pillado, no me atrevo a voltear a ver.

Klaus cierra mi bata con rapidez y me abraza.

- Lo sentimos.... - Me baja de la mesa y yo me sonrojo de pies a cabeza.

Tomo la mano de Klaus y caminamos apresuradamente hasta las escalas. Me tiemblan las piernas y en más de una vez me tropiezo con mis propios pies.

- ¿Quien nos vio?... Dios, eso fue muy humillante.

-Fue muy excitante.- Se tira sobre la cama y yo le imitó.- menos mal te cubrí a tiempo... Nena.