Capítulo 10.

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Todo estaba sucediendo tan rápido que no podía controlar mis emociones, quería tenerlo dentro de mi, como fuera... rápido, lento... Lo único que quería era que mi primera vez fuese con Klaus, al principio su rechazo me desilusiono pero no tarde en darme cuenta que tal vez eso significaba que me considera especial, si no fuese así no me hubiese dado una hermosa gata y libros, no le hubiese importado saber que soy virgen y solo me habría follado rápido incluso haciéndome daño.

No puedo negar que me sentía fácil... Solo llevábamos unos días de noviazgo y ya se lo ponía en bandeja de plata pero a la mierda. Tenia que comenzar hacer lo que quería no lo que considerara correcto.

Toda mi vida he sido la chica aburrida, tonta y virgen, ahora que alguien se fijaba en mi podría perder un poco los estribos, pero solo un poco.

-¿En qué tanto piensas, cielo?

-En lo mucho que odio el huevo. - invento una respuesta estúpida en cuestión de segundos.

-Se que no pensabas exactamente en eso pero ¿En serio odias el huevo?

-No sabes cuanto. -ponngo mala cara.

-Pues déjame decirte que el huevo es un omelette para mí. -Klaus hace una mueca ridícula y me invaden unas inmensas ganas de besarle. Aparto mi mirada, fijándola en la ventanilla del coche.

Cierro los ojos y muevo mi cabeza contagiándome por el ritmo de la música.

Acaricio a Frida luego de estirarse sobre mi regazo y antes de darme cuenta, Klaus y yo nos hallábamos tatareando una canción de Imagine dragons (Demons)

-When the days are cold

And the cards all foll

And the saints we see

Are all madeof gold

When your dreams all fail - tatareo mirando en dirección a la carretera

-And the ones we

Are the worst of all

And the blood's run stale

- I want to hide the truth. -Klaus me sorprende cantando la siguiente estrofa.

levanto la mirada y sonrió genuinamente.

-¿Qué te gustaría hacer esta noche?- pregunta contemplándome con expresión tranquila.

-lo único que verdaderamente deseo es tenerte cerca. - pongo a Frida sobre los asientos traseros.

-Entonces no me alejare de ti, Cielo. - Lo miro.

Definitivamente no eran las palabras bonitas.

Algo se movía dentro de mi al escuchar la palabra "Cielo" salir de sus labios y pensar que antes me daba ulcera escucharlo decir esa palabra.

Pero ahora todo era diferente, me sentía cómoda y segura; creía que el destino solo me traería malos acontecimientos... Ahora se que eso solo era una hipótesis por parte mía.

-Hemos llegado. - anuncia con un tono de voz bastante alto como para sacarme de mi ensoñación.

Me inclino lo suficiente para observar por la ventanilla y vaya grata sorpresa la que me llevo. ¿Una casa de campo? Mas bien parecía un casa de lujo.

Por fuera de color marrón, ventanales de vidrio exageradamente grandes. Rodeada de jardín, con una alberca y, un garaje lo suficientemente amplio como para guardar cinco autos.

-¿Te das cuenta como me provocas?

Sabia perfectamente la respueta a lo que estaba a punto de preguntar pero sin embargo me hice la inocente.

¿Sexo con amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora