Capítulo 7. (Parte 3/3)

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Asiento con la cabeza tratando de soportar el mini dolor que me causa mi tobillo.

-Perdone... ¿Y su mascara?- pregunta de nuevo, y me fijo en su sutil traje, lleva una pajarita... Mmm, eso es sexy.

-¿Mi mascara?

Mierda: se me a olvidado la máscara.

Doble mierda: me duele el tobillo.

Triple mierda: esa pajarita le hace ver tan sexy que me es imposible concentrarme en lo verdaderamente importante ¡La máscara!

-Ah.- logro decir.

-Este... La he olvidado. - aprieto los labios.

-Acá en el hotel tenemos una tienda de mascaras y antifaces ¿Quiere que le enseñe el camino? - asiento sonriente.

Me fijo en cada detalle del hotel, la recepción, las paredes, la decoración, todo absolutamente todo es precioso.

Después de subir unas cinco plantas en el elevador llegamos a lo que en vez de parecer una tienda de simples máscaras parece una joyería.

Observo un hermoso antifaz atreves de un mostrador de vidrio.

-Fue un placer enseñarle el camino. - él chico de la pajarita me giña el ojo.

-Gracias. - digo sonriendo de oreja a oreja.

Me fijo en la parte superior de su traje y me encuentro con su nombre plasmado en una lamina color plata.

-¿Adam?

-Si. - responde levantando una de las comisuras de su boca.

-Disculpe ¿Viene usted sola?-volteo rápidamente para encontrarme con en el dueño de esas palabras las cuales llevan un acento ruso.

Me encuentro con un hombre alto que lleva un traje color blanco, corbata con estampado de finas líneas y zapatillas negras. Le miro perpleja, su barba me causa miedo, ¡Ay por Dios! Tiene pinta de mafioso.

-Déjeme decirle, que usted es la mujer mas hermosa que he visto en toda mi vida. - su mano toma la mía y la besa sin mi consentimiento. "Puaj" ¿De donde salió este Romeo? Suelto una risita, ante mis pensamientos.

- Ehh ... Gracias.- frunzo el ceño, esto es verdaderamente incomodo.

-Soy Jacob, ¿Cual es tu nombre bella dama?

- Samantha. - miento - es un placer, Samantha- sonríe de oreja a oreja mostrando su imperfecta dentadura. Le brindo una sonrisa poco genuina y me apresuro a dar pasos inseguros hasta llegar al mostrador.

"La presencia de ese hombre realmente me inquieta..."

-Buenas noches, ¿Le puedo ayudar en algo?- pregunta una chica detrás del mostrador, me sonrió ampliamente haciendo que sus ojos color turquesa se iluminen.

-Buenas ,¡Si!... podrías enseñarme aquel antifaz.- señalo el antifaz que me llamó la atención desde que entre en este lugar.

-Claro que si. - la chica introduce una llave color dorada en una mini cerradura, saca con cuidado el antifaz y lo pone sobre el mostrador lo tomo con una sola mano ya que con la otra sostengo mi bolso.

El antifaz es color negro tiene una hendidura para la nariz y esta bordado con plata, la línea del cabello esta decorada con brillantes y ... ¡Oh! ¿Eso de allí es un diamante? Me reprimo las ganas de preguntar ya que la respuesta es más que obvia.

Miro su precio en un pequeño papel color blanco que rodea la banda elástica ¡Ah! Demonios, es demasiado costoso... Yo quiero usarlo. Bueno... Respecto al dinero... Lo tengo, no veo en que mas lo pueda gastar, ya que no me hace falta nada... Yo lo quiero... Además el momento amerita.

-Lo llevo. -grito fugaz, como si estuviera a punto de comprar el cuadro original de la Mona Lisa.

-¡Lo pago! -el hombre con asentó ruso con el que estaba platicando hace un rato se encuentra parado a mi lado ofreciéndole una tarjeta de crédito a la señorita que me estaba atendiendo.

- Yo lo vi primero.- chillo.

-Descuida es tuyo, solo que yo quiero pagarlo por ti.

-¿¡Que?!- grito exaltada. saco la tarjeta de crédito de mi billetera y se la tiendo a la chica.

-Toma la mía- le exige el susodicho.

-Disculpe señor, no quiero sonar grosera pero... Soy yo quien debe pagarlo.

-Aceptalo como un pequeño obsequio. -abro los ojos como platos.

-¿Pequeño obsequio?- bufo esto es demasiado costoso.

-No para mi - dice audaz.

Ignoro al hombre, que digo hombre... "El viejo decrepito" y agito mi tarjeta frente a la chica para que la reciba.

-Que lo aceptes. - me recorre un escalofrió por todo el cuerpo.

¿Eso fue una orden? El tono en que lo dijo me hizo sentirme desconcertada.

-No insista, esto es demasiado.- volteo a verle.

- Voy a pagarlo ¡Yo! ; no acepto este tipo "obsequios"-digo mordaz.

-Oh... ¿No quieres que esta linda dama pierda su empleo o si?

-¿Por qué habría de perderlo?- pregunto seria.

-Creo que al gerente del hotel que por cierto es un gran amigo mío, no le gustaría enterarse que esta señorita- la señala con su dedo índice- Estaba intentando robar mi....

-Ni ella perderá su trabajo ni usted va a amenazarme.- la chica me lanza una mirada de suplica.-recibe la tarjeta.¡Ahora! - le exijo.

Ella la toma temblorosa mientras el susodicho me mira amenazante.

-¿Que tan difícil era dejar que yo lo pagara?- su acentito ruso comienza a marearme.

Recibo mi nuevo antifaz junto con la tarjeta de crédito.

Me doy media vuelta y me adentro en el elevador, antes de que las puertas se cierren el susodicho me observa con una sonrisa maquiavélica. Me estremezco y al segundo me quejo.

-Ay... Mi tobillo- presiono un botón al azar ya que no tengo ni la menor idea en que planta es el evento, mi rostro se ilumina cuando las puertas del elevador se abren. Aprecio una hermosa terraza iluminada por la luna.

"Love & Mask"

Leo mentalmente las letras plasmadas en un gigante letrero de madera. Decorado con flores y luces de colores.

¿Sexo con amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora