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Al día siguiente me encontré a mi mismo despertando lleno de ansiedad, confusión, y una mente intranquila por haber comido esa rebana de pastel. Aunque no lo crean, intentaba mantener la figura.
Pero, fuera de eso, era un nerviosismo, una necesidad, bastante particular de ir a la escuela, ver a Phil Lester y quizás saludarlo. Sabía mi nombre, con suerte se acordaría del chico que se comió su pastel de zanahoria, y por ende, con dramatización incluida, salvó su vida.
Quizás.
No tengo ni la menor idea de por qué lo quería. Había superado el deseo de ser popular siglos atrás. Más sin embargo, dudo que ése fuese el problema, al final. Phil era amable; Phil era lindo.
Phil es vida; Phil es amor.
Nótese, por favor, que cuando digo 'lindo' me refiero a su actitud, no hay nada de malo en admitir que sus lentes de marco ancho son lindos, o que sus ojos son muy azules, su cabello perfecto y su risa brillante.
Phil no era todo lo que yo quería ser; yo estaba feliz conmigo mismo. Me gustaba mi actitud cerrada, y simplemente no me imaginaba teniendo cientos de miles de amigos, cinco rebanadas diferentes de pastel en mi cumpleaños y un desfile entero en los pasillos, sólo para festejar. De seguro me olvidaría del cumpleaños de alguien, y me odiarían para siempre, o quizás insultaría a una mujer sin querer. Es que ellas se ofenden por todo.
Siempre hago comentarios hirientes, nunca puedo retenerme, siempre lo arruino todo, de alguna manera u otra.
Pero yo estoy bien así.
Y les aseguro que Phil también estaba bien así.
Tomé la bufanda del día- hoy tocaba la de Slytherin. Busqué una camiseta que combinara con el suéter que planeaba ponerme, y sólo sirvió para alimentar el infinito odio que le tenía a los cuellos en forma de V. El 75% de mis camisetas eran de cuello redondo, pero no, claro que no, no puedo ponerme una camiseta de cuello redondo si mi suéter tiene cuello en V. Malditas reglas de la moda. Se supone que a los hombres les importa poco, pero esas personas nunca sabrán lo difícil que es ver a un hombre usando camiseta roja, holgada, con shorts verdes color Shrek.
Bajé las catorce escaleras hasta la planta baja. Olía a tocino, y por ende, olía a felicidad. Dicen que el tocino provoca cáncer. Bien; todo bien. Que me dé cáncer, vale la pena.
Saludé a mi madre, tomé una tira de tocino del sartén, todavía caliente, todavía escurriendo con aceite, y la aventé al plato, chupándome los dedos después. Mi mamá comentó algo acerca de cómo los precios subían cada vez más, y que a este paso tendría que trabajar en los veranos, o tendría que dejar el tocino de lado. Me pregunté si a Phil le gustaba el tocino.
Respondí con Sí o No a todas sus preguntas, o comentarios, soltando una risita ocasional. Preguntaba por la escuela, preguntaba por mi infame amigo Chris, a quien adoraba más que a mí, estoy seguro, preguntó por los precios de la cafetería y por la banda de la escuela, donde estaba Phil. Muchas preguntas. No contesté más de lo que necesitaba. Terminé el tocino, me despedí y me fui.
Los miércoles no tomaba el camión, ya que ése día y los viernes se subía la señora gorda que me acosaba y siempre olía a loción barata. Sé que no es fácil comprarse una loción buena, pero yo creo que si vas a comprarte un perfume así, es mejor no usar nada. Si contara cuántas veces me había alejado de personas sólo porque no me gustaba cómo olían...
La señora gorda intentaba conversar conmigo siempre que me subía, lo cual no era mi parte favorita del día. Se mostraba bastante interesada en mi día a día, y esperaba que hiciera lo mismo por el suyo, incluso se atrevía a reclamar cuando lucía cortante ante sus comentarios.
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Scarves & You || Phan
Fanfiction"Lo quería, y él a mí, pero nunca, nunca de la misma manera." Dan quiere a Phil; a él, y a sus lentes de marco grueso, sus camisetas de colores brillantes, su cabello oscuro como el cielo invernal, y sus ojos tan azules como su bufanda favorita. Phi...