-¿Por qué son tan injustos?- Dijo molesta. -Porque díganme, ¿Para que mudarnos? He vivido aquí toda mí vida. No es justo que me quieran arrebatar todss mis memorias. - Era consciente de que muy pronto se largaria a llorar.
-¡BASTA! Ya me tienes harto, hace una semana que te vienes quejando de lo mismo. Pero dejame decirte algo, nuestra decisión va a seguir siendo la misma.- Se le veía muy enojado, y sus gritos la sacaban mas de sus casillas, ¿Es que acaso no entendía por lo que estaba pasando? Así que sin darse cuenta exploto.
-¡Te odio! Tu no sabes lo mal que me siento, ¿Por qué no me comprendes? Me estas quitando a mis amigos.- Estallo en llanto, estaba histérica, le estaba gritando y lo peor era que él tenia razón, por mas que gritara, llorara o pataleara se iban a mudar a Pitssburg.
-No le hables así a tu padre Kate...- Dijo su madre con esa voz de advertencia. -Mejor ve a tu cuarto a terminar de empacar tus maletas, que nos vamos mañana.
Subió a su cuarto, dio un azoton a su puerta y de mala gana empezó a meter su ropa en las maletas. Dos horas despues, ya había acabado de empacar todas sus cosas e íba a bajar, pero prefería no verles la cara a sus padres, así que tomó un baño y se acostó a dormir.
Al dia siguiente, subieron las maletas al carro y emprendieron el viaje hacia Pittsburg, la mayoría del viaje se la paso durmiendo porque estaba muy enojada.
Sintió un jaloneo en su brazo, no quería despertar, porque sabía que era que ya habían llegado y no quería estar ahí. No quería.
-¡Ay vamos Kate! Prometo que te va a gustar la casa nueva.- La dulce y melodiosa voz de su mamá la despertaron. Tenía que despertar, porque su mamá la estaba despertando por las buenas, su papa como ya lo traía fastidiado la íba a levantar por las malas.
-Bien... Ahorita bajo.- Dijo con voz adormilada. Estaba bajando y vio que había un porton en frente de el carro, era muy grande, le extraño ver un portón de ese tamaño y fue entonces cuando se volteó. Y ¡OMG! Era una mansión, una enorme mansión, ¡Una jodida mansión!
-¿Te gusta?- Dijeron sus padres al mismo tiempo, pues para der sincera estaba babeando. Los volteo a ver perpleja por el impacto que causó en ella la gran mansión, y era tanto el impacto, que se quedo sin palabras.
-Yo... es... wow... es hermosa.- Dijo al fin, ellos por su cara de retrasada se empezaron a reír, los fulmino con la mirada y entonces se dio cuenta, la mansión estaba en un maldito y tenebroso bosque, como los de las películas de terror, casi como las películas de Tim Burton. Pues era una clase de bosque, de esos que ten dan escalofríos con nada mas verlos, de esos donde suele haber asesinatos o criaturas criaturas misteriosa. Se reprendió por meterse más miedo.
-¿Por qué la casa esta en medio del bosque?- Su voz había sonado temblorosa sin su consentimiento.
-Porque dicen que la gente de por aquí es un poco rara hija, pero nada de que preocuparse.- Lo que su padre le había dicho no le había ayudado. Pero solo se limitó a asentir, agarrar sus maletas y entrar a su "Nueva casa".
Al entrar pudo divisar que había una gran escalera de madera a la derecha, en el centro una sala de estar, a la izquierda, y al fondo se podía ver entradas. Decidió primero explorar la parte de abajo así que fue a la primera entrada, era un gran cuarto de cine, bonito, con sillas como del cine y una enorme pantalla; luego decidió ir a otra entrada de las de el fondo y era una gran oficina, se imaginó que era para el trabajo de su padre; después decidió ir a otra de las entradas, y era una hermosa cocina, con barra de marmol, gabetas y cajones de madera, muy hermosa. Cuando termino con la parte de abajo decido ir a la parte de arriba, subió las escaleras con sus maletas en las manos y recorrió el pasillo, era largo, habían cinco puertas, un baño, dos cuartos de huespedes, el cuarto de sus papás y la última era de ella. Su recámara era hermosa, color morada con negro, una cama matrimonial, un escritorio y un gran ventanal que daba al tenebroso bosque, este era desde el piso, hasta el techo. Se quedo viendo un rato por el gran ventanal, era realmente aterrador, por lo cual mejor se dispuso a desempacar.
Ya era la hora de la cena, pero como no tenía mucha hambre sólo agarro una barra de granola, dio las buenas noches a sus padres y subió a su habitación.
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-Uhm. Eres tan hermosa... Te veré pronto Kate.
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-¡Ya despierta Kate!- Escucho a lo lejos la voz de su mamá.-No mamá, dejame dormir. - Dijo todavía adormilada y cansada.
-Vamos que te inscribimos en la escuela de el pueblo. No es como la anterior, pero es bonita, ¿Qué dices?- Dijo entusiasma.
-¿Qué?- Dijo sentándose como tapón de sidra.-¿Cuándo hicieron eso?
Su madre solo se limitó a hacer un ademán como si estuviera cerrando un cierre en su boca y tirara la llave. Después de que salió su madre, empezó a vestirse, pues no veía correcto llegar tarde su primer día de clases; se puso una blusa negra de tirantes, encima una camisa roja a cuadros abierta, unos jeans negros y unos converse rojos. Bajo y se dirigió a el gran comedor, ahí se encontre a sus padres desayunado y platicando.
Cuando terminaron de desayunar, su padre se ofreció a llevarla ya que el iba hacía el pueblo también, el camino fue como de quince minutos. Lleguo a la escuela, y ¡Vaya! Era enorme, tal vez lo mas grande en ese Pueblo, claro que después de su casa.
Los pasillos estaban atestados de adolescentes, se sentía como en la Gran Estación Central, intente encontrar la oficina del director o secretaria, lo que fuera que la ayudara a establecerse, pero todo fue en vano, por lo que decidió preguntar a alguien.
-Disculpa... Amm discul... ¡Hey! Discu...
¡Que groseros!
Todos lo único que hacían era empujarla e ignorarla. Luego de unos empujones más, un chico tropezó con ella, este se le quedó viendo como si la quisiera matar con su mirada, unos ojos grises, se volteó para verlo bien y el paró su camino, su mirada se hizo más intensa, su cara hizo una mueca de asco y...
¡Oh por Dios! sus ojos...
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Hola! Bueno mi nombre es Lilian, espero que les guste mi novela, soy nueva en esto, si les gusta dejen comentarios y gracias por leer.
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Mi Protector
Vampire-¡Tu me lo quitaste todo!- Podía sentir toda su ira en esas cinco palabras.-Ahora, yo te regresare el favor.-Su sonrisa me paso un fuerte escalofrío. Lo último que supe es que yo estaba cayendo y en el único en quién podía pensar era en Mi Protector...