-Yo... ¿Qué?- Dijo confundida.
-Que esto es una cita. O bueno, tomalo como quieras.- Se encogió de hombros.
-Amm... si. Una cita.- Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, al igual que en los de ella.
-Bien. ¿Recuerdas a donde dije que te iba a llevar?
-Creo que ¿a un lugar bonito?
-No. El mejor lugar de este pueblo.- Dijo un poco orgulloso.
-Oh cierto... ¿y eso es?
-Es sorpresa.- Dijo con voz cantarina.
Kate soltó una risita, lo que captó la atención de Edward, este la miró con el ceño fruncido.
-¿Pasa algo?- Tenía una pequeña sonrisa.
-Bueno es que sonaste chistoso y tierno.
-Uhmm... Ja Ja Ja, mira como me río.- Dijo juguetón para luego sacarle la lengua.
-Ay calma.- Le saco la lengua de vuelta.
-Vaya...
-¿Qué?- Dijo con los ojos entrecerrados.
-Te veías tan tímida, ahora ya veo que no lo eres. Entras en confianza muy rápido.-Trataba de contener una risita rebelde que quería salir a lucirse.
-Si bueno... yo no soy para nada tímida, soy más como que... llena de confianza, divertida, amistosa, sexy y sensual.- Dijo las dos últimas en forma de broma.
-Ya lo creo...- Dijo Edward para luego lamerse los labios.
Kate mejor volteó la mirada hacia el frente con las mejillas ardiendo, iba viendo el camino, no veía que fueran hacia el lago, así que era otro lugar al que iban, la curiosidad la carcomía viva. Iba a preguntarle hacia a donde iban, pero su cara estaba sería y emanaba algo de miedo y misterio, por lo que mejor se quedó callada.
Cuando llegaron Kate estaba dormida y Edward la admiraba, era muy linda, no podía negarlo, parecía un ángel, pero tenía que levantarla.
-Kate, levantate ¡llegamos!
Kate sólo le regaló un gruñido, y se dio la vuelta.
-¿Es enserio? Oh vamos Kate, ¡despierta!
Kate fue abriendo los ojos lentamente, y pudo ver a Edward contra el sol muy cerca de su cara, lo que provocó que sus mejillas se niñeras de un tono escarlata.
Cuando abrió los ojos vio que era un espacio abierto, no lo veía bien por el sol, pero cuando capto bien lo que tenía enfrente de ella se horrorizo. Era el mismo campo que aparecía en su pesadilla.
-¿Qué pasa? ¿No te gusta?- Dijo Edward preocupado al ver su cara. Pero luego su cara se puso pálida y parecía que iba a vomitar o simplemente a desmayarse. -¡Kate! ¿Te encuentras bien?- Acunó la cara de Kate con sus manos y se acercó a ella.
En cuanto el la tocó ella sintió escalofríos y luego una fuerte corriente eléctrica paso por su espina dorsal. Kate se recuperó y sus mejillas comenzaron a arder una vez más.
-Amm... si, es sólo que tengo hambre.- Se excusó.
-Mmm... bueno, aquí traje algo de comer.- Dijo más calmado para luego regalarle una sonrisa.
Luego de comer, se tiraron en el pasto y vieron las nubes y sus formas, luego subieron a un árbol de manzanas y comieron algunas mientras hablaban de ellos. Se había enterado que él vivía también en el bosque, en una linda casa (mansión) casi como la suya, que tenía cuatro hermanos; dos niños y dos niña, las cuales eran gemelas. Sus nombres eran Haley y Muriel de 14 años, Lucas de 5 años y Peter de 16 años. También se entero que el era el chico malo de la escuela, o bueno, que así lo catalogaban. Ella ni se había dado cuenta, pero bueno, era aceptable ya que sólo llevaba en esa escuela casi una semana. Ahí se quedaron hablando y de tanto que sabía el uno del otro por lo que se habían estado contando, ya los dos sentían que se conocían de hace años. Ahora ambos se sentían co libertad de hablar el uno con el otro sin rodeos, como si fueran casi hermanos. A uno de los dos no le pareció que se tratarán como hermanos, pero se prometió que eso cambiaría.

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Mi Protector
Vampiri-¡Tu me lo quitaste todo!- Podía sentir toda su ira en esas cinco palabras.-Ahora, yo te regresare el favor.-Su sonrisa me paso un fuerte escalofrío. Lo último que supe es que yo estaba cayendo y en el único en quién podía pensar era en Mi Protector...