Sus ojos cambiaron a un color casi naranjas, tal vez vió su cara de horror, porque se volteó rápido y se fue caminando.
El timbre sono, significaba que las clases ya habían terminado, eso era bueno, pues no había hecho amigos y las clases eran aburridas. Íba hacia el estacionamiento, cuando alguien paso corriendo a su lado, tirandole todo.
Idiota...
Empezó a levantar sus cosas, entonces de la nada llegaron dos manos más a ayudarla. Se sobresalto. Volteo rápidamente fijándose en un chico de ojos azules, se quedo pérdida en sus hermosos ojos, él término de recoger todo y se levantó, ella hipnotizada se levanto siguiendo sus ojos. Ahora que lo veía mejor podía decir que era muy guapo.
Uf, soy yo o hay un dios griego aquí...
Dile algo, ¡Vamos hazlo! Dale las gracias. ¡No seas tonta!-Amm... yo...eh...
Genial.
-Gracias. -Dijo al fin. Vaya el era un chico alto, buenas facciones, cabello castaño claro, ojos azules intensos, y...
¡Oh Por Dios! Me esta sonriendo. Que bonita sonrisa.
Se agrandó, espera, ¡Ay no!-Lo dije en voz alta ¿Eh?- Dijo ruborizada y avergonzada.
-Tal vez... Pero no te preocupes, ya me lo han dicho.- Dijo un poco arrogante.
Lo arruinaste.
-Ah, bien. Bueno... pues gracias, adiós.- Dijo mientras se daba la vuelta y caminaba hacia el estacionamiento, la gente si que sabe arruinar un buen momento. Ya íba saliendo, cuando sintió una mano en su brazo, se volteo y se encontró otra vez con esos ojos azules.
¿Soy yo o están casi brillando?
-Lamento esa actitud. Dejame llevarte.- Su cabeza de un modo extraño quiso obedecerle, aún cuando ella se puso la estricta regla de no ir con extraños ni a la esquina, así que solo lo siguió, llegaron a un Lamborghini Huracan Spyder color blanco.
Lindo carro...
El chico del cual ni sabía su nombre le abrió la puerta, se subió en el asiento del copiloto, él se subió del lado del conductor y empezó a conducir. Si la estaba llevando a casa, tan siquiera debía saber su nombre.
-Y... ¿Como te llamas?
-Alexander, pero dime Alex.- Dijo quitando la vista para voltear a verla y dedicarle una sonrisa. Ya no brillaban sus ojos.
Que raro.
- ¿Y tú?
-Katlyn, pero dime Kate.
-Uhm.- Dijo un poco pensativo.
-¿Qué?- Dijo con una pequeña sonrisa, porque el sonido que había producido se había escuchado adorable.
-Nada, es solo que tu nombre es bonito.- Dijo viendola de reojo.
-Oh... Gracias.- Pudo sentir como la sangre se le subía a las mejillas y lo confirmo cuando Alex se empezó a reír.
Aww, la risa mas linda y tierna que he escuchado en mi corta vida.
-Uhm.- Hizo el mismo sonido que él en forma de burla, tal parece que él lo noto porque se volteó hacia ella, alzo sus ceja y le sonrió de una manera extraña.
-¿Qué?- Le toco decir ahora a él.
-Tu risa...
-¿Qué tiene?- Dijo un poco confundido y frunciendo el ceño.
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Mi Protector
Vampire-¡Tu me lo quitaste todo!- Podía sentir toda su ira en esas cinco palabras.-Ahora, yo te regresare el favor.-Su sonrisa me paso un fuerte escalofrío. Lo último que supe es que yo estaba cayendo y en el único en quién podía pensar era en Mi Protector...