CAPITULO 20: La carta

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Me relamo los labios, con cierta timidez, y río, mirando a todos los lados posibles bajo la mirada de algunos que ríen sin maldad a mi forma de comer chocolate. Las luces flotan por al aire, convirtiendose en tema de conversacion para muchos.

Una duda flota por mis pensamientos, y a lo lejos veo a Jay, Laura, Ben, Mal, Evie, y Noa, que hace poco descubrí, es amiga de Joan.

Al mismo tiempo que corro hacia ellos, de acoplan el grupo de chicas y chicas que pasaban los recreos con Joan. Y llego.

-¿Alguien ha visto a...?

-Estaba en su cuarto e iba a venir, pero la llamó el Hada, a estas horas ya no querrá venir, vete a su cuarto.-dice Laura.

Sonrió, a modo de agradecimiento, y mientras el frío de estas tempranas horas de la mañana recorre mi cuerpo troto hasta el interior del castillo.

Recorrí aburridos pero interminables pasillos de la Academia, hasta llegar a la habitación de Joan, y llamar a la puerta. Sin ninguna respuesta. Pruebo de nuevo, pero la respuesta sigue sin presentarse, de modo que decido entrar.

Toda las cosas que ponían evidente lo de que este era su cuarto han desaparecido; lo único que queda es un sobre cerrado sobre su cama.

El instinto fuerza a mis pies a dar unos pasos hacia la cama, y para cuando quiero darme cuenta ya leo las palabras del sobre. Para él. Diciendo para él, solo puedo imaginarme que es para mi.

Me siento en la cama, y empiezo a leer.

Hola, Carlos. Es normal que mi ausencia te sorprenda, y dudo que en algun momento yo misma pueda creer que no estoy.

Sin avisar, buscaron familiares vivos que me quedaran, y encontraron una tia mia muy lejos de aqui, a varios reinos de distancia. Y tengo que ir con ella. Seguire alli estudiando, y te adelanto que no volveré.

Solo quiero que sepas que el tiempo que pasé contigo, por poco que fuera, fueron los mejores momentos de mi vida. Me hizo bien luchar para hacerte ver que no eres el monstruo que crees que eres, sino que eres la mejor persona que conocí, y que jamás conoceré. Eres ese chico que me despertó todas esas sinceras sonrisas tontas, la persona que mantenía una imagen opaca sobre todos mis pensamientos, y el chico que me demostró que ninguna cantidad de confianza que se le depositara era demasiada. Y de verdad siento dejarte asi.

Olvidame o recuerdame, en función de lo que mas feliz te mantenga, pero intenta seguir tu vida, evitando que esto afecte demasiado a tu vida.

Recuerdalo, eres grande, y se que también fuerte. Te quiero Carlos, no lo olvides nunca.

Joan.

Acaricio el papel, buscando cierta textura que al final delata que algunas lagrimas le cayeron mientras escribia. Las mias empiezan a caer, haciendo que el nudo de la garganta vuelva, y con el, el frio. Me acurruco en la esquina de la cama, sin poder evitar que al aire frío corra acariciandome la nuca, desde donde corren escalofrios por todo mi cuerpo. Me siento débil, vulnerable, como un niño en medio de una guerra sin un solo escudo ni habilidad que pueda salvarle. A la vez que el llanto sigue su curso, parece que solo quiero dormirme, por si asi esta sensación desaparece.

Colega aparece, y se acuesta s mi lado, dejando que le acaricie. Me lame la cara varias veces como apoyo, y consigue que sonria por momentos sin llegar a dejar de llorar.

Se dice mucho la frase de que algunos nacemos para sufrir. Cada día, tengo mas fe en que eso es verdad.

enemy ;; carlos de vil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora