CAPITULO 6: Algo ocurre

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El entrenador los llama a todos, y se reúnen a su alrededor, algunos magullados por los codazos de Jay, el cual les dice lo poco fuerte que les ha dado y que no deberían quejarse. El hombre le observa fascinado por su juego, y le da la enhorabuena, mientras que al chico de pelo blanco que me acabo de dar cuenta, se ha quitado el casco, está a punto de echarlo. Sin embargo, Ben se ofrece para ayudar a Carlos. Él le sonríe, y se lo agradece, aunque se nota que desde el principio le da más bien igual.

-Hola.-saluda una voz a mi lado.

La chica de rasgos bronceados, y vestida de animadora, toma asiento a mi izquierda, y yo, incrédula, la observo de arriba a abajo verificando que sea quien creo, o que simplemente le he llamado pija demasiadas veces como para que ahora no esté soñando con ella. Ojalá esto fuera un sueño, porque a juzgar por la actitud de las chicas está pasando algo malo y me gustaría pensar que no es así.

-H-Hola.-tartamudeo.

-Tú... ¿eres Joan Foster?-pregunta.

-Sí... tú, ¿eres Audrey? ¿La hija de la Bella Durmiente?

-Sí, soy yo.-sonríe.-Siento mucho lo de tus padres.-espeta.

La primera frase es complicada. La segunda es imposible. Es difícil pensar que a una fantasma como yo haya ido la hija de la tan conocida Bella Durmiente, pero aún más que venga y me diga algo de mis padres, después de que un grupo de amigas, por llamarlas de alguna forma, se comporten de forma rara y dejen más que evidente, en un intento de hacer lo contrario, que ha pasado algo malo para mi de lo que no quieren que me entere. No sé a qué se refiere, y es lo que casi grito sólo con la cara. Abre la boca, como quien ha dicho algo que está prohibido decir, como Ron Weasley después de oír "Lord Voldemort". Se levanta poco a poco de su sitio, de una forma lenta en que sólo sus dotes de animadora la mantienen en pie, y de todas las formas posibles intenta decirme que ha sido una equivocación y que no ha pasado nada.

Pero no me lo creo, por bien que lo haya hecho.

Vuelve a tocar el timbre, indicando que debemos ir a clase,voy corriendo hasta la taquilla, cojo mis cosas, y me dirijo al aula que me toca.

Durante toda la mañana, la presencia de Carlos había sido, repito, inexistente, pero en esta clase veo cómo entra en el aula seguido de Evie, Mal y Jay. Además de Laura, con la que intercambia alguna risa, aunque no le culpo, ni le doy la razón. Aún no sé de qué va para estar segura de si es como ella, o sólo no le ha pasado nada malo con esa chica.

Se sienta a mi lado, me sonríe, y me saluda.

-Hola.-dice.

-Hola.-repito.

Cojo una hoja del archivador, y escribo la fecha, ya que el profesor lleva mucho tiempo sin entrar en el aula diciendo que nos pongamos a copiar, y eso es una cosa con la que puede salir cualquier día. Sin embargo, unos pasos que se acercan por el pasillo y entran felices dentro del lugar dejan claro que está de demasiado buen humor como para castigarnos con tal cosa. Sonrío un poco, pensando que esta tarde no estudiaré apuntes, sin embargo es una sombra que dura poco, y que se concentra en las palabras del profesor, las cuales fluyen con el aire en el aula, pero un ligero golpe en el codo, más o menos a final de clase, distrae mi atención, y observo la mesa, en la que con lápiz o portaminas está escrito un mensaje de Carlos.

"Te noto rara, ¿te pasa algo?".

Hay muchas cosas en qué pensar de eso. La primera; ya ha aprendido el truco de las notitas en la mesa. Segundo, ha atendido a las clases, porque la caligrafía es rotundamente perfecta, escrito como en un libro. Tercero, se ha dado cuenta de que me pasa algo. Ni siquiera yo estoy totalmente segura de lo que ha pasado, sólo me preocupa lo que les haya podido pasar a mis padres.

"Sí, bueno... es que me preocupa una cosa, aunque no tiene importancia".

Cuando termino de escribir, le doy con dos dedos en el antebrazo, parecido a cómo hizo antes, y atiende a la mesa.

"No creo que una cosa sin importancia vaya a desanimarte. Cuenta".

Me sorprende su interés, al fin y al cabo viene de una isla en la que ser bueno tiene castigo, y él más que nadie era un adolescente travieso al que le gustaba gastar bromas pesadas a la gente. Se supone que sigue siendo así, pero está siendo comprensivo, amable... igual me paso, pero se está comportando, al menos en esta ocasión, como un amigo.

Sin duda alguna me está alcanzando la locura.

"Siempre estoy con un grupo de chicas que podría decir, son mis amigas, y esta mañana estaban muy raras, prácticamente me soltaron a la cara que me ocultaban algo, algo malo que había pasado. En el entrenamiento, justo después de que Ben te dijera que te iba a ayudar Audrey vino y me dijo, "siento mucho lo de tus padres".

Estoy por dejarlo ahí, aunque antes de avisar, completo.

"Le miré raro, no sabía de qué hablaba, pero se nota que intentan ocultarme algo y no tengo ni remota idea de lo que es. Todo apunta a que algo malo le ha pasado a mis padres".

Dejo el portaminas encima del texto escrito, silencioso, pero él está cerca como para oírlo, y lo coge para leer con facilidad. Me sorprende la rapidez con que termina, porque me mira, pero no dice nada. En una ocasión como esta, lo que tuviera que decir tampoco lo sabría decir al momento en un texto de mesa, seguramente necesitaría ser algo oral y tener tiempo para pensarlo, pero en una clase tendría que distraerse, y eso no es bueno. Coge una goma de su estuche, y lo borra todo.

-Tú tranquila, sea lo que sea, de ser tan malo ya te habrías enterado.

-¿Qué tiempo ha tenido el Hada Madrina de decírmelo?

-Pues mucho.-dice.- Si fuera algo tan importante no debería haber tenido pena, y de hecho no la habría tenido, en mandar un profesor a la clase donde estuvieras a por ti para hablar contigo.

-En una cosa tan mala el tiempo que me quedara de sesión habría estado dispersa Carlos.-digo.- Despierta, me importan mis padres.

Por un momento, temo que lo último lo malinterprete, que crea que estoy insinuando que "al contrario que él a mi me importan mis padres", pero me mira a los ojos un momento, luego se centra generalmente en mis rostro, y habla.

-Sé que te importan, pero si aún no sabes nada, no puedes alarmarte. Además, no conozco a Audrey, pero no parece ser una persona a la que le importe lo más mínimo lo que le pase a los demás. A lo mejor ahora que llegamos nosotros de la Isla y ha perdido protagonismo ha elegido a quien quede creíble para difundir una noticia falsa y llamar la atención por ser la persona que lo sabía y que lo dijo.

-¿Perdona? De ese modo quien llamaría la atención sería yo, no ella.

-Creo lo que estás viendo subjetivamente.

Y tiene razón. Ella, por ser la fuente de información, la única dispuesta hablar y tan convincente como es, sería el centro de todo. Es entonces cuando me doy cuenta de que todo lo que he dicho en esta discusión nada más que ha dicho lo contrario de lo que en realidad pienso, como si quisiera discutir le he estado llevando la contraria todo el tiempo sin pararme a pensar en lo que tiene más sentido. Me paro un momento, y me quedo pensativa. Se nota que él a mi lado Carlos contiene las ganas de tranquilizarme, pero sabe que eso sólo me concienciará más de que está pasando algo. Es entonces cuando se desvía a un tema que no estoy segura de si quería tratar o no.

-Laura me dijo que te conocía.


enemy ;; carlos de vil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora