Kids in the dark.

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- ¿Por qué no puedo quedarme en casa?- le pregunte a Paige cuando entramos en la fiesta.
- Te aseguro que esta va a ser la fiesta del año.- me respondió ella, pero lo mismo había dicho de sus últimas tres fiestas.
Paige no tardo en abandonarme y me quede sola con mis audífonos.
No podía esperar a irme a casa por tres razones.
1. Paige me había obligado a usar un vestido del mismo color que mi cabello. Y se veía bastante extraño.
2. La comida no parecía libre de drogas.
3. Todo el mundo daba mucho miedo y asco.
Intente escabullirme dentro de la cocina pero también estaba llena de gente. Y termine es un pasillo oscuro sola. El lugar me recordaba a una película de terror donde asesinan a la primera víctima por ser muy estúpida. Estaba buscando el apagador de la luz cuando mi mano se topó con algo, mas bien con alguien.
- ¡Ah! ¡Fantasma!- dijo él y encendió la luz.
- Lo siento, no sabia que hubiera alguien más aquí.- me encontré con un chico muy alto y rubio, tenía los brazos impregnado con tatuajes y algunos de ellos sobresalían en el borde de su camiseta.
- No eres un fantasma ¿verdad?- me pregunto el chico un tanto asustado.
- No...- en ese momento decidí alejarme un poco.
- Es que tu cabello...creí que...no parece un color natural.- dijo él apenado y se sonrojó mucho.
- Ya se, no fue tu culpa.- el me sonrió y me di cuenta de que tenía un diente un poco chueco que hacia que su sonrisa se viera tierna u un poco infantil.
- Solo trataba de huir de la pista de baile y si estaba escondido aquí nadie me encontraría.- dijo él encogiéndose de hombros, tenía una voz profundo y hermosa. Y sus ojos eran impresionantemente verdes.
- A menos que ese alguien también estuviera huyendo del mismo lugar...- esta vez fui yo la que se sonrojo un poco.
- Tal vez podamos compartir el escondite.
- Tal vez.- note como el se mordía el labio y me pareció extremadamente lindo.
Después de un rato terminamos sentados el uno al lado del otro escuchando música.
- Por cierto, soy Andrew .- bonito nombre pensé.
- Yo soy Violet. Creo haberte visto antes en...- y el me sonrió cuando lo dije.
- Clase de artes.- completo el. Entonces lo recordé, Andrew era un artista, lo que hacía era arte, lo que decía era arte, su cuerpo mismo estaba lleno de arte.
- Es cierto, solo que nunca había hablado contigo.
- ¿Puedo preguntarte algo?- dijo de repente.
- Seguro...- le respondí mientras entrábamos en confianza.
- Tu color de cabello y tu nombre... ¿Tienen algo que ver?- si me dieran una moneda por cada vez que me han hecho esa pregunta tendría suficientes como para pintarme el cabello de otro color.
- Todo iba también.- dije suspirando y el se echo a reír. Tenía una risa muy tierna y grave.
- En realidad me recuerdas a mi hermana... Ella también tiene el mismo problema del color de cabello y el nombre.- Andrew no dejaba de mirarme hasta que mis  ojos se cruzaron con los suyos, vi como apartaba la vista por un momento y se sonrojaba. Pero después nuestras miradas se volvieron a cruzar y permanecieron así un largo rato.
Éramos solo el, y yo, parecía uno de esos momentos mágicos en donde de repente miras algo que has tenido en frente por mucho tiempo y lo encuentras hermoso, note que había comenzado a morderme y el labio y entonces desperté de mi sueño.
Este era un chico que acababa de conocer, además tenía que mantener mi razón conmigo porque aún tenía que conducir a Paige de vuelta a casa.
- ¿Cómo se llama tu hermana?- dije y el también pareció despertarse de un sueño.
- ¿Qué?- me preguntó confundido.
- Me dijiste que tu hermana tenía el mismo problema que yo...- el pareció recordar de lo que había estado hablando, tal vez hace rato debí haber dejado que las cosas pasaran...
- Es Rubí y...
- Tiene el cabello rojo.- adivine. El me sonrió.
- Si.- dijo asintiendo levemente y después apartó la mirada, recargando la barbilla sobre sus rodillas.
Después de un rato note que susurraba algo para sí mismo, era una canción por la manera en que lo hacía, sin embargo no estaba lo suficientemente cerca para escucharla.
Deje de concentrarme en el y luego continúe escuchando mi música.
" If you stay I would even wait all night
Or until my heart explodes.
How long?
Until we..."
Entonces me di cuenta que el cantaba la misma canción que yo estaba escuchando. Y a través de sus labios escuche la continuación.
- "Until we find our way in the dark and out of light"- decía el sin que notara que lo estaba escuchando.
- ¿La conoces?- le pregunte torpemente.
Y él se asusto.
- Si, es que tu volumen esta un poco alto y la escuche.- respondió sonrojándose de nuevo.
- Lo siento, así me gusta, a veces prefiero no escuchar nada más que...
- La música.- completo el.- Comprendo. "You can run away with me anytime you want".- y termino la canción ninguno sabía qué hacer por lo que continuamos en silencio unos segundos.
- Son pocas las personas que comprenden ese problema.- le dije con media sonrisa en los labios.
- Y solo la mitad de ellos tienen buen gusto de música.- dijo suspirando.
- Parece que tienes buen gusto.- le dije sin dejar de sonreír.
- Si, soy un pedazo de mierda con buen gusto en música.- dijo apartándose el cabello del rostro.
- No pudiste describirme mejor.- respondí.
- Tu... Tú no pareces un pedazo de mierda.- dijo penoso.
- Claro que lo soy, todos los somos.- respondí encogiéndome de hombros.
- Por favor no lo arruines, me costó bastante reunir el valor para decirte lo último.-  dijo riendo un poco.
- Gracias.- le dije con calidez.- Tu tampoco eres un pedazo de mierda.
Tome uno de mis audífonos y le toque el hombro suavemente. El lo tomo y se lo colocó mientras me sonreía levemente.

Toda la noche hablamos y nos emocionamos por canciones como niños. Cantamos y hablamos de cosas estúpidas y de fantasías. Siempre escuchando la misma música hasta que se agotó la batería de mi teléfono.
- Creo que ya no hay música.- le dije bostezando.
- Siempre hay música.- escuche que dijo antes de ceder ambos ante el cansancio.
Desperté con la cabeza apoyada en su hombro, sentía el subir y bajar de su cuerpo al respirar, mi mano rodaba con su tacto cálido.
Y permanecí un rato mirando nuestro pequeño toque.
Desprendí mi cabeza de su hombro y el despertó.
Entonces se dio cuenta de mi presencia y del estado de neutras manos. Sonrojado retiró su mano inconscientemente.
- ¿Qué hora es?- preguntó bostezando.
- No tengo idea.- de golpe volví a la realidad, había dormido en el piso y mi trasero dolía demasiado. Paige seguramente estaba en algún lugar tirada y borracha, o me había abandonado. La luz que iluminaba el pasillo era claramente la del sol por lo que había dormido algunas horas. Y Andrew era aún un desconocido para mí, sin embargo me había quedado dormida junto a él y ayer habíamos hablado como si fuéramos amigos de toda la vida.
- Tengo que irme.- le dije rápidamente y él me miró confuso.
- ¿Qué sucede?
- No, no es nada. Es solo que en primer lugar estuvo mal quedarme aquí.- él parecía un tanto decepcionado, ignore mis deseos de quedarme sentada junto a él y me levante para buscar a Paige.
- Espera.- me grito Andrew.- ¿Puedo volver a verte?
- Mmmmm... No lo sé.- respondí y me aleje lo más pronto posible. Salí de la casa para buscar el auto de Paige.
Y estaba exactamente donde lo habíamos dejado, la única diferencia era Paige durmiendo en el asiento del piloto.
Abrí la puerta y se despertó asustada.
- ¿Violet? ¿Qué haces aquí?
¿Qué hago yo aquí?- preguntó aún medio dormida.
- Hazte a un lado Pai, vamos a casa.- Paige siguió mis órdenes sin protestar, y una vez devuelta en nuestro apartamento ella cayó dormida instantáneamente.
Me senté en la mesa de la cocina, mire mis audífonos y mi teléfono sin batería y no pude evitar sonreír.

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