Aquella Noche

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El timbre sonó. Como siempre, Minho tenía entrenamiento de futbol saliendo de sus clases habituales. Él estudiaba sólo para seguir con el ejemplo de su padre, y algún día poder heredar aquella fortuna que ya estaba ahí incluso antes de que su padre naciera. Nunca había encontrado algo que motivara su vida, para él sólo era poner un ligero esfuerzo, y dejarse manipular por los intereses de sus padres, hasta qué. Cierta noche todo cambió. Y considero correcto y aunque suene redundante, comenzar por el principio:

Era agosto, muy caluroso para ser más precisos y cómo era de costumbre, los jóvenes universitarios sólo pensaban en alcohol, fiestas hasta el amanecer y sexo, que más podían pedir, Minho se acababa de mudar a la ciudad y no por ello pensaba completamente diferente al resto de los chicos. ¿Él virgen? No sabía que era eso, la había perdido hacía ya dos años, detrás de las gradas de su preparatoria con una chica que Minho consideraba podía ayudarle con ese ¨pequeño favor¨.

Él ahora era un adolecente de 22 años y cómo fue antes mencionado, él también buscaba esa vida nocturna a pesar de saber que sus padres no estaban de acuerdo; por lo cual, era un chico estudioso por la mañana y por las noches se divertía, ese era un trato justo con sus padres.

En una de esas tantas fiestas las cuales Changmin daba, sí, esa las cuales las ventanas y las puertas de toda la casa están abiertas, hay gente bailando y haciendo mil y un cosas por toda la casa, el alcohol es algo que sobra, e incluso las drogas están a entera disposición, vio a alguien que captó su atención. No, no era porque fuera una mujer con tetas impactantes y caderas anchas, como a Minho le gustaban; Era un chico de melena roja como el fuego, con pantalones tan ajustados que le resaltaban unas muy bien torneadas piernas, y un blusón que dejaba ver sus blancos hombros, y estaba seguro que si aquel chico se agachaba, podría ver unos rosados pezones.

Minho conocía a toda la gente de la universidad, pues, puede que no sea el más popular, pero su reptación es intachable, así qué, ¿quién era ese chico de cuerpo de infarto?

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Narra Minho

Tenía que acercarme a él, y saber quién es. Creo que eso es lo que más me intriga.

-Minho, ¿Qué tal si vamos allá arriba y...

-perdóname cariño, pero hoy estoy muy cansado, no tengo ánimos, tal vez a la próxima.

Ni siquiera me quedé a ver su reacción, pues sí, era la primera vez que rechazaba tener sexo con una chica y honestamente no me importaba, estaba comenzando a creer que estaba más borracho de lo normal. Al llegar a la planta alta, se escuchaban todo tipo de ruidos, principalmente gemidos, y agradecía saber que esa no era mi casa. Seguí caminado y al llegar a una pequeña terraza, lo vi con un vaso de alcohol en la mano y platicando con un chico. Él otro chico se acercó al pelirrojo y le beso el cuello, a lo cual esté sólo cerró los ojos. Yo lo observaba desde el umbral, desde la sombra, lo que para mí fue de los besos más eróticos que he visto, y no era por el tipo de beso, era por ver cómo lo respondía él.

Aquél tipo que besó al pelirrojo le dedicó una sonrisa y se fue de ahí. Ahora sus ojos me miraban a mí. Me sonrió y fue a mi lado.

-¿qué haces aquí? ¿También buscan un acostón? Me dijo pasándose la mano derecha por entre el cabello.

-¿y si te digo que sí, qué?

Quise retarlo, quería saber si hablaba enserio o sólo estaba bromeando.

-bien, es lo que yo estoy buscando también.

Me tomó de la mano y me metió a uno de los dormitorios que estaban desocupados. Cerró la puerta y acto seguido me beso con desesperación. Sus besos sabían a alcohol, muy dulces, y me besaba con una pasión, que me hacía difícil seguirle el juego, y me gustaba. Lo tomé de las caderas y al subir mis manos por su cuerpo, le quité su blusón, dándome cuenta que no estaba tan equivocado al pensar que había dos rozados pezones. Los tomé con mi boca y él gimió, con su mano sobre mi cabello, marcando un ritmo que no fue duradero. En un instante me sacó la playera y me tumbó sobre la cama. Se subió arriba de mí y comenzó a darme besos en el cuello, hasta que descendiendo lameteaba y mordía mis pectorales y mis pezones, sentía mi miembro palpitar por debajo de la ropa.

Desabrochó mis pantalones, saco mi miembro ya erecto y se lo llevo a la boca, yo sólo atiné a gemir de puro placer, se notaba que no era la primera vez que hacía eso. Al paso de los minutos con su vaivén, me vine en su boca y él se tragó todo, haciendo la escena de lo más excitante. Se levantó de la cama y se desvistió delante de mis ojos sin pudor alguno.

Cuando se volvió a apresurar a subirse a la cama con su cuerpo totalmente desnudo, lo tome y lo coloque debajo de mí, le di a lamer dos de mis dedos, y el los lamió con tanta devoción que me puse duro otra vez. Los introduje dentro de él, se sentía tan cálido y apretado, que no aguante más, y al cabo de unos instantes, le separe las piernas y lo penetré de golpe.

Él se retorció en la cama y al cabo de unas estocadas más sólo lo escuchaba gemir por más, y yo lo complacía pues a diferencia de todas las mujeres con las que me había acostado, siempre me decían que era muy brusco, él sólo atinaba a gemir más para mí.

Estuvimos así lo que para mí fue un instante fueron dos horas, hasta que me vine dentro de él por cuarta vez.

Estaba agotado y él también, pues, jaló las sabanas y nos cubrió con ellas. Por un instante cerré mis ojos, y cuando los abrí, él ya no estaba en la habitación. En la cama había una nota:

"Nada mal para una noche Choi, aunque creo que lo puedes hacer mejor.

Besos"

Me reí al leer la nota. Era la primera vez en mi vida que de manera indirecta me decían que había sido malo en la cama. Me vestí, bajé y busqué a Changmin.

-¿Un chico pelirrojo? Perdona hermano, yo sólo digo que hay fiesta y quién quiera aparecer.

Salí a la calle a ver si de casualidad lo miraba y nada. Este chico me intriga demasiado, nadie sabe quién es, pero hoy yo he pasado una noche con él. Vuelvo a reír ante nota entre mis dedos.

-Lo tengo que encontrar, a como dé lugar...


Innocent or dangerous?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora