Capítulo 15

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"El destino es el que bajara las cartas, pero nosotros somos los que jugamos."

-Veamos...- Comenzó el sheriff Morgan. - Mira el regalo que nos da Dios en este día. Pensaba que habías aprendido la lección muchacho.

-Yo no he hecho nada. - Dije encogiéndome de hombros. Si algo se me daba bien, aparte de matar, era mentir y fingir indiferencia por algo.

-¿Dónde estuviste la noche del Jueves 12 del año pasado?* - Preguntó viendo sus papeles.

-Puede que en mi casa...- Murmuré mientras suspiraba cansado.

-Si piensas que esto solo te cansa a ti, estás equivocado muchacho. ¿Por qué te arruinas la vida de esta manera? 

-Pensé que esto era un interrogatorio para comprobar que soy parte de un asesinato, nadie me dijo que esto sería una charla sobre mis decisiones. - Espeté molesto. Cualquier persona en mi lugar intentaría esquivar el tema yendo por cualquier lado, pero yo, odiaba que juzgaran mis decisiones en todos los aspectos.

Morgan negó con la cabeza y siguió viendo sus papeles mientras soltaba un largo suspiró. - Mira chico, hagamos un trato. Puedo arrestarte sin tener que llevarte a juicio, solo con la condición de que te declares culpable, cosa que los dos, entre nosotros, sabemos que lo eres. Sí lo haces, prometo poner una condena más baja que la anterior, pero no podré hacerlo si no me ayudas.

Mire al viejo de setenta años con los ojos cerrados. Probablemente este ya en sus últimos años de carrera, mujer y hijos muy conocidos en su trabajo por lo que sabía, ¿se arriesgaría él a hacer algo que perjudique sus últimos años en lo que eligió para vivir? No, estaba seguro que lo menos que quería era cometer un error a estas alturas. No estaba del todo seguro de confiar en él, al fin y al cabo nuestra relación no es la mejor.

Sus ojos se abrieron como platos al verme levantar furioso. Golpeé la mesa con las dos manos y me acerqué a su rostro desde mi lugar. Los policías no tardaron en entrar por la puerta como osos protectores de Morgan.

-Tranquilos, no me hará nada. - Comentó él tranquilamente.
Los policías dudaron un poco antes de abandonar la habitación pero frente a la exigencia de Morgan se fueron sin mirar atrás.

-¡Te has vuelto loco! - Bufé. - Ahora me escucharas tu a mi. No me declararé de algo por lo cual no soy culpable. El trato es que hagas este caso cerrado y me dejes salir si no quieres que algo le pase a tu familia. - Amenacé. Él no se inmutó de mis palabras, lo que hacía que la ira de apoderará de mi. - Vamos, Morgan sabemos cuanto amas a tu esposa e hijos, sería una pena que les pasara algo en su mejor momento de vida. ¿No?

-Olvídate de los tratos, dejemos las cosas como están. Tu sigues siendo culpable hasta que se demuestre lo contrario, no moveré ni un dedo para que la condena sea más corta cuando te lleven a juicio.

-Te diré una cosa. - Le dije. - No iré a juicio, porque antes de que a la jueza le de tiempo de abrir mi caso, yo ya tendré a toda tu familia bajo mis manos, y a ti dando el caso como cerrado, dejándome libre, por supuesto.

Él negó con la cabeza mientras se paraba de su silla. Cogió sus papeles y antes de salir me miró atentamente. Los policías entraron a la sala en busca de mis brazos para sacarme de una vez.
Luego de poner mi firma en esos papeles y poder salir de allí dentro, mientras caminaba por las solitarias calles las ideas en mi mente se aclararon. Si Morgan me ayudará solo tendría que perderme los primeros años de mi hijo, los cuales eran los más importantes. No, las ideas seguían dispersas en mi mente, sin aclaración alguna y sin solución alguna para esta situación. Y si de algo estaba seguro, era de que, esto no era nada comparado con todo lo que viene a continuación. La primera etapa acaba de comenzar y debía estar preparado para la segunda, porque sin duda con un sheriff como Morgan no tardaría en volver a mí para intentar sacarme algo.

Las luces de casa estaban encendidas, me podía imaginar la imagen de una Barbara con los pelos de punta, a punto de estallas sin poder hacer nada. Seguramente los policías hubieran venido a casa cuando no estaba, habrán dejado todo patas para arriba y eso puso a Barbara histérica. La puerta estaba sin seguro y lo único que pensaba en era encontrar a todos sentados esperándome, pero no. La casa estaba hecha un lío, como me la esperaba, pero no había ni un alma allí dentro.

-¿Justin? - Escuché la dulce voz de Barbara venir de la cocina. Sus pasos se hicieron presente en la sala y cuando me giré, allí estaba ella. Sus ojos estaban hinchados y rojos, no cabía duda de que había llorado a más no poder, pensé mientras me acercaba a ella para recibirla en mis brazos.
- ¿Eres culpable?

-Pasó antes de saber que me enamoraría de ti. - Susurré dejando un casto beso en su pelo. Sentí mi sudadera mojada y me di cuenta que estaba llorando silenciosamente. - Pero no dejaré que me separen de ustedes, ni siquiera podrán llevarme a juicio, porque créeme, no tienen prueba alguna de que siquiera estuve en las escenas del crimen.

-¿Las? - Preguntó mientras de despegaba de mí. - ¡No solo mataste a una persona!

-Nena, vamos, sabes quien es mi padre y quien soy, a donde pertenezco, quien es la gente a quien tengo a mi lado. Nada podrá salir mal. - Cogí sus brazos para pegar su cuerpo al mio una vez más. Su manos estaba fría como el hielo, las envolví con las mías, que por supuesto eran más grande que las de ella. - No hay preocupación alguna. Te lo prometo.

Ella asintió en mi pecho.- Oliver no ha dejado de llorar desde que te has ido. Nadie soportaba los gritos así que me han dejado sola. - Dijo Barbara contra mi pecho cuando nos acurrucamos en el sillón frente la estufa.

-¿Oliver?

-Nuestro hijo Justin.

-¿Le has puesto nombre a nuestro hijo cuando yo no estaba?

-La situación me hizo buscar en internet un nombre que nos trajera paz...Oliver era el más sensato, a menos que le quieras poner a nuestro hijo nombres del cual de pueden burlar de él, el resto de su vida.

Reí en su pelo mientras cerraba mis ojos al aspirar su olor. - Si te gusta, me gusta.

Su agarré al rededor de mi se hizo más intenso. Pensaba seguir hablando con Barbara pero de pronto su respiración se hizo más pesado y su agarré aflojó de un momento a otro. Estaba dormida, no había duda. Levanté un poco su cabeza dejándola justo en mi hombro, era tan hermosa, tan mía. Ella hizo una mueca y abrió sus ojos, no estaba consciente de lo que pasaba porque los volvió a cerrar con el ceño fruncido. Reí y le deje un pequeño beso antes de echar la cabeza hacia atrás y intentar dormir.

La vida no me lo terminará poniendo fácil aunque confiese todos mis pecados.
Aunque, si luchas por lo que quieres, tarde o temprano llegará.

*No se bien cuantos meses han pasado desde julio, solo conté 4 meses desde que secuestraron a Barbara y luego nueve meses de embarazo. Como la secuestraron en julio, Barbara viene a dar a luz en 2012 porque la historia empieza en el 2011, por eso el sheriff Morgan le dice "del año pasado" porque los asesinatos transcurren en el 2011.

Buenooo otro capítulo chicas judvnjewn me tardé, lo sé. Pero ahora salimos de vacaciones por navidad y ponen los examenes finales del primer trimestre bla bla y tengo que rendir porque seguro me llevo todas uievbrunj

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The gangster → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora