Volvías a tener la cara hinchada, te vi venir de lejos, prepare hielo en un trapo y lo puse enfrente del taburete donde siempre te sentabas.
Al entrar y verlo una leve sonrisa se dibujó en tu rostro. No puedes ni imaginarte lo feliz que me hizo aquello.
Preparé tu té rojo muy caliente y sin azúcar. Y te pregunté que te había pasado en el rostro.
No contestaste, sólo me miraste con expresión de terror.Bebiste tu té, te dije que no hacia falta que pagaras, yo invitaba. Y justo antes de irte te ofrecí mi ayuda para lo que necesitaras.
Solo debías pedírmela.
ESTÁS LEYENDO
Sofía
Короткий рассказSe encuentran por puro azar en aquel restaurante 24h en el que él trabaja en el turno de noche, y casi sin darse cuenta, como un acto reflejo, ofrece su ayuda a esa joven que parece tener problemas. Ella no tenía esperanza de futuro; él, ganas de of...